viernes, 27 de septiembre de 2013

Capítulo 21.




Harry Styles

Salí de casa arreglado de manera informal después de tomar algo de desayunar. Monté en el coche y arranqué para dirigirme a la casa de Gin. Me quedé aparcado en doble fila frente a la puerta de su casa. Miré el reloj que llevaba en la muñeca: había llegado quince minutos antes de la hora acordada, así que saqué el móvil para avisarla de que ya estaba esperándola. Mientras la esperaba, un whatsapp llegó a mi teléfono.

Harold, ¿qué tal te fue con Gin? ¿Te costó mucho convencerla para que te acompañara? Xx Amy.
¡Pequeñaja! Si te digo que ahora mismo estoy esperándola porque nos vamos de compras, ¿cómo te parece que me fue?
Uuuh, sabía que no podría decirte que no pero más te vale tener cuidado con mi amiga, como le hagas algo que no debas, te las verás conmigo.
Prometo portarme como todo un caballero.
Así me gusta, te dejo Haz, que he quedado con mi chico. Ya me contarás qué tal han ido esas compras *guiño, guiño*
Hahaha que tonta eres. Pásalo bien y, ya sabes, dile a Nick que se porte bien o tendré una seria charla con él.

Mi conversación con Amy terminó cuando sentí unos golpecitos en el cristal del coche. Levanté la vista del móvil para encontrarme con la chica pelirroja mirándome desde el otro lado de la ventanilla. Quité el seguro de las puertas para que pudiera entrar. Me saludó con un alegre “buenos días, Harry” y un beso en la mejilla. Arranqué para dirigirme al centro de Londres que era donde se encontraban las mejores tiendas. Entramos en muchísimas tiendas a lo largo de la mañana, tantas que hasta había perdido la cuenta. Lo que me gustaba a mí, no la gustaba a ella y viceversa. Tan solo habíamos coincidido cuando algo nos disgustaba a ambos.

- No me pruebo nada más, eh.-me dijo entrando al probador con un par de vestidos y un conjunto de falda y top en las manos.
- Vale, vale.-le dije mientras me apoyaba en la pared a esperar que saliera. Salió poco después vestida con la falda, entubada y de color azul marino y un top bastante elegante de un color claro. Negué varias veces con la cabeza y se echó a reír.
- Recuérdame que nunca más vuelva a venir de compras contigo.-exclamó mientras volvía al probador. Esta vez apareció con un vestido verde agua, que le llegaba por las rodillas, bastante ajustado. No estaba nada mal.- A ver, ¿este qué tal?
- Me gusta.-admití.
- A mí no termina de convencerme pero si dices que te gusta, me le llevo con tal de que acabemos ya.-comentó y el que rio en ese caso fui yo.
- Ponte el que queda, anda.
- ¿No decías que este te gustaba?
- Pero ya que estamos pruébate el otro también.-dije. Ella resopló y se metió dentro. Sonreí mordiéndome el labio inferior nada más verla colocarse frente a mí. Estaba claro que ese sería el elegido. Un vestido hasta las rodillas ligeramente más largo por detrás, suelto y de palabra de honor en color coral. Muy sencillo pero que la quedaba estupendamente.
- Por tu cara de bobo deduzco que nos llevamos este, ¿no? –dijo divertida apoyando un brazo sobre su cadera.
- No tengo cara de bobo.-dije frunciendo el ceño.
- Lo que tú digas.-rio entrando de nuevo para ponerse la ropa que había traído. Cuando salió, dejó lo que habíamos descartado en un mostrador que había y fuimos hasta la caja con el último vestido.
- ¿Te invito a comer? –pregunté mientras salíamos de la tienda, se nos había hecho la hora de comer. Ella negó.
- Mi madre me ha dicho que vuelva a comer.-se excusó.
- En ese caso, te llevo. Por cierto, hablando de tus padres.-dije mientras caminábamos al aparcamiento.- ¿no te han puesto ningún problema en que te vengas conmigo?
- Que va.-dijo.- No son como los de Amy, me dan bastante libertad, dentro de unos límites claro.-explicó.- Aunque ahora que lo dices, si que pusieron una condición.
- A ver, cuéntame.-entramos en el coche.
- Tienen que verte en persona.-dijo y la miré extrañado.- Digamos que se piensan que estoy loca.-soltó una risita.- No se creen del todo que te conozca. Bueno, a ti ni al resto de los chicos.
- Tendré que hacerles una visita antes de comer.-dije.  

