domingo, 16 de marzo de 2014

Capítulo 47.




Amanda Turner

No tenía nada qué hacer aquella mañana de domingo salvo esperar pacientemente a que llegara la hora del partido para ir a mi encuentro con Louis. Mi hermano había salido no sé a dónde, últimamente salía más de lo normal y estaba raro. Sabía que no salía con Josh porque yo misma se lo había preguntado y mi intuición femenina empezaba a sugerirme que mi queridísimo hermano estaba viéndose con mi rubia amiga perteneciente a la girlband inglesa del momento. Estaba decidiendo qué hacer con mi vida las horas que quedaban hasta la comida cuando recibí un whatsapp de mi querido ricitos.

¿Qué tal si comemos juntos y así me despido de mi mejor amiga? Xx
Espera que lo consulte en mi agenda, Harold.-contesté e inmediatamente, bajé a buscar a mi madre y tras unos segundos de súplica, conseguí permiso para salir a comer. Subí de nuevo a mi habitación y cogí el móvil.- ¿Dónde vas a llevarme? –escribí.
Al McDonald’s.-respondió y solté una carcajada mientras sacaba unos shorts vaqueros del armario.
No seas cutre, Harold.
Era broma, mujer. Tú vístete que paso a por ti en media hora.
Estoy en ello.-envié y tiré el móvil sobre la cama para vestirme.

Me puse los shorts y los acompañé con una camiseta de manga corta azul con unas letras blancas. Me calcé mis preciadas converse y cogí mi pequeña mochila. Metí el monedero, la funda de las gafas de sol, el móvil, el gorro que le había quitado la noche anterior a Louis y, por último, guardé la camiseta del Manchester ya que no me iba a dar tiempo a volver a casa antes de irme a ver el partido con Louis. Me maquillé ligeramente y, como hacía calor, decidí recogerme el pelo en una coleta alta dejando algunos mechones sueltos junto con el flequillo hacia un lado. Bajé con la mochila a la espalda y las gafas de sol en la mano.



-¿Dónde vas? –preguntó mi padre. ¿Cuándo había llegado?
-A comer con un amigo.-dije sin dar más explicaciones.
-¿Qué amigo? –ya empezaba con sus preguntitas.-¿Es tu novio?
-No le conoces.-resoplé.- Y no, no es mi novio. Yo de eso no tengo.-sonreí levemente y pensé en Nick y Louis, esa había sido una mentira bien gorda.
-Yo le conozco, no te preocupes, es un buen chico.-salió mi madre de la cocina, diciendo aquellas palabras para ayudarme.
-Y acaba de llegar.-dije después de que el timbre sonara.- Hasta luego.-me despedí de ambos y fui hasta la puerta.- ¡Harold! –exclamé.
-Hola pequeñaja.-me saludó. Nos dimos un pequeño abrazo y subimos a su coche.

Condujo hasta el centro de la ciudad y, aparcamos en el primer sitio que vio disponible. Caminamos charlando hasta pararnos frente a un restaurante italiano. ¿Es que siempre que alguno de ellos me llevaba a comer tenía que ser a un italiano? Negué con la cabeza y me eché  a reír. Inmediatamente, mi amigo empezó a mirarme raro.

-¿Qué te pasa ahora? –preguntó sujetando la puerta del local.
-Nada, nada.-respondí.

Pedimos una mesa para dos y un camarero nos guió hasta ella. Nos dejó la carta y pedimos lo que queríamos comer. No tardaron mucho en servirnos nuestros platos.

-Por cierto, Amy.-empezó a hablar mientras ya esperábamos a que nos trajeran el postre.
-Dime Harold.-rodó los ojos. No le gustaba que nadie le llamara así pero como mejor amiga oficial del ricitos podía darme el lujo de hacerlo.
-¿Louis y tú seguís llevándoos tan mal como siempre? –preguntó. ¿A qué venía eso ahora? Fruncí el ceño pensando durante unos segundos mi respuesta aunque no dudé.
-Sí, creo que seguiremos así de por vida.-afirmé.
-Vaya.-dijo algo ¿decepcionado?
-¿Por qué tanto interés en cómo va mi relación con Louis? –pregunté ahora yo.
-Es que verás.-empezó a hablar.- Te vas a reír.-hice un movimiento con la cabeza, pidiéndole que continuara.- Gin y yo hicimos una apuesta en Los Ángeles.
-¿Y de qué se trata? –tenía curiosidad.
-Apostamos que el perdedor cocinaría la cena al otro.-explicó.-Yo aposté que Louis y tú terminaríais juntos y ella, por el contrario, dice que acabaréis matándoos.-soltó una risita que acompañé. Mi amiga era un poco exagerada a veces.- La fecha límite es el cumpleaños de Nialler y está al caer. Y por lo que veo no habéis progresado mucho.-no podía parar de reírme. ¿En serio habían hecho apuestas sobre nosotros dos?
-Pues siento decirte, querido amigo, que perderás esa apuesta.-sentencié. Sabía perfectamente que por esas fechas, Louis y yo ya estaríamos juntos pero en secreto y dentro de nuestros planes no estaba contárselo a los chicos al menos por el momento.
-Eso me imaginaba.-dijo resignado.
-Si es que te tengo dicho que no apuestes a causas perdidas.-bromeé.

