viernes, 29 de noviembre de 2013

Capítulo 30.




Louis Tomlinson

¡Habíamos marcado! ¡Sí, sí, sí! ¡Éramos campeones de la Champions! Celebré aquel gol como nunca, salté y grité por el salón de mi casa, pero de repente reparé en que Amy estaba a mi lado y me giré para seguir celebrándolo con ella. No sé cómo ocurrió pero de un momento a otro, mis labios se habían posado ligeramente sobre los suyos, aunque en cuanto hicieron contacto y ambos notamos lo que estaba pasando, nos separamos rápidamente, ella completamente roja.

-Lo siento.-murmuré. Ella sonrió levemente.
-No te preocupes, habrá sido la emoción del momento.-nos quedamos mirándonos en silencio. Carraspeó antes de romperlo.- Creo que debería irme.-Humedecí mi labio inferior con la lengua mientras observaba como recogía sus cosas.
-Te llevo.-dije.
-No hace falta.
-Insisto.-Al final, terminó accediendo así que, sin recoger el salón ni nada, salimos de mi casa.

El trayecto hasta la suya fue prácticamente en completo silencio. Aparqué frente a la casa de Eleanor y ambos nos bajamos del coche.

-Gracias por traerme.-dijo.
-No hay de qué.-contesté y empezó a andar hasta la puerta de su casa pero se giró antes de entrar.-
-Louis.-me llamó.- No le des vueltas a lo que ha pasado, no ha sido nada.-me dijo con una sonrisa, asentí con la cabeza sonriendo también y cuando la vi entrar, me acerqué a la puerta de la casa de mi novia.
-¿Qué haces tú aquí? –preguntó nada más verme.
-¿Es que no puedo venir a visitar a mi novia? –dije divertido antes de unir nuestros labios.

~

Nos estábamos besando. Más bien, devorándonos. Mis manos recorrían de arriba abajo su muslo hasta llegar al borde de sus pantalones cortos mientras su lengua buscaba desesperada la mía. Enganché el otro brazo alrededor de su pequeña cintura y, con un movimiento, conseguí dejarla con su espalda totalmente apoyada sobre el sofá. Apoyé una mano a la altura de su cabeza para que mi peso no cayera sobre su cuerpo mientras la otra se adentraba bajo esa camiseta de fútbol que la quedaba bastante ancha. Noté que un escalofrío había recorrido su cuerpo ante mi caricia y sonreí de lado. Sus ojos verdes me observaban mientras se mordía el labio inferior, haciendo que mis ganas de besarla sin parar volvieran una vez más.

Me incorporé sobresaltado, con mucho calor, se podría decir que incluso estaba sudando. Miré a mí alrededor al no reconocer mis cosas en aquel lugar.

- ¿Estás bien, Louis? –parpadeé un par de veces. Quizás contrariado porque la chica que se encontraba tumbada a mi lado en la cama no era la chica rubia de ojos verdes.
-S-sí.-susurré.
-¿Seguro? –volvió a preguntar.
-Seguro. Voy a por un vaso de agua.-dije y deposité un beso en su frente.- Ahora vuelvo.-busqué mis calzoncillos que habían acabado en el suelo horas atrás, me los puse y salí de la cama.

Bajé a la cocina, cogí un vaso, saqué agua de la nevera, lo llené hasta arriba y de un solo trago, me lo bebí entero. Me apoyé en la encimera, ¿qué era lo que acababa de pasar? ¡Qué pregunta tan fácil! Gritó mi subconsciente. Estabas soñando con ella. Y otra vez los ojos verdes volvieron a mi cabeza. Sacudí la cabeza intentando que salieran de ella pero fue un intento fallido. No solo volvieron los ojos si no más imágenes de aquel sueño que había tenido: sus labios sobre los míos, mis manos bajo su camiseta… Decidí subir al baño, abrí el grifo y cuando el agua que salía estaba suficientemente fría, me lavé la cara un par de veces. Me miré al espejo, apoyando las manos en el lavabo y, ahora vi su sonrisa inocente en él. “From the moment I met you, everything change, I knew I have to get you, whatever the pain, I have to take you and make you mine” cantaban en mi cabeza las voces de Liam y Harry. Volví a echarme agua. ¿Qué demonios estaba pasándome?

