Capítulo 5.

Amanda Turner

Reí en alto en la habitación. Me estaba imaginando las posibles reacciones de Gin cuando viera aparecer a sus chicos en aquella discoteca y no podía parar de reír. Tenía varias opciones: podía ponerse a gritar como loca, abalanzarse sobre ellos como había hecho el día del concierto o quedarse congelada sin saber qué decir. Luego veríamos cuál de ellas era la correcta. Miré el reloj. En una media hora nos pondríamos a cenar y calculando el tiempo, me quedarían quince minutos para vestirme y salir a buscar a Gin así que, decidí sacar la ropa que me pondría. Mientras lo hacía, pensé en Eli, quizás la gustaría venir con nosotras.

“Hola Ricitos, soy Amy. Me estaba preguntando si nos puede acompañar una amiga mía esta noche, a parte de Gin. xx”

Dejé el móvil sobre la cama, abrí el armario y cogí unos pantalones cortos negros con tirantes del mismo color. Sonó el teléfono y supuse que sería la respuesta.

“Ya sabía que eras tú, por si no te acuerdas, tengo tu número registrado. Claro, no hay problema pero solo si es guapa, eh. xx”

“Ha-Ha muy gracioso. ¡Será posible! Ahora voy a llevar a una bien fea para que te moleste durante tooooda la noche. xx”

“Gracias, gracias. Eres una niña mala.”

Reí de nuevo y dejé el móvil que volvió a sonar en cuanto cogí una blusa blanca para ponerme con el pantalón.

“Habrás observado que no he puesto <xx> al final. Eso significa que has dejado de caerme bien.”

Negué con la cabeza. ¡Este chico estaba fatal! Cogí el móvil para llamar a Eli una vez dejé preparados los zapatos sin tacón que me pondría.

- Hola Eli, tengo una propuesta indecente para ti.-dije y escuché su risa al otro lado del teléfono.

- A ver, dime.

- Me han invitado a la inauguración de una discoteca, voy con Gin y unos amigos, ¿te apetece venir?

- No sé, Amy, no tengo muchas ganas.

- No acepto un no por respuesta, además seguro que lo pasamos bien. He quedado con Gin a las nueve así que prepárate.

- De acuerdo.-dijo con pesar.

- ¡Hasta luego! –me despedí.

Mi madre nos llamó a voces para que bajáramos a cenar. Ni mi hermano ni yo hablamos prácticamente, ambos teníamos prisa y queríamos terminar cuanto antes.

- ¿Se puede saber dónde vais con tanta prisa? –preguntó mi padre en cuanto nos levantamos de la mesa.

- Hemos quedado con Eli y Josh.-contesté.

- ¿Ahora? –preguntó mi madre.

- Sí, a las nueve.-habló ahora Dani.- Y si no nos vestimos ya, llegaremos tarde.-dijo y empezamos a subir las escaleras.- No te eternices, tortuguita.-me dijo antes de entrar en su habitación.

Le saqué la lengua y me puse a vestirme. Me maquillé levemente frente al espejo de mi habitación: un poco de colorete, algo de sombra en los ojos, una fina raya negra en la parte inferior del ojo, rímel y un poco de brillo rosa para los labios. Dejé el pelo suelto, adornándolo con una diadema negra estrecha, me até los zapatos, cogí un bolso pequeño que previamente había preparado y salí de la habitación.

- Ahora quien es la tortuga, eh.-dije apoyándome en la pared, al lado de la habitación de mi hermano.

- Pues tú, por supuesto.-dijo saliendo perfectamente arreglado. Bajamos las escaleras, mi padre estaba sentado en el sofá, me acerqué a besar su mejilla.

- No volváis tarde.-dijo mi madre.

- Antes de las doce os quiero aquí.

- ¿Cómo que las doce? Papá, ya soy mayorcito, ¿no crees?

- Pero tu hermana no.

- Hoy viene conmigo, cuidaré de ella.-insistió mi hermano.

- Está bien, está bien.-resopló.- No me gusta que vayas tan pintada.-se dirigió a mí. ¡Pero si apenas se notaba!

- Adiós.-dijimos prácticamente a la vez y salimos de allí.

- No me gusta que vayas tan pintada.-Dijo mi hermano haciendo burla a mi padre, algo que se estaba volviendo una costumbre.

- ¿De verdad voy tan mal? –le pregunté.

- Que no tonta, vas preciosa. Tienes que tener cuidado de los tíos esta noche, eso sí.-me advirtió.

- Eso ya lo sabía, sois peligrosos.-dije dándole un golpe en el hombro.

