viernes, 27 de diciembre de 2013

Capítulo 33.




Elizabeth Hunt

El recuerdo de sus labios sobre los míos no me había abandonado en toda la semana. Le quería, ¡claro que le quería! Pero había algo dentro de mí que no paraba de repetirme que aquello no era posible, que yo nunca podría tener una relación normal con nadie, y menos con alguien como él. Odiaba esa parte tan negativa de mí pero tampoco podía evitar darle la razón a veces. ¿A quién quería engañar? Probablemente él no volvería a mirarme a la cara si le contara lo que tanto me atormentaba. O a lo mejor sí, replicaba otra vocecita. ¿De verdad crees que Zayn es así? Seguro que sería al contrario. Te protegería, te cuidaría, te trataría como toda una princesa. Un pitido me sacó de aquella lucha interna que mantenían dos partes de mí y dí las gracias al que en ese momento estaba mandándome un Whatsapp. Deslicé el dedo sobre la pantalla del móvil, deshaciendo el patrón de desbloqueo que tenía y vi su nombre en la pantalla. Pensé que después de haberme largado de aquella manera de la discoteca, dejándole sin ningún tipo de explicación tras nuestro beso, no querría volver a saber nada de mí pero pasó justo todo lo contrario. No paró de mandarme mensajes y estuvimos hablando toda la semana a través del teléfono porque no habíamos podido seguir con las clases de skate debido a su apretada agenda esos días antes de volar a Los Ángeles.

¿Tienes la maleta lista? Nos vemos en un par de horas en el aeropuerto. Xx

Al principio, y más después del beso, pensaba no hacer aquel viaje, pero el chico de pelo negro había insistido tanto en que les acompañara que al final no había podido negarme.

Estoy terminándola, ¡no me agobies, Malik!

Volvió a sonar el mismo pitido mientras terminaba de meter algunos pantalones cortos en la maleta. Conseguí cerrarla sin mucho esfuerzo, la bajé de la cama y saqué otro conjunto del armario para cambiarme.

No te agobio, solo te recuerdo a qué hora tienes que estar allí.
¿Qué eres? ¿Una especie de agenda?-envié mientras me dirigía al baño.
Algo así, tendrás que pagarme por los servicios prestados, que lo sepas.
Entonces, creo que podría prescindir de tus servicios :P

Dejé el móvil encima de la repisa del lavabo y me metí en la ducha. Estuve un par de minutos solamente y cuando salí, enrollé una toalla alrededor de mi cuerpo y otra más pequeña en la cabeza para el pelo. Cogí el teléfono y, efectivamente, había vuelto a contestarme.

Oye, tampoco iba a cobrarte demasiado…Con que salgas un día conmigo a cenar me vale.
¿Me está pidiendo una cita, Malik? –contesté divertida y me dispuse a secarme el pelo con el secador aunque no lo hice durante mucho tiempo ya que estábamos a mediados de julio y con el calor que hacía se me secaría solo. Recogí el baño, cogí el móvil y fui hasta la habitación.

No voy pidiendo citas a chicas que después de besarnos salen corriendo.-Esa ha sido muy buena, Malik, pero no hace falta que me recuerdes lo tonta que soy.
Pues entonces, ni cena ni nada. Y deja que me termine de arreglar, pesado, o no llegaré al aeropuerto a tiempo.

Le envié aquella frase y me puse a vestirme. Había elegido unos pantalones cortos vaqueros deshilachados con una camiseta negra con el logo de los Rolling Stone algo cortita, dejando visible mi ombligo. Me puse unas vans del color de la camiseta y terminé de guardar lo necesario en la pequeña mochila que llevaría. Me peiné y maquillé ligeramente, pintándome la raya inferior del ojo de color negro como habitualmente y alargando un poco más mis pestañas con algo de rímel. Una vez estuve lista, me colgué la mochila de un hombro y cogí la maleta con la mano derecha para salir de la habitación. Me había despedido de mi madre la noche anterior, había conseguido convencerla para que se fuera durante estos días con su hermana, así que, me aseguré de cerrar la puerta con la llave y caminé unos pasos por mi calle intentando encontrar un taxi que me llevara al aeropuerto. Bastantes minutos después me encontraba tirando de mi maleta intentando encontrar el sitio donde habíamos quedado todos en encontrarnos. A lo lejos vi unas cuantas manos agitándose y supuse que aquellos serían mis amigos. Me acerqué hasta allí y, efectivamente, eran ellos.