Veronica Reed

Vine para quedarme dos días y terminé pasando casi toda la semana aquí, en Doncaster. Había salido a pasear, mis padres trabajaban aquella mañana de viernes y era mejor dar una vuelta que quedarse en casa. Recibí un mensaje de whatsapp. Pensé que sería Liam otra vez pero me equivoqué: era Niall en el grupo que teníamos juntos.

Barbacoa en casa de Harry mañana.-escribió el rubio.
¿Y por qué tiene que ser en la mía? –protestó Harry.
Porque lo ha dicho un irlandés.-dijo Zayn.-Y lo que diga un irlandés, va a misa.-esbocé una pequeña sonrisa con sus ocurrencias.
Yo me apunto, me da igual en que casa sea.-comentó Amy.
Lo mismo digo.-aseguró Liam.
Falta mucha gente por pronunciarse, ¿qué decís los demás? –preguntó Harry.
Contad conmigo.-envió Gin junto a un guiño.
Yo voy solo si luego salimos a tomar algo por ahí.-puso Elizabeth.
Eso dalo por hecho.-respondió Zayn.
¿Ron? ¿Louis? ¿Lucy?-escribió Liam.-
De Lu me encargo yo.-puso Niall.
También voy.-contestó Louis tras unos minutos sin que nadie escribiera.- ¿Cuándo vuelves a Londres, Ron?
Mañana por la mañana. No sé si podré ir.-dije.
Oh, venga, no puedes faltar.-escribió Amy.
No puedes dejarnos solas con estos.-dijo Eli y reí.
No sé, mañana os digo lo que sea.-
Nos vemos a las ocho en casa de Harry.-sentenció Zayn.

Guardé el móvil y continué con mi paseo. En realidad, tenía ganas de pasar una noche con los chicos pero eso significaría ver a Louis con el que aún seguía enfadada a pesar de que llevaba toda la semana pidiéndome disculpas de veinte mil maneras diferentes y ver a Liam, que había seguido con sus mensajes hasta que finalmente ayer accedí a verle a mi vuelta para tomar algo y charlar aunque no tenía muy claro qué era lo que iba a pasar cuando nos viéramos.

Niall Horan

Decidí darla una pequeña sorpresa ya que ambos teníamos el sábado libre. Me levanté temprano y me metí directamente en la ducha. Me vestí con un vaquero clarito algo caído y una camiseta de manga corta básica blanca. Me peiné el pelo, como solía hacer, hacia arriba y tras dejarle una nota a Liam para avisarle de que estaría fuera, coger algo de dinero, el móvil y las llaves del coche, salí de allí. Conduje por las calles londinenses, paré en un Starbucks y compré el desayuno para luego ir hasta mi apartamento. El portero me conocía así que me abrió la puerta de abajo sin ningún problema. Subí en el ascensor y llamé al timbre. Mi chica apareció un par de minutos después con el pelo revuelto, restregándose los ojos.

-¿Niall? –preguntó aún adormilada y sonreí.- ¿Qué haces aquí?
-¡Buenos días! –dije contento.- ¿Puedo pasar? Traigo el desayuno.-agité levemente el paquete en el que había unos cuantos croissants y levanté con la otra mano una pequeña bandeja con dos cafés.
-Es tu casa.-me contestó risueña.
-Oh, cierto.-reí y se apartó de la puerta para que entrara. Cerró la puerta y ambos nos dirigimos a la cocina. Dejé las cosas en la encimera nada más entrar.
-Voy a ponerme un poco más presentable.-comentó pero antes de que saliera de la cocina, mi brazo rodeaba su cintura y la pegué a mí.
-De eso nada, señorita. Está usted perfecta en pijama, así que, vamos a desayunar.-susurré en su oído provocando su sonrisa y deposité un beso bajo su oreja antes de soltarla y coger las cosas para desayunar en el salón.- Por cierto.-dije mientras lo dejaba todo sobre la pequeña mesa frente al sofá.- No me has saludado en condiciones.
- Eso te pasa por venir sin avisar.-se defendió sentándose en el sofá.
- No pongas excusas.-dije colocándome frente a ella, poniendo los brazos apoyados en el respaldo del sofá, a la altura de sus hombros, dejándola acorralada.
- Tengo hambre.-protestó.
- No vamos a desayunar hasta que tenga mi beso de buenos días, tú verás.-bromeé.
- Lo raro es que tú aguantes tanto tiempo sin comer nada.-dijo riendo.
- ¿Ves lo has hecho conmigo? –hablé mientras la miraba fijamente a los ojos.- Ya hasta prefiero un beso tuyo antes que comer.-admití divertido.
- Yo no he hecho nada.-sonrió levemente.- Soy una chica buena.-y tras decir eso, al fin, hizo que la mínima distancia que nos separaba desapareciera.

