sábado, 29 de junio de 2013

Capítulo 4.




Amanda Turner

Josh me llevó a casa y aprovechó ya la ocasión para saludar a mi hermano. A la mañana siguiente, me despertó el ruido del timbre.

- ¿Se puede saber quién es tan temprano? –gruñó mi hermano desde su habitación. En vista de que nadie parecía estar dispuesto a levantarse y descubrir a la persona que se atrevía a llamar al timbre a las nueve de la mañana un domingo, me bajé de la cama y fui a abrir.
- ¡Buenos días! –dijo prácticamente gritando.
- Gin, ¿qué haces aquí?
- Soy tu profe, ¿recuerdas? –dijo como si fuera algo evidente.
- Estás como una cabra.-comenté.- Mi hermano te va a matar.
- ¡Sobreviviré! –dijo riendo.- ¿No me invitas a pasar? He traído algo de desayunar.-hizo un pequeña pausa.- Del Starbucks.
- ¿Starbucks? Pasa, pasa.-
- Interesada.-murmuró al pasar por mi lado.

Pasamos toda la mañana en mi habitación, “instruyéndome” sobre la vida de aquellos cinco chicos, hoy concretamente sobre el pequeño: Harry Styles. Como después de comer, no tenía nada que hacer y además, ya no estaba castigada, decidí llamar a Eli y ver si podía quedar, teníamos una charla pendiente. Quedamos sobre las seis de la tarde en el parque donde mi hermano, Josh y ella solían estar con el skate, así que me puse unos vaqueros y una camiseta de manga corta ya que hacía buen tiempo y tras coger el móvil y algo de dinero, salí de casa. Al llegar, la vi sentada en el banco de siempre, con el skate en sus pies. Me acerqué por detrás.

- ¡Bu! –la asusté.
- Que idiota eres.-dijo y reí. Me senté a su lado.-
- ¿Qué tal estás querida Eli? –le pregunté.
- Pues antes de que me asustaras, genial.-contestó sacándome la lengua. Estuvimos un rato hablando, hasta que decidí sacar el tema: me había dicho que había tenido problemas durante los dos últimos años y quería saber qué le había sucedido.
- Bueno, creo que tienes algo más que contarme, ¿no? –dije y ella suspiró.
- Mis padres se separaron.-empezó a hablar.- hace ya más de un año.-la abracé de lado, frotando su brazo en un gesto tranquilizador.- Fue porque mi madre encontró un rastro de pintalabios en una de sus camisas un día, estuvo investigando a mi padre durante meses hasta que al final confirmó sus sospechas al pillarle con otra entrando en uno de los hoteles del centro. Le echó de casa al instante pero unos días después, decidió perdonarle. Todo iba bien hasta que de nuevo, le encontró con otra mujer distinta. Esa vez fue la definitiva. Empezaron con el papeleo del divorcio y ha sido complicado, no se ponían de acuerdo en nada. Por suerte, cuando todo se solucionó, yo había cumplido ya la mayoría de edad y decidí quedarme con mi madre en casa. Pero vamos, que es como si viviera sola, ella no levanta cabeza, no tiene ganas de nada y yo ya no sé qué hacer para animarla.-la abracé lo más fuerte que pude. Tuvo que haber sido muy duro para ella.

Después de aquello, cambiamos de tema pero había algo que me decía que el divorcio de sus padres no había sido solamente el problema que había tenido, tenía el presentimiento de que había algo más que no quería contarme. Volví a casa para cenar. Al terminar de ayudar a mi madre a recoger las cosas, subí a mi habitación pero, antes de entrar, pensé en preguntarle a mi hermano sobre Elizabeth, él tenía que saber algo. Toqué dos veces con los nudillos en la puerta.