Tras unos minutos cantando y charlando, llegamos a su casa. Esta vez conseguí aparcar y me bajé con ella. Su madre fue la que nos abrió la puerta y se quedó bastante sorprendida al verme al lado de su hija. Gin se echó a reír mientras entraba dentro de la casa.

- Encantado de conocerla, señora Bennet, soy Harry Styles.-me presenté ofreciéndole la mano.
- ¿Quién era, cariño? –dijo una voz masculina que en seguida se asomó a la puerta. Sería su padre.- Espera, tú eres uno de esos chicos que salen en los poster que tiene…
- Papá.-le regañó Gin entre risas.
- O sea que decías la verdad.-habló su madre.
- ¡Pues claro! –dijo ella indignada.

Me hicieron pasar y al final, terminé quedándome a comer con ellos mientras se aseguraban que era un tipo de fiar y podían dejar a su hija venir a pasar un fin de semana a mi casa de Holmes Chapel.

Niall Horan

Una vez más, había quedado a comer con Eli en el mismo Nando’s de siempre: donde trabajaba Lucy. Entré directamente y me recibió ella con su preciosa sonrisa. Me llevó hasta la mesa que normalmente ocupaba y me dejó dos cartas, intercambiamos un par de frases junto a unas cuantas miradas y sonrisas antes de que mi amiga llegara.

- Hola rubito.-me saludó con un beso en la mejilla.
- Hola ligue.-contesté risueño.

Tomó asiento frente a mí y miró un momento la carta para elegir qué comería. Yo lo tenía más que escogido ya. Lucy vino a tomarnos nota y en seguida nos trajo la bebida que habíamos pedido: un refresco para Eli y una cerveza para mí.

- Aquí me huele a amor.-comentó después de beber un trago.
- ¿Por qué lo dices?
- Vuestras miraditas han pasado a otro nivel.-afirmó y me eché a reír. Lucy volvió con los platos.
- Que aproveche.-nos dijo.
- Gracias.-contestamos a la vez.- ¿Lo ves? –me dijo.- Bueno, cuéntame, ¿de qué os conocíais? –preguntó curiosa mientras empezábamos a comer.

Le relaté toda la historia, lo del campamento y lo que había habido entre nosotros hacía unos años. Mientras, ella me escuchaba atentamente y soltaba de vez en cuando alguna exclamación, como ella decía, en plan: “sois adorables”.

- Y fin.-terminé.
- ¿Cómo que “fin”? –intentó imitarme en la última palabra.
- Eso, que hemos salido unas cuantas veces pero nada más.
- Tú eres un poquillo lento de aquí.-señaló su sien.- ¿verdad?
- Oye, no me insultes.-protesté.
- Es que no sé a qué esperas para dar el siguiente paso, hombre.-dijo exasperada.
- ¿Y tú qué?
- ¿Qué de qué?
- Nunca me has contado si te gusta alguien.
- No me cambies de tema, rubio.
- Ni tú tampoco. Algún chico especial tiene que haber por ahí.
- No.-dijo seria.- No quiero líos de amores, estoy muy bien sola.-habló.- Pero tú.-me señaló con el dedo índice.- Te mueres por estar con aquella señorita.-Sin esperarlo, noté muchísimo calor en la cara.- Y no lo niegues, te has puesto rojo.-dijo con cierto tono de burla.
- No sé cómo puedo ser amigo de alguien como tú.-dije medio riendo.
- Oh, vaya, ¿lo estás admitiendo? –Suspiré. ¿Quería de verdad tener algo con Lucy? Realmente no lo sabía. Ella me atraía desde antes de saber que nos conocíamos, había empezado a gustarme durante todos estos días que habíamos salido, pero ¿estaba enamorado?
- No lo sé, Eli. No me presiones tanto.-reí.
- Pues yo creo que estáis hechos para estar juntos.-concluyó cruzándose de brazos, no satisfecha con mi anterior respuesta.

Tomamos el postre hablando de otros temas y esta vez, la invité yo. Nos levantamos una vez hubimos terminado y caminamos hasta la salida aunque Eli se detuvo al pasar por la barra donde estaba Lucy colocando unos vasos que acababa de sacar del lavavajillas.