~

-¿Vamos a quedarnos aquí todo el día? –preguntó. Habíamos terminado de desayunar y yo me había tumbado en el sofá, colocando mi cabeza sobre sus piernas. Hice una mueca contestándola.
-¿Quieres ir a algún sitio? –se encogió de hombros y ambos reímos.
- No sé, pero ya que los dos tenemos el día libre podríamos hacer algo más productivo que estar aquí tirados.
- Pues venga, vístete y vamos a dar una vuelta.-dije incorporándome.
- A sus órdenes.-besó mis labios antes de levantarse del sofá y caminar en dirección a la ducha.

Tardó unos minutos en arreglarse y cuando estuvo lista, salimos del apartamento. Decidimos caminar así que no tuve que coger el coche. Estuvimos paseando de la mano mientras charlábamos de nuestras cosas, fue bastante tranquilo aunque por supuesto, algunas chicas que me reconocieron, me pidieron alguna foto. Lo bueno de habernos encontrado con aquellas fans fue que descubrimos que estaban contentas con mi relación con Lucy y eso me hizo bastante feliz.

- Oye, Lu.-la llamé mientras caminábamos de vuelta al apartamento.-
- ¿Mm? –me miró y sonreí.
- ¿Crees que te darían unos días libres en el trabajo? –pregunté y ella frunció el ceño mientras yo abría la puerta del portal y dejaba que pasara primero.
- Supongo que sí, aún no he tenido vacaciones, ¿por?
- Nada, nada.-dije restándole importancia al asunto a la vez que subíamos en el ascensor.
- Ah no.-se colocó frente a mí.- Ahora me lo dices.-me amenazó con el dedo índice y me eché a reír.
- Siento decirte que no me intimidas, preciosa.-dije con una amplia sonrisa.
- Entonces el próximo día, tendrás que pedirle el beso de buenos días a otra.-dijo intentando hacer que se enfadaba y entró en el apartamento, dejándome fuera aunque fui más rápido y no dejé que cerrara la puerta.
- Pero es que.-empecé a andar detrás de ella.- tenemos un problema.-anuncié, abrazándola desde atrás.- Yo solo quiero los tuyos.-dije y besé su mejilla. Ella se giró, quedando aun entre mis brazos.
- ¿Me lo vas a contar? –resoplé mirando al techo.
- Es que queríamos decíroslo esta noche a todas juntas.-expliqué.- Es una proposición.
- ¿Indecente? –preguntó divertida, alzando una ceja. Reí.
- Algo así.-contesté de la misma forma.
- Anda, venga, dímelo.-pidió y negué con la cabeza.- Por favor.-dijo acercándose peligrosamente.
- Estas haciendo trampas.-susurré cerrando los ojos mientras sentía sus manos rodear mi cuello.
- Niall.-canturreó sobre mis labios.
- Ag, cuando te pones en este plan, no hay quien te diga que no.-protesté, una carcajada se escapó de su boca y no me quedó más remedio que contarle lo propuesta que teníamos que hacerles aquella noche.

Liam Payne

Niall me había dejado solo desde primera hora de la mañana aquel sábado, no podría ver a Sophia hasta esta noche y me encontraba sin nada que hacer, sentado en el sofá con la televisión encendida hasta que se me ocurrió algo aunque no sabía si aceptaría.

¿Qué te parece si voy a recogerte a la estación y tenemos esa charla pendiente?-envié. Tenía ganas de hablar con ella y, aunque había aceptado vernos cuando volviera, yo quería hacerlo cuanto antes porque el tema no paraba de rondar por mi cabeza.
De acuerdo.-contestó.
¿A qué hora llegas?-pregunté.
Sobre las doce y media.
Genial, allí estaré. P.D.: Te invito a comer.