- Pasa.-dijo desde dentro. Entré, cerré la puerta tras de mí y me senté en su cama. Él estaba sentado en la silla, frente al ordenador.
- Dani, necesito tu ayuda.-Al pronunciar esas palabras, dejó el ordenador, poniéndome atención.
- Dime.
- Es sobre Eli. Me dijo que había tenido problemas estos dos últimos años, hemos estado juntas esta tarde y me ha contado lo del divorcio de sus padres pero yo creo que pasa algo más, ¿tú sabes algo?
- En realidad no.-contestó.- Pero hace unos meses, un día, así, de repente, dejó de salir con Josh y conmigo. No la veíamos para nada y así pasaron unos tres días. Empezamos a preocuparnos por ella, eso no era normal ya que nos veíamos todos los días, ya sabes que siempre estamos los tres con el skate.-asentí con la cabeza.- El caso es que decidimos ir a su casa por si había caído enferma o algo.-continuó su relato.- Su madre nos dejó pasar y nos encontramos con una Eli totalmente distinta, estaba cambiada, triste. Intentamos por todos los medios que nos contara lo que le había sucedido para estar así, pero no había manera, ni si quiera se lo había contado a su madre. Simplemente, de un día para otro, había dejado de comer y no quería salir de casa.
- ¿Qué hicisteis entonces?
- Fuimos a su casa cada día después de clase y de los ensayos de Josh, intentábamos animarla entre los dos y al final, después de un mes, conseguimos que saliera y volviera a ser algo parecido a la Eli de antes. Pero seguimos sin saber qué fue lo que causó aquello.

Lo sabía. Sabía que algo más pasaba allí. Mi hermano y Josh no habían podido descubrirlo pero yo lo haría. Ella era mi amiga y, probablemente, si hubiera estado aquí a su lado, me lo habría contado.

~

Lunes. Sonó el despertador a las siete de la mañana. Me vestí rápidamente después de darme una ducha y dejé que se me secara el pelo mientras desayunaba junto a mi familia. Cogí la mochila con todas mis cosas y salí de casa. Fui escuchando música hasta que entré en el instituto y me encontré con Nick. Charlamos un rato hasta que el timbre indicando el inicio de las clases, nos interrumpió. Las horas pasaron bastante lentas para mi gusto pero llegó la bendita hora de la salida. Había quedado con Nick en vernos en la puerta de entrada para después irnos a pasar una tarde recuperando el tiempo perdido.

- Podemos irnos.-dijo llegando a mi lado, después de besarme la mejilla.
- ¿Y dónde vamos? –pregunté.
- Si quieres a mi casa, puedo cocinarte algo.
- ¿Ahora cocinas? –pregunté sorprendida.
- Te has perdido muchas cosas, Amy.-dijo riendo y empezamos a andar hasta su casa. La verdad es que prefería ir allí, así las posibilidades de encontrarme con mi padre o mi madre, disminuían considerablemente.

Llegamos a su casa unos veinte minutos después de caminar por las calles londinenses. Su casa seguía tal y como la recordaba, al menos la fachada y ese pequeño jardín que tenía a la entrada. Sacó las llaves de su mochila y abrió la puerta.

- ¿Y tu padre? –pregunté cuando entré.
- Ya sabes, siempre trabajando.-dijo rodando los ojos. Reí. Esa era otra de las cosas que teníamos en común: nuestros padres pasaban más tiempo en el trabajo que en casa.- Bueno, siéntate, husmea un poco por ahí, haz lo que quieras mientras preparo algo de comer.
- De acuerdo.-sonreí.

Dejé la mochila en el pasillo, apoyada sobre la pared y fui a “investigar” si todo seguía como antes. Subí a la planta de arriba y entré en su habitación. Aún conservaba algunos de esos muñecos de acción con los que solía jugar de pequeño pero la mayoría de las estanterías estaban ocupadas por cd’s, algún que otro libro y pequeñas maquetas de diferentes marcas de motos y coches. Me sorprendió bastante encontrar en su corcho un montaje con fotos nuestras. Quité la chincheta que lo sostenía para ver mejor las imágenes: en una salía haciéndome de rabiar, en otra poniendo caras raras pero mi favorita sin duda era una en la que salía subida a su espalda, besándole la mejilla.

- Que cotilla eres.-su voz me hizo sobresaltarme.
- Me has dado vía libre.-me excusé.-
- Vaya, veo que has encontrado mi tesoro.-dijo quitándome la foto de las manos. Reí.
- Yo también conservo el mío.-sonreí. Tenía un montaje igual solo que guardado, si mi padre viera que aún lo tengo, seguramente lo tiraría a la basura.
- La comida está lista, señorita.