- Bueno, nos vemos aquí a las cuatro, ¿de acuerdo? –dijo. Estábamos a unas tres manzanas de nuestra casa.- Si pasa algo, me llamas.

- ¿Cómo que a las cuatro? Si ha dicho a las doce, nos la cargamos si llegamos tarde.

- Tu tranquila, no nos va a pillar así que disfruta de tu primera salida sin ser la primera en volver a casa.-sonreí.

- De acuerdo. Pasadlo bien.-le dije antes de que empezara a andar.

- ¡Igualmente! –y puse rumbo a la casa de Gin. Llegué diez minutos después. Llamé al timbre y me abrió en seguida.

- Wow.-exclamé. Llevaba una falda de tubo azul eléctrico, acompañado por un top negro de un solo tirante y unos zapatos de tacón del mismo color.- Te dije que te pusieras guapa no espectacular, mujer.-dije.

- Ha-Ha-Ha graciosilla. ¿Vas a decirme ya dónde vamos?

- A casa de Elizabeth.

- ¿Y para eso me arreglo yo tanto?

- No tonta, vamos a recogerla y luego ya, al otro sitio.

Elizabeth Hunt

No tenía muchas ganas de salir pero tampoco le podía decir que no a Amy así que al final, terminé aceptando ir con ella. Además, unos bailes y un par de copas no iban a hacerme ningún daño. Preparé algo de cenar para mí, mi madre estaba como casi siempre, encerrada en su habitación. Cené rápidamente para después meterme en la ducha. Salí para enrollar una toalla en mi cuerpo y otra en el pelo, quité el exceso de agua y dejé que se fuera secando mientras elegía algo que ponerme. Escogí unos pantalones largos negros y una camiseta negra también con el logo de los Rolling Stones algo corta. Lo acompañé con unos botines negros que tenían un poco de tacón. Me dejé el pelo suelto, apliqué un poco de espuma, haciendo que se ondulase y tras maquillarme un poco, cogí mi cazadora negra de cuero y bajé a esperar a Amy y Gin que no tardarían en llegar. Unos minutos después, sonó el timbre y ahí estaban las dos. Gin y yo tan solo nos habíamos visto un par de veces pero era una chica muy simpática.

- ¿A ti te ha dicho dónde vamos? –me preguntó Gin.

- A una discoteca nueva, ¿no? –dije mirando a Amy.

- Exacto.

- ¿Discoteca? Si tú y yo somos menores.-habló Gin.

- Tenemos enchufe.-dijo Amy riendo mientras andábamos.

Todo el camino fue un continuo interrogatorio por parte de Gin y repetidas negativas que Amy le daba. Llegamos sobre las diez menos cuarto allí, había una fila de gente impresionante.

- Con tanta gente no entramos ni mañana.-comentó Gin, cruzando los brazos sobre su pecho.

- Es normal si es la inauguración.-dije y empecé a caminar para ponerme al final de toda la fila.

- Eh, eh, ¿Dónde vas? Repito: tenemos enchufe.-dijo Amy sacando el móvil del bolso. Tecleó durante unos segundos.- Listo.-sonrió triunfante.

- Me estás poniendo nerviosa con tanto misterio, Amanda.-dijo Gin.

- Ya somos dos.-la apoyé.

- Callaos ya, plastas.-se quejó Amy y nos indicó que la siguiéramos hasta una de las puertas laterales del local mientras tecleaba algo en su teléfono.

Ginger Bennet

Estaba empezando a cansarme de Amy y sus “tengo enchufe”. ¿A qué venía tanto secretismo? No tenía ni idea. Bueno, empecé a entenderlo todo cuando del otro lado de la puerta lateral a la que nos habíamos acercado asomaron unos rizos. ¿Harry? No, no puede ser. Gin, debes estar confundiéndote de rizos. Pues no. No me confundía. Eran los rizos de Harry Styles.

- Buen trabajo, en vez de una, me traes a tres chicas guapas.-dijo mirándonos a las tres. Él y Amanda rieron y se saludaron con un pequeño abrazo y un beso en la mejilla. ¿Qué me he perdido aquí? – Hola Gin.-me saludó sonriendo. No por dios, no me sonrías así, hombre.

- Ho-Hola Harry.-saludé como pude, quedando como una completa idiota por tartamudear. Espabila, no es la primera vez que le tienes cerca.

- ¿Harry Styles? –escuché preguntar a Eli.

- ¿Tú si nos conoces? –preguntó él, mirando de reojo a Amy y volvieron a reír.

- ¡Toda Inglaterra os conoce! –exclamó ella.- Por cierto, soy Elizabeth.

- A excepción de Amanda, ¿verdad? Y encantado.-le sonrió.