-Ya pensaba que no venías.-me dijo Amy en cuanto me saludó con un abrazo.
-No iba a dejarte sola.-sonreí y empecé a saludar a los demás.
-¡Mi querido ligue ha llegado!-exclamó el rubio abrazándome, tan escandaloso como siempre.
-Tu novio está chiflado.-le dije a Lucy.
-Llega tarde la advertencia.-comentó y ambas reímos. Continué saludando a los que me faltaban: primero Dani, luego Harry, Gin, Ron, Louis, Liam y por último, Zayn.
-Hola pesado.-sonreí.
-Sigue en pie esa cena aunque salieras corriendo.-susurró en mi oído antes de depositar un suave beso en mi mejilla.
-¿Estáis todos? –gritó alguien a mis espaldas justo cuando iba a contestarle. Creo que si mal no recuerdo su nombre, era Paul, uno de los hombres de seguridad de los chicos.
-Sí.-contestaron los cinco.
-Pues vámonos.-Paul nos indicó el camino.

Nos llevó por una zona del aeropuerto que nunca había visto, supuse que sería la parte menos transitada para que no hubiera ningún problema si alguna fan descubría que los chicos se encontraban allí. Después de facturar las maletas, estuvimos esperando en una sala para nosotros solos a que llegara la hora de subir al avión mientras charlábamos un poco de todo. Las chicas estaban muy emocionadas con aquel viaje, y yo también, por supuesto. Presentía que serían unos días irrepetibles con aquellos cinco idiotas.

Amanda Turner

Por obra de algún milagro, Dani y yo habíamos conseguido que mi padre nos diera permiso para pasar seis maravillosos días en Los Ángeles. Cuando llegamos al aeropuerto, solo estaban Louis y Ronnie allí. ¡Genial!, pensé. Saludé a ambos aunque la respuesta que obtuve por parte de él fue demasiado forzada y en seguida me puse a entablar una conversación con mi amiga, a la que no veía desde la noche de la barbacoa en la que volví a salir mal con su mejor amigo. Dani y Louis charlaban animadamente y no pude evitar preguntarme el porqué de ese cambio de actitud de nuevo hacia mí. ¿Qué se suponía que había hecho ahora? Quizás tiene algo que ver en todo esto ese beso que os disteis, sonó en mi cabeza. ¿Beso? Aquello ni siquiera podía llamarse beso y de todas maneras, aquel pequeño roce no había significado nada para ninguno de los dos. ¿Estás segura, Amy? Claro. Yo tengo a Nick, no necesito a nadie más. Eso no pensabas el otro día mientras le besabas. Te gusta Louis. ¡Estás mal de la cabeza! No me gusta. Lo pasamos bien juntos aquellos días en mi casa pero solo como amigos. Amigos. Ya, claro. ¡Pero si se te va la vista! ¿Qué vista? ¿De qué hablas? Ahora no niegues que estabas mirándole…Vamos, Amy, no te engañes a ti misma. Hay algo en él que te atrae. ¿Su mal humor? ¿Su bipolaridad? Oh sí, claro, me encanta. Sus ojos azules, su sonrisa, su…

-¿Amy? ¡Amy! –su voz me sacó de mis pensamientos.
-¿Qué? –pregunté algo aturdida.
-¿En qué pensabas?
-Nada, cosas mías.-dije.- ¿Qué me estabas contando? –pregunté.-
-No me has hecho ni caso, ¿verdad? –hice una pequeña mueca con la boca.
-Lo siento, Ron.-me disculpé y ella sonrió.
-No importa.-suspiró.- Te estaba diciendo que.-iba a volver a hablar pero se vió interrumpida por la llegada de Liam.- Ahora ya no te lo puedo contar.-me susurró y asentí con la cabeza.
-¡Leeyum! –exclamé al verle y le abracé.

Poco a poco el resto se nos fue uniendo y finalmente, llegó Eli. Paul vino a buscarnos para llevarnos a facturar nuestras maletas y, unos minutos más tarde, estábamos subiéndonos al avión. Los chicos nos habían recomendado no dormir durante la noche anterior para poder hacerlo en el avión y así, al llegar allí, no notaríamos tanto el jet lag. En seguida, me quedé dormida y supuse que los demás igual ya que cuando me desperté, el único que no estaba con los ojos cerrados era Harry.