~

- Estaba buenísimo.-dije al terminar mi plato.- Eres un buen partido, eh.-bromeé.
- Supongo.-se encogió de hombros, riendo.
- Dime, ¿alguna novia por ahí? –volvió a reír.
- Nada de nada. ¿Y tú qué? ¿Te ha conquistado algún español?
- Que va. No he querido dejarme conquistar, hubiera sido peor cuando volviera, ¿no crees?
- Sí, tienes razón. Bueno, ahora tienes a medio instituto hablando de ti.
- Sí, seguro.-ironicé.
- Hablo en serio. Tienes a un par de chicos de mi clase loquitos por ti.
- Anda ya, deja de mentir.-dije tirándole la servilleta, dándole de lleno en el moflete.
- Te vas a enterar.-me amenazó y salí corriendo.

Como era de esperar, me atrapó unos minutos después para torturarme con una sesión de cosquillas. Pasamos el resto de la tarde allí, tirados en el suelo, contándonos todo lo que había pasado en ese tiempo que habíamos estado separados. Por suerte, no había perdido a mi mejor amigo y eso era algo que me hacía muy feliz.

- Creo que será mejor que me vaya ya, me voy a quedar sin dormir para poder hacer los deberes, y todo por tu culpa.-le acusé mientras me levantaba.
- Oye, que tú aceptaste sin pensártelo mucho.-se defendió y le saqué la lengua.- pero sí, vete antes de que tu padre se entere que has estado conmigo y te castigue de nuevo.-dijo divertido.
- Eres idiota.-le di en el brazo.- Nos vemos mañana.-cogí mi mochila y me la colgué a la espalda.
- Claro. No estudies mucho.-rió antes de besar mi mejilla y volví a casa.

Llegué después de media hora de música en mi ipod. Abrí la puerta y me encontré de lleno con mi padre. Mierda.

- Hola, ¿qué tal el trabajo en la biblioteca? -¿Qué? ¿De qué hablaba este hombre? Entonces mi hermano apareció por detrás haciéndome señas.
- Ah, muy bien.-sonreí.- aunque aburrido.-dije tranquilamente. Mi padre entró en el salón, saludé a mi madre y subí a mi habitación.- Te debo una, Dani.-le dije al pasar a su lado, a lo que él contestó con una sonrisa.

~

La semana había pasado antes de lo que me esperaba y ya estábamos otra vez a sábado. Había decidido pasarme por el gimnasio al que iba mi hermano y apuntarme, así haría algo por las tardes, un poco de ejercicio no viene mal a nadie. Desayuné, me di una ducha y me vestí de manera deportiva: unas mayas negras, una camiseta rosa de manga corta, cogí una sudadera por si hacía algo de fresco y las deportivas. Metí el monedero y el móvil en una pequeña mochila y salí de casa, como siempre, al ritmo de un poco de música. Llegué al gimnasio, había bastante gente. Me dirigí a la recepción donde estaba una chica de unos treinta años más o menos, con el pelo corto. Me dio la información necesaria y decidí apuntarme durante un mes, podría hacer uso de todas las instalaciones del gimnasio además de la piscina desde ese mismo momento. Firmé un par de papeles y entré para ver todas las instalaciones.

- ¡Hey! –escuché a alguien gritar detrás de mí, estaba a punto de salir de allí.- Hey.-repitieron.- Sí, a ti, Amanda, si mal no recuerdo, ¿no? –me giré al escuchar mi nombre y me sorprendí al ver que el chico de rizos recordaba mi nombre.
- Hola Harry.-le saludé.
- Te hemos visto de lejos y no sabíamos si eras tú.-dijo y un poco más atrás, vi al moreno, Zayn, guardando una camiseta en su bolsa de deporte. Se acercó a nosotros.
- Pues habéis acertado.-dije y reímos.- ¿Haciendo un poco de ejercicio?
- Hay que mantenerse en forma.-dijo Zayn.- Las giras son muy duras.-explicó.- ¿Tú?
- Solo he venido a ver las instalaciones, el lunes empezaré. Hay que mantener la línea.-dije señalándome, causando las risas de ambos.- Me alegra haber vuelto a veros, chicos.-les dije despidiéndome.
- Eh, espera Amanda.-dijo Harry.
- Amy mejor, por favor.
- Amy.-repitió.- Esta noche inauguran una discoteca en el centro y vamos a ir porque además tenemos que animar a Liam, acaba de dejarlo con su chica, ¿te apetecería venir? Puedes decírselo a Gin también.
- Me encantaría.-admití.- Pero ambas somos menores, yo acabo de cumplir diecisiete, no nos dejan entrar.  
- Ese no es problema.-dijo Zayn.-
- Exacto, llámame cuando lleguéis y uno de nosotros salimos a buscaros.-dijo Harry.
- Está bien.-acepté. Saqué mi móvil para intercambiar los números de teléfono.
- Perfecto. Entonces nos vemos luego.
- Genial, hasta luego chicos.-me despedí de ambos con un par de besos en la mejilla y volví a casa.