Miré el reloj, tenía media hora para vestirme y presentarme en la estación a esperar a que llegara. Me metí en el baño para darme una ducha y después me vestí de manera informal. Una vez estuve listo, salí de casa y cogí el coche para llegar a la estación. Aparqué y puse atención a los carteles que indicaban los trenes que estaban a punto de llegar, se suponía que el suyo había llegado ya y en seguida la ví aparecer al fondo. La saludé con la mano y estaba junto a mí poco después.

-Hola.-saludé.
-Hola.-contestó sonriendo levemente. Seguramente esto iba a ser un poco incómodo pero algún día tendríamos que hablar de ello.
-El coche está allí.-señalé con el dedo a la salida, ella asintió, cogí su pequeña maleta y caminamos en silencio hasta mi coche.

Guardé la maleta en el maletero y el trayecto hasta el restaurante donde comeríamos lo hicimos en silencio también.

-¿Qué tal por Doncaster? –dije intentado empezar una conversación después de que la camarera nos llevara hasta una mesa.
-Bien, igual que siempre.-contestó mirando la carta.

Y de nuevo reinó el silencio hasta que la misma camarera de antes vino a preguntar qué comeríamos.

-¿Tú qué tal? –preguntó ella esta vez.
-Bien también.-respondí.- Ron, tenemos que.-empecé a decir pero me interrumpió.
-Hagamos una cosa.-habló.- Hagamos como que no ha pasado nada.
-Pero.-intenté replicar.
-Mira, Liam, no deberías saber lo que sabes pero qué le vamos a hacer si mi mejor amigo es un gran bocazas.-soltó una pequeña risa.- Así que.-suspiró.- dejemos las cosas como están, volvamos a ser como antes, un par de amigos que lo pasan bien, haz como que no sabes nada y listo.
-Hecho.-afirmé.

A partir de ahí, ambos parecíamos habernos quitado un peso de encima y eso hizo que la comida transcurriera entre risas y hablando de lo que habíamos hecho estos días en los que no habíamos mantenido apenas el contacto. Terminamos de comer y la llevé en coche hasta la casa de Louis.

-¿Nos veremos esta noche? –pregunté.
-No tenía muchas ganas de ir pero estoy segura de que Louis no me dejará quedarme en casa, así que, sí, nos vemos luego.-contestó.
-Pues hasta luego, Ron.-besé su mejilla y volví a mi coche.

Acepté hacer como que no sabía nada acerca de sus sentimientos hacia mí pero lo que no sabía es que no iba a ser capaz de ello, que aquello seguiría dándome vueltas, trayéndome más de un quebradero de cabeza en las próximas semanas.





¡Hola chicas! Aquí tenéis el 30, capítulo que no termina de convencerme mucho, no sé, no me gusta mucho como ha quedado pero bueno... Ay, nuestro Lou, que sueña cosas que no debe... ¿qué creéis que pasará cuándo vea a Amy en la barbacoa? ¿Y Liam y Ron? ¿Os gusta que vuelva todo a ser como antes? ¿Pensáis que podrán hacer como si nada? Ah, una cosita, el trocito de canción que a Louis se le viene a la cabeza, dice en español algo más o menos como esto: "desde el momento en que te conocí, algo cambió, supe que tenía que tenerte fuera cual fuese el dolor, tenía que tenerte y hacerte mía" Lo aclaro porque a veces me preguntáis que qué significan algunas frases de las canciones que pongo y así veis que la he puesto en este caso porque le viene perfecto al momento, vamos, que no lo pongo por poner :P Creo que nada más por hoy, os veo el viernes aquí y el lunes si todo va bien y puedo en US. Muchas gracias.
Love,
Sarai.


viernes, 22 de noviembre de 2013

Capítulo 29.




Liam Payne

Ella seguía sin contestarme a ninguno de los muchos mensajes que le había enviado durante los últimos días y empezaba a preocuparme. Desde que nos conocimos, hablábamos casi a diario y podía decir que nos habíamos hecho bastante amigos por eso me extrañaba no recibir noticias suyas. El único que podía saber algo sobre el tema era Louis ya que ella vivía con él hasta que encontrara un piso en Londres y decidí preguntarle.