-¡Al fin alguien despierta para darme conversación! –dijo y reí. Salí de mi asiento como pude, intentando no rozar a Liz para que no se despertara. Harry hizo lo mismo con Gin y nos reunimos en la parte trasera del avión para poder charlar.
-¿Aún nos queda mucho? –pregunté tomando asiento.
-Una media hora.-explicó.- Pero no te puedes quejar de que se te ha hecho largo, fuiste la primera en dormirse.-me acusó.
-No, claro que no me quejo.-dije.- ¿Y tú qué tal? ¿Qué es de tu vida amigo Styles? –pregunté imitando a una periodista y él rió.
-Si esto va a ser como un interrogatorio, te lo ahorras mejor, eh.-advirtió y rodé los ojos.
-Va en serio, ¿qué tal te va? Desde que te has echado novia me tienes abandonada.-dije poniendo al final de mi frase un pequeño puchero.
-¿Estás celosa, enana? –preguntó alzando una ceja.
-¡Por supuesto que no! ¿Cómo voy a estarlo si esa novia es una de mis mejores amigas? –sonreí.- Pero he de decir que echo de menos cuando pasábamos el día charlando de cualquier bobada o venías de improvisto a buscarme para tomar un café.- Y es que desde que nos conocimos habíamos tenido una especie de conexión instantánea, como él me había dicho en una ocasión, era una de las pocas chicas que no me había acercado a él para ligármelo y nos habíamos convertido en muy buenos amigos desde aquel día.
-O cuando nos veíamos en el gimnasio.-dijo él.
-Hemos perdido las buenas costumbres.-comenté entre risas.
-Cuando volvamos, las retomaremos.-afirmó y sonreí contenta, igual que una niña pequeña.
-De todas formas, has esquivado mi pregunta.-él sonrió, mirando al frente.
-¿Qué quieres que te diga? Tengo un trabajo que me encanta, los mejores amigos que podría encontrar y una chica que me quiere por lo que soy realmente y de la que encima estoy enamorado a más no poder.-su sonrisa había ido ensanchándose a medida que hablaba.
-Eh, se te olvida una mejor amiga increíble.-dije divertida.
-Y con un ego impresionante.-ambos reímos después de que le propinara un pequeño golpe en el brazo.- ¿Y tú qué? ¿Qué tal con Nick? –me encogí de hombros.
-Bien, como siempre.
-No lo dices muy convencida.-afirmó con el ceño fruncido, mirándome.
-Estamos bien.-esbocé una pequeña sonrisa.- Es solo que llevo unos días algo rara pero no me preguntes qué es porque ni yo misma lo sé.-suspiré.
-¿Sabes que puedes hablar conmigo de lo que quieras, verdad? –dijo pasando un brazo por mis hombros.
-Lo sé, Harold.-sonreí y besé su mejilla.

Una azafata se acercó a nosotros para avisarnos que estábamos a punto de aterrizar en la ciudad americana así que, volvimos a nuestros respectivos sitios y, con la ayuda de aquella señorita, empezamos a despertar al resto. Unos minutos después, el avión tocó tierra después de unas cuantas horas de vuelo y empezamos a salir ordenadamente del aparato. La hora local en aquel momento eran las nueve de la mañana.

-¡Esa es la mía! –gritó Niall por el pasillo mientras nos acercábamos a la cinta que transportaba las maletas. Había visto la suya y había salido corriendo a por ella pero, desgraciadamente, no había llegado a tiempo.- Se ha vuelto a ir la muy.-casi todos estallamos en carcajadas, el irlandés estaba muy gracioso con su supuesto enfado porque su maleta hubiera seguido dando vueltas en la cinta.
-¿Tanta prisa tienes, Nialler? –le dijo su chica.- De todas formas hay que esperar a que salgan todas.-
-Aquí vienen unas cuantas de nuevo.-anunció Liam. Todos nos posicionamos alrededor de la cinta. Vi la mía acercarse.
-Ahí va la tuya, tortuguita.-me advirtió mi hermano y cuando llegó a mi altura, la cogí con un poco de ayuda por parte de Zayn.
-Gracias.-
-Esta vez no te escapas.-escuchamos decir al irlandés que al fin se hacía con su maleta.

Pasamos un buen rato allí hasta que cada uno tuvo su maleta y salimos del aeropuerto. Fuera nos esperaban dos grandes furgonetas negras con los cristales tintados. Paul amablemente nos ayudó a subir las maletas y nos dividimos en los dos coches para poner rumbo al hotel.

-¿Este es el hotel? –pregunté mirando por la ventana.
-No es un hotel.-me contestó Liam. Eli y yo le miramos extrañadas.
-¿Entonces? –preguntó mi hermano que se encontraba a mi lado.
-Es una casa que compramos entre los cinco.-explicó Zayn.-
La furgoneta nos dejó frente a la puerta, nos bajamos y cogimos las maletas.
-Bienvenidos a Los Ángeles.-gritó Harry antes de que la gran verja que se alzaba ante nosotros se abriera.