Lo primero que hice fue ir a ver a mi hermano. Estaba segura de que mis padres no me dejarían salir, al menos no sola, así que, una vez más, necesitaba su ayuda. Ambos trazamos una especie de “plan”, diríamos que íbamos juntos a tomar algo con Josh, Eli y Gin y así, no habría ningún problema. Subí a mi habitación y cogí el móvil, cuando se lo dijera no me iba a creer o peor, la iba a dar un ataque.

- Hola plasta.-dijo nada más descolgar.
- Hola tonta.-contesté.- Dime, ¿tienes algo que hacer esta noche?
- No. Mi plan era ver una peli en la cama comiendo una tarrina de helado.-dijo.
- Pues nada de helado ni de peli, acabo de conseguir un plan mucho mejor.
- ¿De qué se trata?
- Tú solo ponte guapa que a las nueve paso a por ti.-dije y sin decir nada más, colgué. Su cara iba a ser épica.

Bueno, aquí tenéis el cuarto capítulo, prometo que la cosa irá animándose a partir de ahora, que sé que al principio es todo un poco rollo. Aún así, espero que os esté gustando. Muchas gracias por todos los comentarios. Ah, por favor, pasaros por esta fic, es genial, ya veréis como os encanta tanto como a mi http://nadaesloqueparece-onedirection.blogspot.com.es/
Love,
Sarai.

martes, 25 de junio de 2013

Capítulo 3.




Ginger Bennet.

Aquella mañana de sábado me levanté sin ayuda del despertador. Directamente metí el cd en el ordenador y di al play mientras subía el volumen.

Hey girl I’m waiting on you, I’m waiting on you, c’mon and let me sneak you out…

- No te preocupes, Daddy, esta noche nos veremos.-hablé con la canción y me fui directa al armario. Saqué unas mallas que tenía para estar por casa y una camiseta verde mientras seguía cantando el estribillo a todo pulmón.- Let’s go, crazy, crazy, crazy till we see the sun, I know we only met but let’s pretend it’s love toma nota de eso, mi pequeño Hazza.
- Cualquier día te vas a quedar sorda.-comentó mi madre pasando por la puerta de la habitación.- El desayuno está listo.-asentí con la cabeza.

Paré la música y bajé a desayunar con mis padres, después, volví arriba y de nuevo, me puse a cantar como una loca. No lo podía evitar. Hoy era el gran día. Ese día que llevaba tanto tiempo esperando: iría al último concierto de la gira de mis chicos y además, tenía entradas con meet and greet que había ganado en un concurso de la radio. Vamos, que no podía ser más feliz. Ah bueno, sí, todo lo viviría con mi mejor amiga. Escuché el timbre y bajé corriendo a abrir.

- ¡AMY! –grité abrazándola.
- ¡GIN! –dijo de la misma manera.

Y después de darnos unos cuantos achuchones, entramos de nuevo en mi casa.

- Vaya, no te entra ningún poster más. ¿Quién son?
- One Direction, ¿no lo lees? Además te he hablado un millón de veces de ellos por teléfono, ¿a que ni siquiera te has molestado en buscar alguna de las canciones que te he dicho? –ella negó con la cabeza riendo.- Ay, ay, Amy, ¡qué voy a hacer contigo! –dramaticé.
- Dejando ese tema a un lado.-dijo.- ¿Dónde vamos a ir?
- Ah, no te lo voy a decir.-sonreí.
- Me das miedo.-confesó y yo solté una carcajada.

~

Comimos solas en mi casa, mis padres habían quedado con unos antiguos amigos suyos en algún restaurante de la ciudad. Cuando terminamos, lo recogimos todo y subí a mi habitación a cambiarme, tenía la ropa de aquel día planeada desde hace mucho: un pantalón vaquero largo y una camiseta que me había hecho para ese día en la que ponía algunas frases de los chicos. Me aseguré de que en mi mochila se encontraban las dos entradas y tras soltar un suspiro, miré de reojo los posters.