-Oye, Lou.-dije para captar su atención.
-¿Mm? –
-¿Ron está bien? Es que llevo varios días intentando quedar con ella pero no me contesta, estoy empezando a preocuparme, ¿sabes si le he hecho algo o si está enfadada conmigo o qué le ocurre?
-Está perfectamente.-me contestó bastante seco.-
-¿Seguro? Porque es muy raro que no quiera salir conmigo.-no me dejó terminar.
-Mira Liam, déjala tranquila, no la mandes más mensajes.-Fruncí el ceño, extrañado por su respuesta.
-Pero creí que éramos amigos, no sé, he hecho algo, ¿verdad? Dímelo, Louis.-exigí y él accedió tras resoplar.
-Está enamorada de ti, eso es lo que le pasa, y como comprenderás no va a quedar contigo para que tú no pares de hablar de tu estupendísima novia.-No esperaba aquella contestación para nada, le miré con los ojos muy abiertos, expresión que compartía con todos los demás.
-¿Qué?-fue lo único que pude decir.
-No me hagas repetirlo, Liam.-dijo Louis mirándome.
-P-pero no es posible.-dije intentando asimilar lo que acababa de decirme. ¿Ron? ¿Enamorada de mí? Era imposible aunque por la forma en la que Louis me miraba no podría ni siquiera pensar en que aquello fuera una broma de las suyas. Los demás tampoco decían nada.- Tengo que hablar con ella. Dejadme un móvil.-Pedí. Si veía mi número en su pantalla probablemente no lo cogería.
-No.-sentenció Louis.- ¿Es que no me has oído? Mira tío, déjala en paz, no la busques para hablar ni para nada, solamente de esa forma podrá intentar olvidarse de ti. No sabes lo que es verla así de mal.
-Creo que Louis tiene razón.-habló Niall a lo que el resto asintió, poniéndose de acuerdo con él.

A partir de ahí, nadie volvió a decir ni una palabra en todo lo que quedaba de postre. Al terminar, pedimos la cuenta  y, tras despedirnos de Lucy, salimos a la calle.

-Buenos chicos, ya nos veremos.-rompió el silencio Amy empezando a despedirse de todos nosotros.
-Seguramente este fin de semana salgamos por ahí todos.-dijo Harry.
-Pues contad conmigo y con las chicas.-
-¿Quieres que te llevemos alguno? –le preguntó Zayn.
-No hace falta.-contestó.
-Yo la llevo.-dije pasando un brazo por encima de sus hombros.

Terminamos la despedida en la puerta de Nando’s y Amy y yo caminamos hasta mi coche, nos subimos y volvió a instalarse el silencio. No era capaz de articular una sola palabra desde la confesión de Louis porque no paraba de darle vueltas a la cabeza.

-Gracias por traerme, Leeyum.-dijo cuando estacioné justo frente a la puerta de su casa.
-No hay de qué.-respondí mostrándole una pequeña sonrisa.
-Nos vemos cuando vaya a ser que salgamos todos.-besó mi mejilla.- Y no presiones a Ron, hablaréis cuando esté lista.-asentí con la cabeza y bajó del coche.

Volví a mi casa, Niall se había quedado a esperar a que Lucy terminara su turno para salir por ahí y Sophia no había podido quedar conmigo así que estaba solo, sí, justo lo que necesitaba para no parar de pensar en Veronica. Todos me habían advertido, Louis con especial empeño, en que la dejara espacio, que no intentara contactar con ella pero no podía complacerles, así que, después de meditarlo mucho, cogí el móvil aquella noche y volví a mandarla un mensaje vía whatsapp.

Veronica Reed

-¡Ya estoy aquí! –escuché su grito y después la puerta de la calle cerrarse.- ¿Estás lista? –preguntó de la misma forma.
-Un minuto, Boo.-pedí. Terminé de arreglarme el pelo, cogí mis cosas y bajé las escaleras para encontrarme con él.- ¿Qué tal han ido las fotos? –pregunté después de besar su mejilla.
-Ha sido divertido.-contestó sonriendo.- ¿Tú qué tal?
-Bien.-respondí.
-Pues espero que cuando volvamos a casa, es “bien” haya pasado a ser un “muy bien”.-reí mientras abría la puerta para dejarme pasar.