Nos quedamos con la boca abierta cuando vimos el enorme jardín que rodeaba toda la casa. Varias zonas con un césped muy verde, flores y, entre medias, pequeños senderos de pequeñas piedras. En el centro: un gran camino asfaltado que llevaba hasta la puerta principal. Caminamos por ahí y, Louis fue el que se adelantó para abrir la puerta. El interior de la casa tampoco dejaba indiferente a nadie. Nada más entrar, frente a la puerta, había unas escaleras hacia la parte superior. A la derecha, una puerta llevaba a una gran cocina que tenía una cristalera para acceder a lo que supuse sería el jardín trasero. Una puerta en el lado izquierdo del pasillo llevaba al inmenso salón.

-Esto es increíble.-exclamó Gin. Una tele de plasma enorme, varios sofás, una mesa grande con sillas alrededor y algunas estanterías con libros, cd’s y dvd’s formaban parte de la decoración del salón.
-Madre mía.-fue lo único que pude decir.
-¿Os gusta? –preguntó Zayn.
-Eso se queda corto.-habló esta vez Lucy.
-Queda que os repartáis las habitaciones.-dijo Liam.- Supongo que las parejitas dormirán juntas.-frase que fue afirmada con el gesto que tuvieron Niall y Harry con sus respectivas chicas: el primero la agarraba de la cintura y el segundo tenía su mano entrelazada con la de ella.- Dani, tendrás que dormir con uno de nosotros.
-A mí no me importa compartir.-comentó Zayn.
-Me quedo contigo entonces.-aceptó mi hermano.
-Y vosotras tres.-siguió Liam.- Hay dos habitaciones de invitados, así que, dividíos como queráis.-las tres nos miramos y pareció que nos habíamos leído la mente.
-Dormiremos las tres juntas.-anunció Ron.
-Perfecto.-dijo Harry.- Pues vamos a dejar todo esto.

Nos enseñaron el resto de habitaciones de la casa: en la planta baja había una especie de sala de juegos y un cuarto de baño, arriba, estaban todas las habitaciones de los chicos más las dos de invitados que Liam había mencionado antes, cada una con su cuarto de baño propio. Nos indicaron cuál era la nuestra y entramos para deshacer la maleta. Abrí la mía pero me extrañé al no reconocer ninguna de las prendas que encontré a primera vista.

-Esta maleta no es mía.-dije en alto.
-A lo mejor es de alguno de los chicos.-comentó Eli.
-Voy a preguntar.-me levanté del suelo que era donde me encontraba para salir a preguntar.
-¿Qué pasa? –me dijo Ron saliendo del baño.
-Se ha confundido de maleta.-contestó Elizabeth por mí. Ron se acercó a la maleta y sacó una camiseta negra con las letras Killers en negro.-
-Es de Louis.-anunció. Oh, genial.
-Voy a decírselo.-resoplé y salí de la habitación.- ¡Louis! –grité por el pasillo. No me había quedado con qué habitación era de cada uno. En seguida, se asomó por la puerta.- Creo que.-no me dejó terminar por que me enseñó una camiseta. Concretamente de mi pijama, era de tirantes, rosa con pequeñas siluetas de la cara de Hello Kitty.
-Con esto.-agitó la camiseta.- La maleta no podía ser de otra persona.-Ya estábamos con el cachondeo.- Bonito pijama de mujer, eh.-Le quité de mala leche la camiseta de la mano, entré en la habitación, cerré la maleta y me la llevé hasta el que sería mi cuarto mientras él no dejaba de reírse a mis espaldas.-
-Ahí tienes la tuya.-dije enfadada, sacando su maleta a patadas de la habitación al pasillo.



¡Hola chicas! ¿Qué tal lleváis las vacaciones? Espero que bien, ¿qué tal Papá Noel? ¿Os trajo muchas cositas? Yo estoy más que feliz con mis regalos porque entre ellos está This Is Us, un mini Louis -clavadito a él- y Endless Road de Auryn y ajshbdasjhfbjsdf. Bueno, ya paro. Espero que os haya gustado el capítulo. Parece que Eli y Zayn siguen tonteando a más no poder, ¿creéis que se decidirá en este viaje? ¿le contará el pasado que la persigue? ¿Y Ron? ¿Qué será eso que iba a contarle a Amy? Y bueno, Amy y Louis siguen igual de picados que siempre. Intentaré subir el viernes otra vez. Muchísimas gracias y, por si no hablo con vosotras antes, ¡Feliz Año! Cuidado con las uvas que son muy traicioneras.
Love,
Sarai.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Capítulo 32.