- Nos vemos en un rato, niños.-sonreí ampliamente y bajé para encontrarme con Amy.- Lista, vámonos.

Salimos de casa y tras unas cuatro paradas de metro, estábamos ya frente al O2. La cola era ya bastante larga y eso que quedaban aun unas horas para que el concierto empezara.

- ¿Se puede saber dónde estamos? –preguntó Amanda mirando a todas las chicas que había por allí.
- Lee.-dije girándome para que viera el logo que llevaba en la espalda “1D”.
- No me digas que me has traído a un concierto de tus queridos chicos.-asentí con la cabeza.-
- No solo eso, tenemos meet and greet.
- ¿Por qué yo? –dijo y reí.
- Verás, te contaré la historia.-dije haciéndome la interesante mientras caminábamos hacia el recinto. Al tener meet and greet no teníamos que pasar por la cola normal.- Resulta que gané dos entradas cuando ya llevaban meses agotadas por un concurso en la radio, y bueno, sabes que desde que te fuiste no he hecho muchas amigas en clase, así que, no tenía con quien ir. Jane me propuso venir conmigo y en un principio acepté, pero ¡es que es una directionator! No podía permitir que viniera y abrazara solo a uno.-dije exasperándome.
- ¿Directio- qué?
- Chicas que pretenden ser directioners pero no quieren a los cinco por igual.-expliqué brevemente.- El caso es que faltaba una semana y seguía sin saber con quién ir, así que pensé que sería buena idea que me acompañaras tú que para eso eres mi mejor amiga y mi proyecto de directioner.-
- Estás loca.-dijo riendo.
- Sí, sí, lo que tú digas pero te apuesto lo que quieras a que después de lo que vas a vivir en un par de horas, los adorarás tanto como yo.

Amanda Turner

A medida que el tiempo pasaba y se acercaba la hora de ir a conocer a esos cinco chicos, Gin se ponía más histérica.