- Ah, Lucy.-la llamó. La aludida levantó la cabeza.
- ¿Si, em…? –se quedó pensando cómo llamar a mi amiga.
- Eli, me llamo Eli.-se presentó. Ambas sonrieron.- Pero ese no es el caso.-dijo.- Solo quería decirte que si este panoli.-me señaló.- no te saca por ahí tan a menudo como debería, le pides mi teléfono, te presento a unas amigas y nos vamos todas de compras o hacer el loco por ahí.-Lucy soltó una risita mientras me miraba.
- Claro, gracias por la oferta, Eli. Lo pensaré.-contestó.
- Así me gusta, estoy segura que lo pasaríamos muy bien, serías bienvenida en nuestro grupo.-sonrió.- Podemos irnos, rubito.-me dijo y caminó hasta la puerta.
- Adiós, Niall.-me dijo Lucy.
- Adiós, Lu.-respondí y caminé detrás de mi amiga aunque antes de salir me giré, llamé la atención de Lucy con la mano y la hice un gesto, indicando que luego la llamaría a lo que respondió con una sonrisa.- ¿Se puede saber qué ha sido eso? –pregunté divertido a Eli cuando estuvimos ya en la calle.
- ¿Qué? Según me has contado la pobre se pasa el día ahí metida, seguro que no sale mucho así que no la vendría mal una vueltecita con unas nuevas amigas.-negué con la cabeza. Esta mujer no tenía remedio.
- Me has llamado panoli.-dije después de unos minutos en silencio. Soltó una carcajada.
- Es que lo eres.-me revolvió el pelo.- Y lo seguirás siendo hasta que la pidas salir.
- Y dale con el temita.-protesté.

Elizabeth Hunt

- ¿Pero esto qué es? Pago yo y encima le das clase a esta también.-se quejó Zayn.

Amy se nos había unido hacía una semana a las clases aunque ella en vez de con el skate, con patines de línea pero como yo sabía moverme en ambas cosas, les estaba enseñando a los dos.

- Anda, hazme ese favor, que no tengo dinero y a ti te sobra.-dijo Amy poniéndole ojitos.
- Chantajista.-le recriminó y, ofuscado, se alejó de nosotras dos para ponerse a practicar de nuevo.

Continué dándoles instrucciones a los dos: Zayn había avanzado bastante desde que empezáramos con las clases hacía ya más de dos semanas, se mantenía en pie sobre la tabla y conseguía recorrer varios metros sobre ella. Por otro lado, Amy aprendía rápido y en apenas una semana, había sido capaz de andar con los patines sin caerse en demasiadas ocasiones. Sobre las siete de la tarde, decidimos dejarlo.

- Venga, estoy generoso, os invito a lo que queráis.-dijo Zayn colocándose entre nosotras dos, poniendo sus brazos sobre nuestros hombros.
- Quien te entiende, Malik.-dijo Amy.- Primero me recriminas que te robe a la profe y ahora me quieres invitar a tomar algo.
- Soy así.-se encogió de hombros y nos echamos a reír.
- No va a poder ser.-dije yo.
- ¿Por qué? –me miró haciendo un pequeño puchero con los labios. Sonreí.
- Amy y yo tenemos noche de chicas en su casa. Nos vamos ahora.-ella asintió, confirmándolo. Estaríamos las dos solas ya que Gin estaba camino a Holmes Chapel para la boda y Ronnie nos había dicho que no tenía muchas ganas de salir.
- Oh, vaya.-dijo.- Bueno, entonces dejo que os vayáis. Un placer pasar la tarde con ustedes, señoritas.-dijo antes de dejar un beso en la mejilla de Amy y luego otro en la mía.
- Hasta mañana.-le contestamos ambas, y yo le seguí con la mirada, como hacía cada día. Lo odiaba. Esto no podía estar pasándome a mí.- ¿Qué pasa? –Le dije a Amy que me miraba fijamente con una sonrisilla en sus labios.
- ¿Qué ha sido eso? –preguntó mientras nos poníamos rumbo a su casa, yo andando y ella con los patines aún puestos, para seguir practicando un poco más.
- ¿El qué?
- Eli, no soy tonta.
- ¿No? Vaya decepción.-comenté y reí. Recibí un golpe en el brazo.
- ¿Te gusta Zayn? –me apresuré a negarlo.- No me mientas.-dijo y estuvo a punto de resbalarse y caer al suelo.
- Cuidado.-la ayudé cogiéndola del brazo.-
- Eli.-pronunció mi nombre con pesadez.- Cuéntamelo.
- No.-dije como una niña pequeña mientras casi habíamos llegado a su casa.
- Terminarás contándomelo esta noche, quieras o no.