Amanda Turner

La propuesta de los chicos era genial pero no estaba muy segura de si mi padre me permitiría ir con ellos entre otras cosas, porque él ni siquiera sabía que cinco de los chicos más famosos del mundo actual eran mis amigos.

-¿Y tú qué, pequeñaja? –me preguntó Liam.
-No sé ni para qué preguntas, Liam. Sabes de sobra que no la dejaran ir, aún es una niña.-habló Louis mientras me miraba. ¿Hola? ¿Y esto a qué viene ahora? No me había dado ni tiempo a contestar a Liam y suelta eso volviendo a ser el chico borde que conocí hacía ya algún tiempo. Decidí hacer caso omiso a su comentario y giré ligeramente al cabeza para contestar a mi amigo.
-Pues no lo sé, Leeyum. Está claro que me encantaría ir.-dije.
-¿Y si se viene Dani con nosotros? –comentó Gin.
-¡Claro! Que se venga tu hermano, así seguro que no te ponen ningún problema.-dijo entusiasmado mi amigo de rizos.
-Oh, genial, ahora nos tenemos que llevar también a la niñera.-volvió a hablar él. ¿Qué demonios le pasaba? Creí que habíamos superado aquella fase en la que solo nos hablábamos para meternos el uno con el otro. Estaba bastante claro que me equivocaba.
-No necesito ninguna niñera.-le contesté.
-¿Ah no? Yo creo que sí, aún eres una chiquilla indefensa.-dijo a modo de burla, recostándose en el respaldo de la silla y con los brazos cruzados sobre su pecho.
-Y tú eres un gilipollas.-le solté haciendo que todas las miradas se posaran en mí, incluida la suya. Él estaba dispuesto a contestar mi último comentario pero Zayn se encargó de que no sucediera.
-Vale ya, chicos.-intervino el moreno. Nos miramos una última vez. Si pensaba que me estaba intimidando, lo llevaba claro.
-¿Qué tal si recogemos esto y nos vamos a tomar algo? –propuso Niall después de carraspear para romper el incómodo silencio que se había formado en el jardín.
-Me parece una idea genial.-habló Ron.

Nos levantamos y entre todos recogimos la cena, llevamos todo a la cocina y nos preparamos para salir. Zayn era el único, aparte de las chicas, que había venido andando así que nos repartimos en los coches para ir a la discoteca. Yo me subí con Liam, Zayn y Eli en el coche del castaño.

-¿Cómo se llama el pub? –pregunté sujetando el móvil entre mis manos.
-Vamos a Heaven, ¿no Zayn? –dijo Liam. Zayn le contestó asintiendo con la cabeza.
-Gracias.-respondí a ambos con una pequeña sonrisa y empecé a teclear para avisar a mi hermano y a mi novio donde nos encontraríamos unos minutos más tarde.
-¿Quieres explicarme qué es lo que ha pasado antes con Louis? –preguntó mi amiga que iba sentada a mi lado, ambas en la parte trasera del coche, casi susurrando.
-Que me tiene harta siempre haciendo referencia a mi edad.-contesté.
-Pensé que habíais dejado ese tema a un lado, ¿no estuvo contigo cuando lo del tobillo?
-Señoritas, es de mala educación cuchichear.-nos interrumpió Liam, lanzándonos una sonrisa a través del espejo.
-Deja a las chicas que hablen, no seas cotilla.-le regañó Zayn y nos echamos a reír.

A partir de ahí, fuimos charlando y bromeando los cuatro hasta que llegamos a la discoteca. Liam aparcó y nos bajamos del coche. Había una larga fila de gente esperando para entrar y nosotros decidimos esperar fuera a estar todos juntos.

-Siento la tardanza.-llegó Sophia disculpándose. Besó a su chico en los labios y nos saludó a los demás.
-No falta nadie, ¿verdad? –preguntó Harry.

Nos miramos los unos a los otros para comprobar que eso era cierto y nos dirigimos a la puerta. El vigilante nos dejó pasar sin problemas y una vez dentro, nos dispersamos. Yo me dirigí a la barra junto a Zayn, Eli y Ron ya que las parejitas habían preferido ir a la pista de baile. Pedí algo que no tuviera demasiado alcohol y empezamos a bailar también. Nada más entrar en la pista, vi a mi hermano en la otra punta de la discoteca y nos saludamos con la mano, le observé acercarse a la barra y supuse que un rato después se nos uniría. Estaba bailando con Ronnie, pasándolo genial cuando de repente, sentí un brazo rodeando mi cintura desde atrás, pegándome a su cuerpo. Me giré dispuesta a darle su merecido al tipo que se estaba atreviendo a agarrarme de aquella manera pero me encontré con la espectacular sonrisa de mi novio.