Subimos en su coche y fuimos cantando cada una de las canciones que iban sonando en la radio. Primero fuimos a jugar una partida a los bolos, partida que gané no sé si por mi habilidad o simplemente porque él me dejó ganar para tenerme contenta durante el resto de la tarde, sabía mejor que nadie que cuando perdía a algún juego, me enfadaba y las siguientes horas me convertía en una persona algo insoportable. Las fans y algunos periodistas nos atosigaron a ambos cuando íbamos a entrar en un restaurante de comida japonesa.

-¡Louis, Louis! ¿Quién es ella? ¿Tu nueva novia? ¿Qué ha pasado con Eleanor? ¿Es que acaso la estás engañando? –preguntaba rápidamente uno de ellos. Louis abrió la puerta del restaurante para cederme el paso y luego, se giró para contestar a aquel tipo de la manera más educada posible.
-Mira, no empecéis a inventar chorradas.-habló más tranquilo de lo que esperaba.-Es una amiga mía, eso es todo.
-La hemos visto salir de tu casa, ¿vas a negarlo?
-Claro que no.-siguió él.- Es una amiga de toda la vida, vive conmigo ahora y el resto no es de vuestra incumbencia así que, si hacéis el favor, dejadme disfrutar de una cena con mi mejor amiga. Gracias.-dijo y entró en el restaurante donde yo ya le esperaba.- ¡Qué pesados! –se quejó.
-No sé ni cómo consigues contestar de manera educada.-admití.- yo ya los habría mandado bien lejos.-ambos reímos y una camarera se acercó a nosotros.

Nos llevó hasta la mesa, dejó dos cartas sobre ella y empezamos a mirar qué pediríamos para cenar. Tardamos unos minutos y en cuanto la misma chica de antes volvió a la mesa, le hicimos nuestro pedido. No pude parar de reír en toda la cena y todo por culpa de Louis y su poca habilidad con los palillos.

-¿Por qué no pides cubiertos? –sugerí.
-Porque esto se come con palillos.-argumentó.
-Pues no creo que tú estés cenando mucho.-dije entre risas. Si acaso había conseguido llevarse un trozo de sushi a la boca en lo que iba de noche.
-Ñiñiñi.-me hizo burla mientras nuevamente, un trozo de comida caía al plato.

Tomamos algo de postre mientras mi mejor amigo hacía lo que mejor se le daba: no parar de decir tonterías para hacerme reír y olvidarme de mis preocupaciones.

-¿De verdad que no? –volvió a preguntarme y negué con la cabeza de nuevo.- Yo que quería salir de fiesta contigo, a echarnos unos bailecitos y tomarnos algo...-
-¿Bailecitos tú? ¡Pero si no sabes coordinarte! –dije entre risas mientras caminábamos hasta el coche.
-¿Cómo que no? ¡Claro que sé! –protestó parándose en medio de la calle.- Mira y aprende.-y entonces, se puso a hacer el baile del remo que hacía junto a los chicos en Live While We’re Young.
-De aquí a bailarín profesional, ¿eh Boo? –dije de cachondeo. Me sacó la lengua y se cruzó de brazos, igual que un niño pequeño.

Subimos al coche mientras yo me seguí metiendo un poco con él y su habilidad en el tema del baile. Fuimos charlando durante el camino a casa, aparcó y justo cuando estábamos entrando, recibí un mensaje de whatsapp. Vi su nombre una vez más en la pantalla y resoplé. Abrí la conversación.

Louis ya me ha dicho por qué no quieres verme. Necesito que hablemos, por favor, Ron.

Mis ojos se abrieron como platos al leer la primera frase. ¿Qué demonios le había dicho Louis? ¿Habría sido capaz de decirle que estaba enamorada de él?