Louis Tomlinson

Había recibido un mensaje de Eleanor diciéndome que le había surgido un imprevisto y mañana por la mañana iría a Manchester. Estaba tumbado en el sofá sin hacer gran cosa así que pensé en ir a hacerla una visita. Subí rápidamente al piso superior de mi casa, me deshice de los pantalones deportivos y la camiseta que llevaba y me metí en la ducha. Tras unos minutos bajo el agua, salí enrollando una toalla en mi cintura. Me dirigí a mi habitación y abrí el armario. Sin pensar mucho, elegí unos vaqueros con el bajo remangado y una camiseta de manga corta negra con las letras “killers” en blanco. Me calcé unas zapatillas y recorrí el pasillo para bajar de nuevo.

- ¿Dónde vas? –me preguntó Ronnie cuando pasé por su habitación.
- Con Els.-contesté.- ¿Y tú qué vas a hacer? ¿Quedarte aquí metida? Llevas un par de días sin salir a nada.-dije apoyándome en el marco de la puerta. Suspiró.
- Bueno, espera que me arreglo y me voy contigo, así paso a hacer una visita a Amy aunque la dije que no iba a salir.-
- Así me gusta.-dije.- Date prisa.-bajé las escaleras y me quedé esperándola sentado en el sofá.

Unos minutos más tarde, bajó arreglada y tras coger las llaves del coche, salimos de casa. Subimos en el coche, encendí la radio y conduje por las calles de Londres en dirección a la casa de mi chica. Cuando entré en la calle de su casa, divisé un par de chicas que caminaban por la acera que inmediatamente reconocí. La que iba sobre los patines era sin duda Amy, las mechas rosas en su melena rubia la delataban y la de al lado, de pelo moreno y gorra hacia atrás era Elizabeth. Decidí divertirme un poco, dando a ese par un pequeño susto.

- Ya verás que susto se pegan esas dos.-le dije a Ronnie que miró por la ventana y sonrió al ver a sus amigas.
- Déjalas.-negué con la cabeza sonriendo.

Se las veía enfrascadas completamente en la conversación que mantenían así que bajé la velocidad y cuando estaba justo detrás de ellas, hice sonar varias veces el claxon del coche, haciéndolas pegar un bote. Aunque no todo salió como yo planeaba, no quedó en una tonta broma. Al ir sobre los patines y con el susto, Amy resbaló y cayó hacia atrás, dándose un buen golpe. Paré el coche inmediatamente y ambos nos bajamos a ver si se encontraba bien.

- ¿Pero tú? –empezó a decir Elizabeth.
- No digas nada. Es así de tonto desde que nació.-dijo Ron.
- Lo siento, solo quería gastaros una broma.-me disculpé.
- Amy.-la llamó Eli incorporándola un poco pero no respondía.
- Amy.-repetí la misma acción. Nada. Dio unos leves golpes sobre sus mejillas pero seguía sin reaccionar y fue cuando vi un pequeño rastro de sangre cuando me asusté de verdad.




Chán, chán, chán. Aquí tenéis un nuevo capítulo. ¿Qué os ha parecido? ¿Creéis que Amy está bien? ¿O será muy grave el golpe que se ha dado gracias a nuestro amigo bromista? ¿Y Niall? ¿Se atreverá a pedirle salir a Lucy? ¿Pensáis que ella está tan loquita por el irlandés como él por ella? ¿Qué ocurrirá en esa boda que se celebra en Holmes Chapel? Pues la respuesta a la mayoría de estas preguntas, la tendréis en el siguiente capítulo. Muchísimas gracias por todo.
Love,
Sarai.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Capítulo 20.




Ginger Bennet

Faltaba una hora para que Harry pasara a por mí así que, me metí a la ducha para empezar a arreglarme. Las chicas habían estado todo el día dándome la brasa por un grupo de whatsapp que habíamos creado, diciéndome que tenía que ponerme la falda que había adquirido el día anterior.

¡Exigimos ver cómo vas! –escribió Perrie.
Eso, eso, necesitamos una foto.-dijo Amy y en seguida, las demás mandaron más frases apoyando su idea.
Dejadme en paz, pesadas. Cuando esté lista os lo enseño pero parad.-escribí.