-¡Nick! –exclamé rodeando su cuello con mis brazos, abrazándole mientras sus manos se colocaban en mi cintura.
-Hola preciosa.-murmuró sonriendo y acorté la distancia que nos separaba para besar sus labios.

Terminamos haciendo un gran corro todos los allí presentes en la pista y no paramos de bailar y reír en toda la noche, bueno y algunos, bebieron de más como cierto irlandés que estaba ya demasiado colorado debido al calor que el alcohol había proporcionado a su cuerpo.

Una canción lenta comenzó a sonar e inmediatamente, mi novio consiguió capturarme entre sus brazos. Bailamos sonriendo, moviéndonos al ritmo de la música, él con su cabeza enterrada en mi cuello, haciéndome cosquillas cada vez que su respiración chocaba con mi piel. Empezó trazando un suave camino de besos por el cuello, subiendo por mi mandíbula hasta llegar a mis labios, momento que aproveche para hacerme dueña de su boca durante unos segundos. Ambos sonreímos en medio de aquel beso pero al abrir los ojos me encontré con unos ojos azules que no pertenecían a mi novio.

-¿Estás bien, Amy? –me preguntó. Esa sí que era la voz de Nick. ¿Qué acababa de pasar? Que te hubiera gustado estar probando los labios de Louis en vez de los de tu chico, gritó una vocecilla bastante molesta en el interior de mi cabeza. Cerré los ojos y al abrirlos de nuevo, otra vez me encontré con la misma mirada.- Amy.-me llamó.
-Estoy bien.-contesté llevándome la mano a la cabeza.- Voy a tomar un poco el aire.
-¿Quieres que te acompañe?
-No, no te preocupes.-sonreí.- Vuelvo enseguida.-dije antes de dejar un pequeño beso en sus labios y después, fui directamente a una pequeña terraza que había en la discoteca. Cerré la puerta de cristal tras de mí y agradecí que la música no saliera de allí. Reconocí la figura que estaba apoyada sobre la barandilla y me acerqué a él.

Zayn Malik

Estaba manteniendo una agradable conversación con el hermano de Mandy cuando la vi cruzar delante de mí, sola, hacia la barra. Era mi oportunidad. Llevaba dándole vueltas varios días al mismo tema y estaba decidido a decirle lo que sentía, todo lo que pasaba por mi cabeza en relación a ella pero aún no había tenido una buena ocasión para hacerlo.

-¿Me disculpas un momento, Dan? –le dije. Él hizo un gesto con la mano dándome a entender que no le importaba.
-¿Chica a la vista, Malik? –bromeó.
-Algo así, sí.-contesté medio riendo y caminé en la misma dirección que la había visto irse hacía tan solo unos segundos. Me paré detrás de ella, observando cómo le pedía al camarero un gintonic. Su larga melena castaña oscura casi negra caía completamente lisa por su espalda hasta un poco más arriba de la cintura. Me quedé mirándola un momento: aquellos vaqueros negros ajustados la quedaban demasiado bien.- ¿No va  a ser eso un poco fuerte para ti? –dije a sus espaldas. Ella se giró y, al reconocerme, sonrió.
-Que va, tengo mucho aguante.-dijo antes de darle un sorbo al vaso.
-¿Te apetece bailar? –pregunté y ella sonrió.
-¿Contigo? –alzó una ceja, divertida y asentí.- ¡Pero si no tienes ni idea de cómo seguir el ritmo!
-Claro que sé.-dije en mi defensa.- Me invitas a una copa si consigo hacerlo bien.-desafié mirándola a los ojos.
-Hecho.-bebió de nuevo y, con el vaso en la mano, ambos nos adentramos en la pista.

~

-Vale ya, ¿no? No debo haber estado tan mal.-comenté mientras nos sentábamos en uno de los sillones que había allí y ella no paraba de reír.
-Lo siento, lo siento.-se disculpó entre risas. Me senté a su lado.- Espero que a esa chica misteriosa que te gusta no le importe que bailes igual que un pato mareado porque si no, lo llevas claro.-comentó. Oh genial, me lo había puesto en bandeja. Gracias, Liz.
-Pues no lo sé, voy a salir de dudas ahora mismo.-comenté y ella me miró con el ceño fruncido.- ¿Te importa mucho que sea un auténtico negado en la pista de baile? –dije mirándola, esbozando una sonrisa.
-¿Se puede saber de qué hablas? –habló medio riendo.
-Liz.-hablé acercándome a ella.- la chica que me gusta eres tú.-afirmé sobre sus labios y antes de que pudiera decir nada, ya los había juntado con los míos en un pequeño beso.