-¡LOUIS! –dije prácticamente gritando, lo que hizo que Louis retrocediera en su camino hacia su habitación.
-¿Qué pasa? –preguntó llegando donde yo estaba.
-¿Qué le has dicho a Liam?-frunció el ceño.- Me acaba de mandar esto.-le enseñé la pantalla del teléfono.
-Mierda.-murmuró.-
-Louis.-insistí.- ¿Me puedes explicar qué significa esto? –se quedó callado mirándome y mordió levemente su labio inferior, indicándome que mis sospechas eran ciertas.- ¿Le has dicho que estoy enamorada de él?-ambos notamos que un tono de enfado se había instalado en mi voz.-¡Contéstame, Louis! –asintió levemente.- ¡Joder! ¡Eres un bocazas!
- Lo siento, Ron.-empezó a hablar.- Es que me ha preguntado por ti, le he dicho que no se acercara a ti, que te dejara en paz pero ha insistido tanto que.-bufó.- ¡Joder, me ha puesto de los nervios y se lo he soltado! Lo siento, ¿vale? –empecé a negar con la cabeza. ¡No me lo podía creer!
-Un “lo siento” no me vale, Louis.-dije mirándole enfadada.- La has cagado. Y mucho.-fueron mis últimas palabras antes de subir a la habitación y cerrar la puerta con un fuerte portazo.

Amanda Turner

Después de cenar, ayudé a recoger a mi madre y subí a mi habitación para ponerme el pijama. Puse algo de música en el ordenador y enchufé la cámara de fotos para ver el resultado de la sesión que les había hecho a los chicos.

-¿Sabes que no es bueno reírse sola? –interrumpió mis risas la voz de mi hermano.
-Los chicos tienen la culpa.-expliqué.- Son idiotas.-sonreí.- ¿Quieres ver las fotos?

Se sentó a mi lado y a medida que le iba enseñando todas, sus risas aumentaran. Terminamos de verlas, elegí las últimas que me había hecho con ellos para imprimirlas y colocarlas luego en la habitación y después nos pusimos los dos a hablar de nuestras cosas como solíamos hacer.

-Bueno, señorita, yo me voy a la cama.-dijo levantándose, dando por terminada aquella charla nocturna. Iba a darle las buenas noches cuando sonó mi móvil.

Enanita, ¿sabes que mañana el Manchester juega la final de la Champions? ¿Y sabes que me han dejado solo para verlo? Tendré palomitas, patatas y algo de beber, ¿vienes a hacerme compañía? Louis.

-Deberías decirle a Nick que no te mande mensajes tan tarde.-dijo divertido.
-No es Nick, listillo.-abrió los ojos y volvió a mi lado nada más que para cotillear.-Es Louis.-le dije antes de que empezara a hacer preguntas.
-¿Y qué quiere?
-Que vaya a su casa a ver el fútbol mañana.
-¿Vas a ir? -¡Cuántas preguntas a estas horas de la noche, Dani!
-Sí porque si no, lo tendré que ver yo sola ya que mi querido hermano no me acompaña en esas cosas.-le recriminé y él se echó a reír.-
-Bueno, bueno.-besó mi mejilla.- Buenas noches, tortuguita.
-Buenas noches, Dani.

Salió de mi habitación, apagué el ordenador, y una vez estuve metida en la cama, me dispuse a contestarle aceptando su invitación. Lo que no sabía es que aquella respuesta desencadenaría una conversación de casi dos horas.

~

El partido empezaba a las cinco de la tarde, así que nada más terminar de comer, fui directamente a la ducha. Después de secarme el pelo, me vestí con unos vaqueros oscuros cortos y mi camiseta del Manchester United que a pesar de ser la talla más pequeña, casi tapaba el pantalón. Me maquillé ligeramente, dándole solo un poco de color a mis mejillas y algo de rímel a los ojos. Elegí mis converse blancas bajitas, metí el móvil y algo de dinero en una pequeña mochila, me eché colonia mientras me miraba por última vez en el espejo y salí de casa después de despedirme de los miembros de mi familia que en ese momento se encontraban allí. Caminé por la calle al ritmo de Madhouse de Little Mix, me metí en el metro para después de unas siete estaciones, bajar de él, luego tuve que seguir andando unos quince minutos más antes de llegar a la dirección que Louis me había dado esa misma mañana. Por fuera parecía una casa bastante grande (algo que comprobaría minutos después) y tenía un bonito jardín con césped y una hamaca colgada entre dos árboles como entrada. Abrí la verja que daba a la calle y anduve unos pocos pasos hasta la puerta principal para llamar al timbre. Tuve que esperar unos segundos hasta que me abrió la puerta.