Dejé el móvil sobre la cama mientras me vestía. Me puse la falda morada y la acompañé con una blusa sin mangas, blanca con unas pequeñas tachuelas en el cuello. Elegí unas sandalias a juego y me preparé el bolso. Una vez estuve lista, con el pelo arreglado y un poco de maquillaje sobre mi piel, cogí el móvil para hacerme una foto frente al espejo del armario de mi habitación sacando la lengua. La mandé inmediatamente por el grupo junto a una frase que decía “Ya tenéis lo que queríais, ahora dejadme pasar una tarde tranquila” seguida de un guiño. Justo cuando estaba guardando el teléfono, sonó el timbre. Ya está aquí, pensé. Me miré una última vez en el espejo mientras el timbre volvía a sonar.

- ¡Ya voy! –grité mientras bajaba corriendo las escaleras. Abrí la puerta para encontrarme con Harry mirando distraído una de las plantas que mi madre tenía sobre la repisa de la ventana.- Hola.-dije. Inmediatamente volvió la mirada hacía mí y sonrió antes de dejar un beso sobre mi mejilla.
- Hola. ¿Nos vamos? –asentí con la cabeza y, después de cerrar la puerta de mi casa con llave, subimos en su coche.

Fuimos charlando, tarareando canciones que salían por la radio hasta que llegamos a nuestro destino. Una cafetería de las afueras de Londres. Salimos del coche y entramos en el local, nos sentamos en una de las mesas que había libres y pedimos un par de cafés.

- ¿Y bien? –pregunté queriendo saber qué era eso que me quería pedir. Me miró con el ceño fruncido.- Decías que querías pedirme algo, ¿de qué se trata?
- Iba a decírtelo al final de la tarde.-dijo.
- Soy una chica curiosa. Cuéntamelo.-pedí.
- No vas a parar hasta que te lo cuente, ¿verdad? –sonreí haciéndole entender que estaba en lo cierto. Suspiró mirando al techo, dio un sorbo de café y me miró antes de empezar a hablar.- Verás, en un par de semanas se casa mi madre y bueno, todo el mundo seguramente irá con pareja menos yo, así que había pensado.-se rascó la nuca perdiendo la vista en su café.- que quizás te gustaría acompañarme.-sus ojos verdes se toparon con los míos. Iba a responder a su propuesta pero no fue posible porque a continuación se embaló y empezó a hablar rápidamente.- Pero si no quieres no importa, no pasa nada, lo entendería porque claro, tendrías que venir a pasar el fin de semana allí y a lo mejor tus padres no te dejan porque solo tienes diecisiete años, por no hablar de que tendrías que comprarte algo de ropa, pero eso no sería problema, eso correría de mi cuenta, te llevaría a por un vestido o bueno, una falda o si lo prefieres pantalones, no es necesario llevar un vestido y.-estaba graciosísimo pero decidí cortarle.
- Harry.-le llamé pero él seguía.- ¡Harry! –se calló de golpe y solté una risita por la forma en la que me miraba.- Que sí, me encantaría ir contigo.-acepté.
- ¿Estás segura?
- Claro que sí pero con una condición.-
- ¿Cuál?
- La ropa va por tu cuenta.-bromeé.
- Claro, por supuesto.-dijo rápidamente.
- Lo decía en broma.
- Pues yo no.-Y a partir de ahí empezamos una discusión que duró la mayor parte de la tarde pero que, afortunadamente acabó con risas por parte de ambos y ninguna solución a nuestra cabezonería.- ¿Entonces cuando nos vamos de compras? –me preguntó cuándo paró el coche frente a la puerta de mi casa.
- ¿En qué habíamos quedado antes? –dije poniendo los brazos en jarra. Él se rió.
- Vamos, me estás haciendo un favor al venir conmigo, déjame que te compre yo lo que te vayas a poner.-resoplé. Era un cabezota y no pararía hasta conseguir lo que quería.
- Eres un pesado, Harry Styles.-dije.
- Pero te encanta que lo sea.-contraatacó y noté el calor subir hasta mis mejillas. Había dado en el clavo. Pero no solo me encantaba cuando se ponía pesado. Me encantaba de todas las maneras y había tenido oportunidad de comprobarlo desde que le conocí. Sonrió.- Paso mañana a las once a por ti.
- ¿Puedo negarme? –pregunté. Él negó con la cabeza.- Hasta mañana entonces.
- Hasta mañana, pelirroja.

Amanda Turner

Agarré la mano de mi novio en cuanto vi a mi hermano adentrarse en casa y caminé unos pasos, tirando de él para alejarnos un poco.