Un beso lento y dulce, muy dulce a causa del brillo con sabor a cereza con el que se había pintado los labios.

-Zayn yo…-empezó a hablar, después de terminar nuestro primer beso.- Esto no puede ser.-dijo y me quedé a cuadros. ¿Por qué? Me gusta y hace unos segundos era evidente que yo también le gustaba a ella. No entendía sus palabras.- Lo siento.-afirmó en un susurró. Se levantó y rápidamente, se alejó de mí. La seguí y, cogiéndola del brazo, hice que me mirara.-Lo siento, Zayn, pero no puedo y no me sigas, por favor.-me pidió mirándome a los ojos. Mi agarre se aflojó para dejarla marchar y así lo hizo.

¿Y ahora qué? Me había atrevido, después de darle mil vueltas al asunto, a confesar que era ella la chica que me había robado el corazón y ella solo me decía que no era posible. Genial, Zayn, ¡un éxito total, vaya! Me dirigí caminando hasta una terraza que había en un lateral de la discoteca. Necesitaba aire fresco y pensar en lo qué había sucedido. ¿Es que acaso había ido demasiado rápido? ¿Había hecho algo mal? Saqué un cigarrillo, lo encendí y empecé a fumar apoyado en la barandilla, observando la ciudad de Londres.

-¿Tomando el aire? –preguntó una voz que reconocí a mi lado. Me encogí de hombros.
-Más bien pensando.-contesté.- ¿Y tú?
-Necesitaba aire, me estaba agobiando ahí dentro.-esbozó una pequeña sonrisa.- ¿Me dejas probarlo? –preguntó haciendo un movimiento de cabeza para señalar mi cigarrillo.
-Eres muy pequeña para que empieces a destrozarte los pulmones.-dije.
-Oh, vaya, mira quien fue a hablar.-ambos reímos.- Anda, venga, solo una calada.-chasqué la lengua y me quité el cigarro de la boca para dárselo.
-Expulsa el humo por la boca.-la indiqué cuando se lo llevo a los labios. Hizo lo que la indiqué y me lo devolvió.- No es gran cosa pero sirve para relajarte.-dije dándole una calada ahora yo.- Oye, Mandy.
-Dime.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Claro.-sonrió esperando que continuara.
-¿Eli tiene novio? –Se me había pasado por la cabeza que quizás hubiera salido prácticamente corriendo porque ya tuviera alguien con quien compartir sus labios.
-No.-contestó rápidamente. ¡Perfecto! Pero aún cabía la posibilidad de que ella solo me viera como a un amigo al que da clases de skate.
-¿Sabes si yo a ella…? –me atreví a preguntar. Vamos, ella era su mejor amiga, quizás le había dicho algo sobre mí. Me miró al formular la pregunta y sonrió.
-¿Te gusta? –dijo divertida.
-Yo he preguntado primero.-me defendí.
-Vale, eso es un sí.-rió.- Y sí, algo sé.-dijo dándole intriga al asunto.
-Si me lo dices, te invitaré a comer cuando estemos en Los Ángeles, Mandy.-propuse. Ya había hablado con su hermano sobre lo del viaje y era casi seguro que ambos nos acompañaran.
-Iba a decírtelo sin necesidad de chantaje, pero ya que lo mencionas, acepto.-comentó risueña. La invité a que dijera lo que sabía con un movimiento que hice con la mano derecha después de tirar el cigarro ya consumido al suelo.- Le gustas. Mucho y me consta.-afirmó. Una oleada de alivio me invadió y sonreí levemente. Pero entonces, ¿qué era lo que había pasado?
-Pues entonces no lo entiendo.-murmuré.
-¿Ha pasado algo con ella? –me pasé la mano por el pelo y resoplé antes de empezar a contarle lo ocurrido. Su cara cambió y negó con la cabeza un par de veces después de saber que su amiga se había marchado diciendo aquellas palabras después de besarnos.- Esta chica es tonta.-susurró.
-¿Sabes qué ha podido pasar? Quizás no tendría que haberle dicho nada o quizás…-me interrumpió.
-No es culpa tuya, Zayn.-me dijo.- Es algo que no puedo contarte.-la miré pidiéndola que por favor me explicara qué pasaba aquí.- Lo siento pero es ella la que te lo tiene que decir. ¿Puedo darte un consejo? –asentí con la cabeza.- Trátala bien, cuídala, demuéstrale que es especial y sobretodo, hazle ver que la quieres y puedes ayudarla a superar sus miedos.
-Lo haré, te lo aseguro.-le mostré una pequeña sonrisa.- ¿Y tú qué? –dije después de unos segundos de silencio.- Eso de que necesitabas aire sonaba a excusa para escapar de alguien. ¿Quizás Louis que ha empezado a meterse contigo de nuevo? –resopló mirando al cielo.
-Más bien escapaba de mi novio.-admitió.- Pero es algo sin importancia.-habló.- Mi cabeza, que no anda muy bien últimamente.
-¿Y eso?
-Imagina cosas que no debería. Debe ser una secuela del accidente.-bromeó.- ¿Volvemos dentro?