- Respira, por favor. No quiero que acabemos hoy en el hospital.-dije medio riendo. Me hizo caso y me miró sonriendo. Una señorita vino a avisarnos de que en unos minutos nos encontraríamos con ellos.
- De acuerdo, el pequeño Pussy Cat es mío, dejo que te guste cualquiera de los otros cuatro.-dijo seriamente. La miré raro. ¿Pussy Cat? ¿Qué era eso? ¿Por qué mi mejor amiga hablaba raro? –No me mires así, hablo del chico de pelo rizado con ojos verdes impresionantes.
- Ese soy yo, sí.-dijo alguien de manera pausada, con una voz algo ronca a nuestras espaldas. 3, 2, 1…
- ¡AAAAH! ¡HAZZA! –Ella se lanzó, literalmente, a abrazarle. Él rió por la situación y yo también. Unos segundos después, empezaron a entrar más chicos.- ¡NIALLER! –gritó repitiendo la misma operación, esta vez con un chico rubio.- ¡DADDY! ¡BAD BOY! –ahora abrazaba a la vez a un chico moreno con el flequillo hacia arriba y a uno castaño.
- ¿Tú no gritas? –me preguntó el que ella había llamado “Bad Boy” mientras se deshacía el abrazo.
- No soy fan.-sonreí tímidamente.
- ¿Dónde está Lou? –habló Gin, esta vez sin gritar, gracias a Dios.
- Buscando a Kevin.-le respondió el rubio y todos rieron. ¿Kevin? ¿No eran cinco? Si mis cuentas no fallaban solo faltaba uno.
- Siento llegar tarde.-dijo otro muchacho entrando en la sala. Inmediatamente mi amiga le recibió con otro abrazo. Este también era castaño, con el pelo revuelto.- Vaya recibimiento.-dijo sonriendo. Espera un momento, a este lo conozco yo. Y parece que él también me reconoce.
- ¡Tú! –dijimos los dos a la vez, mirándonos.
- ¿Os conocéis? –dijo el otro castaño.
- ¿Ya se te ha pasado el cabreo del otro día?- me preguntó.
- ¿Y tú has aprendido a aparcar? –dije de la misma forma.
- Me parece que no fue un encuentro precisamente bonito.-comentó el rubio.
- No es mi culpa que vuestro amigo no sepa cuando entra su coche en un sitio o no.-
- Uuuh.-dijeron los demás y el aludido me miró con cara de pocos amigos.
- Bueno, vale ya.-dijo de nuevo el del pelo castaño.- Aún no nos habéis dicho vuestros nombres.
- Amanda.-me presenté.
- Ginger, pero para vosotros Gin.-se presentó ella riendo.
- ¡Es la hora de las fotos!-dijo entusiasmado el rubio.
- Venga, os las hago yo.-cogí la cámara de Gin y les hice unas cuantas fotos bastante divertidas. En una salía ella en medio de los cinco, otra en la que dos besaban sus mejillas, la cogían en brazos, en fin, un montón. En la última, me puse yo también, entre el rubio y el moreno.
- Chicos, os están esperando.-interrumpió otro chico. ¿Será este Kevin? Mec. Error Amy. A este también le conoces.
- Hola Josh.-le saludé y Gin me miró sorprendida.
- Hey, Amy.-vino a saludarme con un beso en la mejilla.- ¿Qué tal? ¿Qué haces tú por aquí? ¿No me dijiste que no sabías quién eran?
- Y seguía sin saberlo hasta hace unos minutos.-reí.- Ella es Gin, te he hablado de ella, ¿recuerdas? –él asintió.- Bien, pues es ella la que me ha arrastrado hasta aquí.
- ¿Te quedas al concierto?
- Sí, ¿no? –la pregunté a ella que había entablado una pequeña conversación con el moreno y el de rizos. Asintió.
- Si quieres nos vemos después y tomamos algo.
- Claro, aunque tengo que estar en casa a las diez.
- Me comprometo a llevarte.-dijo riendo.- Os esperan en vestuario, chicos.-anunció.
- Encantado, Gin.-empezaron a despedirse de ella, que los miraba con tristeza según iban desapareciendo por la puerta y al pasar por mi lado, también se despidieron.
- Espero que al menos te guste el concierto.-me dijo el rubio.
- Seguro que sí, adoro la música.-contesté.
- Procura no enfadarte tanto, no te sienta bien.-dijo al pasar por mi lado.
- Y tú toma mejor las medidas.
- Nos vemos cuando acabe el concierto en la parte de atrás, ¿de acuerdo? –me dijo Josh a lo que asentí.

Cuando todos salieron de la sala, nosotras volvimos a cola por la que entraríamos al recinto.

- Venga, suéltalo de una vez.
- ¿Conocías a Louis Tomlinson y no me dices nada? ¿Qué clase de amiga eres tú?
- En mi defensa diré que no sabía que él era uno de tus chicos. Y déjame decirte que fue un completo imbécil.
- Eh, ni se te ocurra hablar así del Tommo.-dijo frunciendo el ceño.- ¿Qué me dices de Josh?
- ¿Quieres dejar de hablar de forma extraña? –dije. ¿Tommo? Ella rió.- Y Josh es el mejor amigo de mi hermano, lo conozco de toda la vida.-expliqué y ella abrió los ojos, sorprendida.
- Oh God. Tengo que empezar a darte clases directioners, eh.
- No estaría mal, hay veces que no entiendo de qué hablas.
- Tenemos aún una hora antes de entrar pero antes tengo que hacerte una pregunta: ¿Qué te han parecido?
- Parecen majos.-me encogí de hombros.- y han sido muy simpáticos conmigo aunque yo no era una de sus fans.
- Buena respuesta.-rió.- Empezaremos por lo más simple: quién es quién.

Liam Payne, Zayn Malik, Niall Horan y Harry Styles eran los nombres que correspondían, además de Louis Tomlinson, a los cinco chicos que despertaban tantas emociones en mi amiga. Aprendí algunas cosas más, según ella, algo así como las bases: se presentaron a audiciones individuales en “The X Factor” pero los juntaron para formar un grupo y la primera canción que cantaron como banda fue Torn. A pesar de que quedaron terceros en el programa, tenían mucho éxito y su primer single de éxito fue una canción llamada What Makes You Beautiful.