- ¿Qué te ha pasado? –preguntó mirando mi muñeca izquierda. Llevaba una pequeña venda que Tom me había puesto para proteger el tatuaje.
- Nada. Acabo de hacerme un tatuaje.-le expliqué brevemente. Él me dedicó una pequeña sonrisa.
- Al final lo has conseguido.-asentí con la cabeza.- Pero bueno, yo había venido a otra cosa.-Le miré, esperando que empezara a hablar.- Lo siento, Amy. Lo del otro día, la discusión en el coche, de verdad, no sé qué me pasó pero me comporté como un auténtico imbécil. Tú solo querías que me llevara bien con tus amigos y yo bueno…no es que pusiera de mi parte, precisamente.-cogió mi mano, entrelazando sus dedos con los míos.- No quiero perderte porque te quiero.-pronunció esas dos palabras mirándome a los ojos. Sonreí.
- Yo también te quiero.-su sonrisa se ensanchó antes de juntar sus labios con los míos en un dulce beso que duró algunos segundos.
- ¿No me lo vas a enseñar? –Nos habíamos sentado en uno de los bancos de mi calle, fuera del alcance de la vista de mis padres en caso de que salieran de casa.
- A ver qué te parece.-dije mientras despegaba el esparadrapo. Ya habían pasado más de las dos horas que Tom me había recomendado que dejara la gasa.- ¿Y bien? –dije enseñándoselo.
- Va mucho contigo.-me sonrió.
- Creo que será mejor que vaya a casa, luego empezarán las preguntas.-comenté.
- Te acompaño.
- Si te ven.-me calló con un beso.
- Si me ven, ya me inventaré alguna excusa.-sonreí y caminamos hasta mi casa.
- ¿Qué, escondiéndote de papá? –Esa voz era inconfundible. Resoplé y miré a la casa de la que venía la voz, la de al lado de la mía. Bingo. Si es que no podía ser otro… Decidí no hacer mucho caso a su comentario y antes de plantarme frente a mi puerta, me despedí de Nick.
- ¿Te apetece que vayamos a algún sitio mañana?-me preguntó. Asentí con la cabeza.- Pues quedamos donde siempre, ya tengo algo pensado.
- Hasta mañana.-
- Te quiero.-dijo antes de besarme. Me despedí de él con la mano mientras se alejaba de allí.
- ¿Lo habéis arreglado? –me preguntó Eleanor a voces desde su casa. Levanté la mano, con el pulgar hacia arriba y sonrió aunque no la dio tiempo a decir nada más porque Louis susurró algo en su oído antes de comerle prácticamente la boca. Rodé los ojos y entré en casa.

Por suerte, mis padres no estaban en casa así que subí rápidamente a mi habitación, me puse la ropa con la que solía estar por casa que, en verano, constaba de un pantalón corto y una camiseta de tirantes a lo que añadí una sudadera finita para tapar el tatuaje.

- Te vas a asar de calor.-comentó mi hermano soltando una risa cuando me vió aparecer en el salón. Me senté a su lado en el sofá y le di un codazo.
- Mejor eso a que papá me corte en trocitos por lo que he hecho.-dije.
- ¿Qué ha pasado con Nick? –preguntó directo al grano.
- Nada. Está todo solucionado.-expliqué.
- ¿Segura? –me miró alzando una ceja.
- Sí. Sé lo que hago, Dani, no tienes de qué preocuparte.-me recosté sobre su hombro y él me abrazó mientras veíamos la tele, haciendo tiempo a que mis padres llegaran y cenáramos.

Veronica Reed

Había recibido un mensaje de Liam diciendo que quería verme, que tenía algo muy urgente e importante que contarme así que sin dudar acepté a vernos esa noche. No tenía ni idea de qué podría tratarse, solo esperaba que no fuera nada malo.

- ¿Dónde vas con tanta prisa, Ron? –ese era Louis que acababa de llegar a casa.
- He quedado con Liam a cenar.-contesté mientras cogía mi bolso que estaba colgado de un perchero en la entrada.
- ¿Me dejas solo para cenar? –preguntó poniendo un pequeño puchero.
- Tú me has dejado sola toda la tarde y no me quejo.-
- Vale, vale, tú ganas.-dijo y reí.- Pasadlo bien, ya sabéis, usad protección.
- No seas idiota.-dije dándole con el bolso en el brazo. Entre Liam y yo no había absolutamente nada, tan solo nos habíamos hecho muy buenos amigos.
- Auh. Al menos no le maltrates como a mí.-se quejó frotándose el brazo.
- Que te den, Boo.-le dije antes de salir por la puerta y escuchar un “yo también te quiero” de su parte.