Louis Tomlinson

No estaba siendo una buena noche, por supuesto que no. Después del enfrentamiento con Amanda parecía que todos estaban en mi contra, ¡claro, cómo no! Ella era la niña bonita de los chicos, una especie de hermana pequeña para ellos y sin embargo para mí…Para mí ya no sabía ni lo que era. Era cierto que lo habíamos pasado bien jugando a la play y el día del partido...El día del partido. Ag. La odiaba. La odias por el simple hecho de desearla. ¿Desearla? Já, repliqué a mi subconsciente. Esa vocecita siempre estaba metiéndose donde no la llaman. ¿Yo? ¿Desear a esa mocosa? ¡Más quisiera ella! Además, Eleanor y yo estamos muy bien, somos la pareja perfecta y no hay más que hablar. Claro, por eso estás bailando con ella ahora mismo, ¿no? Me encontraba sentado en una banqueta, apoyado en la barra mientras consumía un cubata. No me apetecía bailar, ¿algún problema? No, no, ninguno tío. Así tienes mejores vistas. Oh, sí, vamos, ¡unas vistas geniales! Ahora mismo solo veía como Amy dejaba que los labios de su novio vagaran a su antojo por su cuello llegando en alguna ocasión a su boca. Venga, admítelo, Louis. Desearías estar en su lugar, ¿te lo imaginas? Cerré los ojos fuertemente para que aquella imagen que mi mente me había sugerido no apareciera como lo había hecho noches atrás.

-¿Louis? ¿Estás bien? –abrí los ojos para encontrarme con la mirada castaña más dulce del mundo.
-Sí.-contesté.- Es solo que estoy algo cansado, ¿te importa si nos vamos ya?
-Claro que no. Vamos a despedirnos de los demás.-sugirió. 




Bueno pues después de un siglo (bueno no tanto, que exagero mucho) aquí tenéis el capítulo 32. Algunas me pedíais que Amy le dijera a Louis que no parecía haberle importado besar a una niña pero os explico, no llegó a ser un beso, no le dieron importancia (aunque ya estáis viendo que ese rocecillo está trayendo consecuencias) así que, mejor pensé que le contestara de esa manera. ¡Ha habido beso de Eli y Zayn! Pero claro, ya sabéis la razón por la que le ha dicho que no puede ser, pobre Zayn, ¿qué creéis que hará ahora? ¿Y Louis? El pobre cada día está peor...Ay, esa chiquilla que le está trastocando... Espero que os haya gustado. Supongo que subiré el viernes que viene, porque aunque tengo que estudiar mucho en vacaciones porque mis exámenes son a la vuelta de vacaciones, pues sacaré un ratito para escribir y volveré a subir como normalmente. Digamos que esto solo ha sido una excepción porque a mis profesores les da por ponernos entregas de trabajos y exposiciones en las dos últimas semanas pero bueno... Ah, a muchas ya os lo he contado porque me habéis preguntado via WA o twitter, los chicos estuvieron PER-FECT en La Voz, supongo que ya habréis visto la actuación. Fue muy asjhbfdjahsbvfjhzvsfjhsdf poderlos ver tan de cerca y, creedme, no os podéis imaginar lo guapos que son en persona. Bueno, que hoy me estoy enrollando mucho, una cosita más solo: quizás os subo a lo largo de la tarde el primer capítulo de Unforgettable Summer que la tengo abandonada también. Muchas gracias y nos vemos el viernes, así que...¡FELIZ NAVIDAD! Y que os traiga algún regalito Papá Noel...A mí me da que el mío vendrá cargado con el DVD de This Is Us *-*
Love,
Sarai.