- Creo que con saber eso el primer día es suficiente.-dijo orgullosa.- Mañana empezaremos por saber detalles de cada uno de los chicos. ¿Con quién quieres que empecemos? –Yo reí.
- Con el que te gusta a ti, Harry, ¿verdad? –asintió.- Me tiene intrigada. Quiero saber qué tiene ese chico para tenerte tan enamorada.-ella se sonrojó levemente.

Ginger Bennet

Abrieron las puertas y ordenadamente, empezamos a entrar en el pabellón. Nuestros asientos se encontraban en la pista, segunda fila, cerca de la pasarela por donde los chicos se moverían en el concierto. No podía estar más nerviosa. Es cierto que ya los había tenido delante, me había hecho fotos con ellos e incluso mantenido una pequeña pero divertida conversación pero me ponía los pelos de punta saber que en unos minutos los escucharé cantar en directo. No pude evitar agarrarme a Amy cuando las luces se apagaron y todo quedó sumido en la oscuridad. Un video empezó a proyectarse en las pantallas laterales y…¡ahí estaban mis cinco idiotas! El video duró tan solo unos minutos dando paso después a la melodía de Up All Night. Todas estábamos de pie, incluso Amy, y enloquecimos cuando vimos las cinco siluetas en el escenario. Pasé todo el concierto encargada de decirle a Amanda el título de cada canción y comprobé que la gustaban. Sonreía cuando cantaron I would y ponía atención a la letra de canciones como Moments o Little Things. La locura se desató dentro de mí cuando empezaron a cantar She’s Not Afraid y Harry me dedicó una mirada, acompañada de su increíble sonrisa, durante las primeras líneas de la canción. Juro que creía que me daba un ataque allí mismo. Volví a encontrarme con su mirada dos canciones después, en ese solo que tanto me gustaba de What Makes You Beautiful. Sabía que esa era la última canción, no quería que se fueran de aquel escenario, que desaparecieran de aquel espacio en el que, por una vez, habíamos estado juntos, separados tan solo por unos pocos metros pero, como si de un sueño se tratara, las luces se encendieron y ya no había rastro de mis cinco chicos.

- Tengo que admitir que tenías razón, Gin.-dijo Amy a mi lado.- Son geniales. Eh, ¿por qué lloras? –me abrazó de lado.
- Se han ido, Amy y no sé cuándo podré volver a verlos.
- Anda, no llores. Volveremos a verlos, lo sé.-dijo abrazándome.
- ¿Cómo has dicho? ¿En plural? ¿Tú y yo?
- ¡Claro, tonta! Y ahora vamos, Josh nos está esperando y en menos de una hora yo tengo que estar en casa.
- ¿Has vuelto a decir “nos”? –ambas reímos y salimos de allí.

Fuimos a la parte trasera que fue donde Amy había quedado con Josh. Esta vez, me presenté como es debido y los tres nos dirigimos a una cafetería que había cerca de allí. Descubrí que mi instinto no me había fallado y Josh era un chico encantador. Sobre las diez menos cuarto de la noche, decidimos irnos para evitar que Amanda volviera  a estar castigada y nos subimos al coche de Josh. Primero me dejaron a mí en casa, me despedí de ambos y quedé con Amy para seguir con esas clases directioners al día siguiente. Entré en casa con una enorme sonrisa, una de esas que van de oreja a oreja. Saludé a mis padres cuando entré, me preguntaron qué tal había ido todo y les conté brevemente el concierto. A continuación, subí a mi habitación. Volví a encontrarme con las cinco caras que había visto no hacía mucho tiempo en el concierto. Sonreí inconscientemente, me tumbé en la cama sin ni siquiera quitarme la ropa y saqué la cámara de fotos. Me quedé dormida viendo una y otra vez las fotos que entre Amy y yo habíamos hecho. Sin duda, había sido la mejor noche de mi vida.

Hola chicas. Aquí estoy de nuevo con el tercer capítulo, ¿qué os ha parecido? Espero que os haya gustado. ajhfbdsjdhgjbvgjhd ¿habeis visto el trailer, verdad? Estos chicos quieren quedarse sin fans porque un día de estos nos matan a todas. En fin, que dejo el fangirleo para otro momento y no me enrollo más. Muchísimas gracias, estoy muy contenta porque está teniendo mucha aceptación esta fic aunque eso significa que tengo algo más de presión encima, no quiero que os decepcione. Subiré en cuanto pueda. Lo prometo.
Love,
Sarai.