Cogí el autobús y después tuve que andar unos diez minutos hasta llegar al restaurante en el que Liam y yo habíamos quedado. Estaba muy sonriente en la puerta esperándome y me recibió con un pequeño abrazo. Me hizo entrar mientras sujetaba la puerta y nos sentamos en una mesa que ya tenía reservada. No sabía a qué venía esto. Un camarero nos trajo la carta y estuvimos en silencio mientras elegíamos qué pedir. La cena transcurrió hablando de trivialidades, como casi siempre que salíamos, no necesitábamos un tema de conversación interesante para que el tiempo se nos pasara volando cuando estábamos juntos pero yo ya no podía con la curiosidad así que decidí preguntarle por la razón de tanta urgencia cuando nos trajeron el postre.

- Bueno, ¿me vas a contar ya que era eso tan importante que tenías que decirme? –pregunté mientras me llevaba una cuchara con helado a la boca.
- Ah, eso.-dijo y seguidamente una sonrisa se adueñó de su rostro. ¿Qué sería eso que hacía a mi amigo tan feliz?
- Sí, eso.-insistí.
- ¿Recuerdas todo lo que te he contado de mi historia con Danielle? –preguntó mirando su plato, algo nervioso pero sin dejar de sonreír. No sé por qué razón mi corazón empezó a ir a mil por hora ante la idea de que ella y Liam hubieran retomado su relación.
- ¿Ha-habéis vuelto? –pregunté dudosa. Él negó.
- No, no es eso.- ¿Entonces qué es, Liam? No me gustaba nada lo que estaba pasando, no entendía por qué pero estaba verdaderamente nerviosa.- Eso ya lo he superado. El caso es que después de que Danielle y yo termináramos, no estaba muy bien.- Eso lo sabía perfectamente, cuando nos conocimos estaba decaído por su reciente ruptura.- Pero hará cosa de un mes, más o menos, que he empezado a sentir algo por alguien.-levantó la mirada del plato para cruzarse con la mía, que esperaba expectante a que terminara de hablar. Tragué saliva y él sonrió. Temí que fuera capaz de escuchar los latidos de mi corazón que cada vez iban más rápido. ¿Se puede saber qué demonios te pasa, Ron? Iba a ponerme a buscar una respuesta a aquella pregunta que yo misma me hacía cuando él siguió hablando.- Se llama Sophia, es una antigua amiga mía, nos volvimos a encontrar aquí en Londres de casualidad hace unas semanas y creo que estoy enamorado.-soltó. ¡Pum! Mi corazón se paró un instante para volver a latir con fuerza.
- Ah.-fue lo único que me salió.- M-me alegro mucho, Liam.-dije mostrando después una sonrisa que, en mi opinión, quedó bastante forzada.
- Eres la primera a la que se lo cuento.-dijo sonriendo.- ¿Crees que debería invitarla a salir? –me preguntó.
- Sí, claro.-volví a sonreír y él lo hizo conmigo.

Después de que me repitiera un par de veces más lo feliz que estaba, me inventé la excusa de que Louis estaría preocupado por mí para poder irme a casa. Nos despedimos y volví a hacer el mismo recorrido que un par de horas antes pero en sentido contrario. Mi cabeza no paraba de darle vueltas a lo que había pasado. ¿Por qué había reaccionado así? Liam era mi amigo, se suponía que debía haber mostrado un poco más de entusiasmo porque al fin se hubiera recuperado y hubiera encontrado de nuevo la felicidad. Solo había una razón posible por la que no lo había hecho: me había enamorado de él sin darme cuenta.

- Uy, vuelves muy pronto, ¿tan mal te lo hace pasar Liam?
- No estoy de humor, Boo.-dije adentrándome en el pasillo para ir a mi habitación.
- ¿Qué ha pasado, Ron? –me preguntó siguiéndome.
- No lo sé.-contesté. Me sentía rara. En realidad, sentía algo dentro de mí pero algo que no era agradable.
- A ver, cuéntaselo a tu Boo.-dijo sentándose en mi cama y palmeando la colcha a su lado para que le imitara.
- No es nada.-me miró con cara de “aunque lo intentes, no puedes engañarme” y resoplé.- Vale, no sé qué me pasa. Es solo que Liam me ha contado que se ha enamorado de una tal Sophia y va a salir con ella y bueno yo, no me he sentido feliz por él como debería, la verdad.
- Oh, oh.-dijo pasando su brazo por mis hombros.
- Oh, oh, ¿qué?
- Que te has enamorado, querida Ron.-sentenció.
- Eso me temía.-apoyé la cabeza sobre su hombro.- Pero no quiero, Boo, no quiero enamorarme, no trae más que problemas.-murmuré.
- Lo sé, todo se complica.-dijo.- Pero uno no elige cuándo, dónde, ni de quién se enamora.