- Eh, en mi defensa diré que estuve en España dos años.

- Eso no es excusa, allí también nos escuchan.-le dijo él. ¿Desde cuándo estos dos se llevan tan bien?- ¿Entramos?

- Claro.-contestó Amy por las tres y él entró por la puerta por la que había salido. Nosotras le seguimos a lo largo del pasillo.

- ¿Qué clase de amiga no me avisa de esto? –dije susurrando.

- Era una sorpresa, ¿te ha gustado? –me preguntó mirándome con cara de cachorrito.

- No.-me hice la enfadada.- He quedado como una tonta.-hablé en el mismo tono.

- Tranquila, es normal.-me dijo Eli.

- Luego me lo agradecerás. Vas a pasar toda la noche con tus chicos.-me dijo Amy dándome un pequeño codazo.

Amanda Turner

La respuesta correcta había sido la última: se había quedado completamente inmóvil sin decir nada hasta que él fue el que la saludó. Después de un poco de charla fuera, entramos guiadas por Harry. El pasillo nos condujo hasta una puerta de emergencia, la abrió y amablemente, nos dejó pasar a nosotras primero. Nos encontramos con un local bastante grande, lleno de focos que proyectaban luces de diferentes colores al ritmo de la música que el Dj pinchaba. Al fondo había una barra y a la derecha, un pequeño escenario. Creí que íbamos a quedarnos allí pero Harry nos indicó que volviéramos a seguirle. Nos llevó por unas escaleras hasta la planta superior, supuse que sería la zona VIP de la discoteca y no me equivocaba. Al entrar, el primero con el que nos encontramos fue con Zayn, que en seguida, vino a saludarme con un abrazo.

- Ya pensábamos que no ibais a venir, casi os perdéis al grupo invitado.-me dijo.

- ¿Quién viene?

- Little Mix.

- ¿En serio? ¡Me encantan!

- ¿Tú eres un poco rarita, no? –dijo Zayn.

- Eh, ¿por qué?

- ¿Te gusta Little Mix y no tenías ni idea de quién somos nosotros? Perrie es mi chica, podías haber atado cabos.-explicó soltando una risa al final.

- Déjala, es cortita al parecer.-dijo Harry poniendo su mano en mi hombro.

- Os estáis pasando. Ambos.-dije queriendo parecer enfadada y me alejé de los dos. Había visto al fondo de la sala a Liam y fui a saludarle mientras Eli y Gin se quedaban hablando con los otros dos.- Hola Liam.

- Hey, no sabía que estabais aquí.

- Harry y Zayn nos invitaron.-expliqué.

- Me alegro de volver a verte.

- Lo mismo digo.

- ¿Qué tal ha reaccionado esta vez? –dijo preguntándome por Gin. Reí mirándola. Hablaba con Harry aunque estaba visiblemente nerviosa: solamente miraba al suelo.

- Te has perdido su cara.-le conté.- Hoy en vez de abalanzarse sobre él, se ha quedado como una estatua.

- No seas mala.-dijo riendo.- Y tú qué, ¿ya eres una de nuestras fans? –bromeó.

- No te voy a mentir, el concierto fue genial, es más, ya tengo alguna canción favorita y tengo a la profesora perfecta.-reí.- pero voy a cancelar las clases.

- ¿Y eso?

- Parece ser que con Zayn y Harry voy a coincidir a partir de ahora en el gimnasio así que, prefiero conocerlos en persona en vez de por las cosas que puedan decir de vosotros en internet.

- Buena decisión.-sonrió.- Entonces tendré que ir yo también a ese gimnasio.-ambos reímos.

Bajamos a la sala principal, Little Mix estaba a punto de actuar. Por las escaleras, nos encontramos con Niall que venía a avisarnos de que iban a empezar a cantar con un cuenco de patatas fritas en cada mano. Ya abajo, se nos unieron Louis y mi vecina, Eleanor. Las chicas de Little Mix nos deleitaron con cuatro canciones de su disco, sus cuatro singles por el siguiente orden: DNA, Change your life, Wings y por último, How ya’ doin. Disfruté muchísimo, aquellas cuatro chicas tenían muchísimo talento y me encantaban. Zayn tuvo el detalle de presentármelas y ahora la del fangirleo era yo, después, nos quedamos en la planta baja y pedimos algo de beber  mientras la música empezaba a sonar de nuevo para ponernos a bailar.

¡Hola chicas! Aquí estoy con un nuevo capítulo, espero que aunque las cosas estén yendo algo lentas os haya gustado. Prometo que pronto empezará la acción, el romance, los celos y todas esas cosillas que sé que os gustan. Muchísimas gracias por todo. 

Love, 

Sarai.