-¿Preparada para disfrutar de una victoria del equipo? –dijo a modo de saludo.
-Por supuesto.-contesté decidida. Hizo un gesto para que entrara y cerró la puerta detrás de mí.- Que envidia me dan vuestras casas.-comenté. No me podía quejar, la mía estaba bien, era bastante grande pero tanto la de Harry como la de Zayn, y ahora comprobaba que la de Louis también, tenían un aire moderno que me encantaba.
-Si quieres luego te la enseño.-habló.- El partido está a punto de empezar.-dijo y asentí.

Me condujo hasta el salón donde tenía preparado en una pequeña mesa delante del sofá un plato de patatas, palomitas, una lata de cerveza para él y un vaso acompañado de un refresco de naranja para mí.

El partido comenzó y, aunque yo era de esas personas que vivía las finales con mucha intensidad, Louis no se quedaba atrás. Pasó la mayor parte del tiempo insultando al árbitro porque, según él, no estaba dando ni una, pitando faltas donde no las había y yo no podía parar de reír al ver lo indignado que estaba.

-¿Tienes más palomitas, Louis? –le pregunté desde la cocina. Había ido a por bebidas de nuevo.
-Segundo cajón a la izquierda de la nevera.-respondió. Encontré un nuevo paquete de palomitas y las metí al microondas.
-¿Qué tal con Ron? ¿Se fue muy enfadada esta mañana? –le pregunté llevando las bebidas a la mesa, la noche anterior me había contado que habían discutido porque él se había ido de la lengua con lo de Liam.
-Bastante.-dijo.- Y no es para menos, no tenía que haber dicho nada. Pero lo arreglaré cuando vuelva en un par de días.-sonó el pitido del microondas.-Déjalo, voy yo.-se levantó rápidamente del sofá para entrar en la cocina y volver al salón con un nuevo cuenco de palomitas.-Bueno, ¿cómo lo ves? –señaló la tele con la cabeza mientras comía unas cuantas palomitas.
-Chungo.-admití. El equipo rival era fuerte y el nuestro no estaba haciendo su mejor partido. En la primera parte habían metido un gol cada uno así que había cuarenta y cinco minutos más para deshacer el empate.
-No seas tan negativa, mujer.-me dijo riendo.

La segunda parte del partido empezó. Ninguno de los dos equipos era capaz de marcar de nuevo y cada vez quedaba menos tiempo. Yo estaba medio desquiciada porque varios disparos habían dado en alguno de los palos, quedándose a nada de entrar en la portería. Un minuto faltaba para que el árbitro pitara indicando el final cuando uno de nuestros jugadores salió corriendo, prácticamente solo, hacia la portería.

-Vamos, vamos.-decía Louis.
-Venga, tú puedes.-mandaba ánimos aunque era obvio que no me escuchaban.

Y…¡GOOOOOOOOOOOOOOOL! Ambos saltamos mientras gritábamos cantando aquel gol que daba la victoria a nuestro equipo, acabamos de pie, saltando sobre el sofá, cada uno a su bola, celebrando el gol a su manera pero me quedé totalmente en shock cuando, al ir a girarme para celebrarlo con él, me encontré con sus labios rozando los míos.




¡Hola chicas! ¿Qué tal todo? Aquí os dejo otro capítulo más, ¿qué os ha parecido? ¿Recordáis que os dije que el fútbol jugaría un papel en todo esto? Pues, aquí lo tenéis, ¡que se han besado!  ¿Y ahora qué? ¿Qué creéis que pasará? ¿Ese roce de labios activará algo dentro de alguno de ellos? Quien sabe...¿Y Ron? ¿Creéis que le perdonará por bocazas a Lou? ¿Y con Liam qué hacemos, eh? Bueno, no me enrollo más que me tengo que arreglar para irme al cine a ver "En Llamas". Nos vemos la semana que viene, (que quizás venga con una sorpresita), disfrutad del 1DDay -yo no podre verlo entero- ¡y el lunes Midnight Memories! Que seguro muchas lo habéis escuchado ya pero yo no, he conseguido aguantar y tengo mil ganas de escuchar la perfección de disco que seguro han creado estos cinco idiotas. Muchísimas gracias una vez más.
Love,
Sarai.