Elizabeth Hunt

Hacía unos días que había empezado a darle clases de skate a Zayn. No lo llevaba muy bien pues llevábamos una media de dos caídas por hora pero ponía empeño, era cabezota y no pararía hasta mantenerse decentemente sobre el aparato.

- Venga, una más.-le dije y empezó a coger carrerilla, por suerte, aquel parque lo teníamos solo para nosotros a aquellas horas de la tarde. Sonó mi móvil y me distraje abriendo el mensaje que había recibido.

Ay, mi ligue, ¡te vas a quedar de piedra cuando te lo cuente! –me imaginaba a mi amigo irlandés emocionado y me eché a reír.- Ya he descubierto de que nos conocíamos Lucy y yo, ¿quedamos mañana a comer y te lo cuento? Xx Nialler.

- No te pagaré las clases si te distraes y no haces tu trabajo.-dijo la voz de Zayn a mis espaldas, llegando hasta mí, manteniendo con dificultad el equilibrio sobre el skate.
- ¡Tendrás morro! Llevamos casi una semana y aún no he visto ni una libra.-me quejé y él rió.
- ¿Quién era? ¿Tu novio? –preguntó moviendo las cejas. Negué con la cabeza.
- Era Niall.
- Pues eso, tu novio.-repitió.
- ¿Qué? –pregunté sorprendida.
- ¿No salís? –volví a negar. Él se encogió de hombros.- Cualquiera lo diría, parece que sí.
- Pues no te fíes de las apariencias, Malik.-dije mientras contestaba afirmativamente a la propuesta de Niall y después guardé el móvil en el bolsillo del pantalón.- Anda, prueba de nuevo que esta vez no te he visto.- Me hizo burla y se subió de nuevo.
- Estate atenta que no lo voy a repetir más.-me eché a reír porque de nuevo, volvió a terminar en el suelo. Me acerqué a ayudarle.
- Venga, es suficiente por hoy, vas a terminar con el cuerpo lleno de moratones.- Extendí mi mano para que la agarrara y se levantara. Pero él tenía más fuerza que yo y me hizo caer al suelo, quedando sobre él.- Eres lo más torpe de este mundo, Malik.-dije mientras reía. Él se unió a mí.
- Gracias, mmm, ¿Cuál dices que es tu apellido, Liz? –dijo dejando de reír.
- ¿Desde cuándo me llamas Liz? –pregunté mirándole. Sin darme cuenta, caí bajo un hechizo causado por sus profundos ojos marrones.
- Desde ahora. ¿No puedo? –preguntó bajando el tono de voz. Nos habíamos quedado mirándonos fijamente a los ojos.
- C-claro.-tenerle tan cerca me había puesto nerviosa. Noté mi corazón latir más rápido de lo normal y por instinto me quité de encima y le ayudé, esta vez con éxito, a levantarse también. Miró el reloj.
- Hoy no puedo quedarme a tomar nada.-se excusó. Era algo que habíamos tomado por costumbre estos días, tomábamos algo de beber después de las clases.- He quedado con Perrie que se va con las chicas de gira mañana.
- Claro.-sonreí.- Dale un beso de mi parte.
- Lo haré. Hasta mañana, Liz.-me dijo antes de besar mi mejilla. Cogió el skate y se alejó de allí caminando, dejándome mirándole como una boba. Tiene novia, no tienes nada que hacer con él, me gritó mi voz interior. Soñar es gratis, le contesté.


¡Hola chicas! Sé que he tardado en subir, y en realidad, debería haber subido la semana pasada pero entre el comienzo de las clases en la uni y que me puse mala pues no pude...Espero que os haya gustado el capítulo. Harry ya le ha pedido que vaya con él a la boda y ella ha aceptado...¿qué pasará en la boda? Para desgracia de muchas de vosotras, Nick y Amy lo han arreglado, sé que le odíais pero es lo que hay, niñas. Pobre Ron, no os lo esperábais, ¿a qué no? ¿Y Zayn y Eli? O como él dice, Liz, ¿qué os parecen esos dos? Ah, os dejo el churro de foto que me ha salido del tatuaje de Amy, pero solo es para que os hiciérais una idea...

Bueno, nada más, muchas gracias.
Love,
Sarai.