Terminamos de comer sobre las cuatro y media de la tarde y a las cinco empezaba el partido así que debía irme ya o no llegaría a tiempo. Me despedí de Harry y le pedí que les diera un gran abrazo a los demás de mi parte aunque más tarde hablaría con ellos para despedirme también. Él cogió el coche para ir a visitar a mi amiga y yo, fui a coger el autobús. Tardé unos veinte minutos en llegar al barrio de Louis y unos cinco minutos andando más tarde, estaba frente a su casa. Llamé al timbre un par de veces antes de que me abriera.

-Casi llegas tarde.-me recriminó.
-Hola Louis, ¿qué tal? Ah, sí, yo genial, gracias.-dije irónica. Él rió y besó mi mejilla.
-Pasa. Está a punto de empezar.-se hizo a un lado para que entrara y me adentré en su casa.
-¿Y Ron? ¿La has echado de casa? –pregunté divertida mientras dejaba mi mochila sobre el sofá. Ya tenía un par de bebidas y un cuenco de palomitas sobre la mesa del salón.
- Creo que había quedado con Ed.-me contestó.
-Ahora vengo.-me dirigí al baño con la camiseta del equipo en la mano. Entré y unos minutos después, salí preparada para ver el partido.

Pasamos una tarde muy divertida en la que no paré apenas de reír: Louis estaba demasiado gracioso cuando se indignaba con el árbitro o con algún jugador. El partido terminó pero ni yo tenía ganas de irme ni él de que me fuera así que, me acomodé en el sofá, quedando tumbada con la cabeza sobre sus piernas mientras charlábamos con el ruido de la televisión de fondo.

-¿Cuál es tu grupo de música favorito? –pregunté.
-¿A qué viene eso? –dijo mirándome divertido. Me encogí de hombros y sonreí.
-Llevamos saliendo por ahí unas semanas y no sé las cosas básicas que debería saber sobre ti.-comenté.
-The Fray.-contestó. Fruncí el ceño, haciendo memoria, me sonaba el nombre del grupo.
-¿Esos son los de How to save a life? –pregunté entonando esa pequeña frase de la canción.
-Tienen más canciones aparte de esa.
-Me lo imagino. Cántame alguna.-pedí.
-¿Ahora?
-No, mañana.-rodé los ojos.- ¡Claro que ahora! –exclamé. Resopló resignado, sabía que no iba a parar hasta que cantara un trocito.
-If I don’t say this now I will surely break as I’m leaving the one I wanna take. Forgive the urgency but hurry up and wait, my heart has started to separate. Oh oh oh, oh oh oh, be my baby. Oh oh oh, oh oh. Oh oh oh, oh oh oh, be my baby and I'll look after you.-cantó y yo no podía dejar de mirarle con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Cuidarás de mí, Lou? –pregunté inocente.
-Siempre, pequeña.-sonreí nuevamente mientras sentía sus labios presionar levemente la piel de mi frente.- ¿Y tu grupo favorito?
-Puf.-resoplé.- Es muy complicado. Me encanta 5SOS, Little Mix, Olly Murs y adoro a Demi Lovato.-afirmé.
-Y ahora me vas a cantar un trocito de tu canción preferida, ¿a qué sí? –Iba a contestarle de forma negativa pero no me dio tiempo.- Y no me digas que no porque quiero escucharte.
-Está bien pero no te asustes si lo hago tremendamente fatal.-advertí y él rio. Me aclaré la garganta, dándole importancia.-Baby, when they look up at the sky, we'll be shooting stars just passing by, you'll be coming home with me tonight, we'll be burning up like neon lights. Please still my heart cause it's freaking out, it's freaking out, right now, shining like stars cause we're beautiful, we're beautiful, right now. You're all I see in all these places, you're all I see in all these faces, so let's pretend we're running out of time, of time. Baby, when they look up at the sky.-no acabé el estribillo y paré de cantar.
-No lo haces tan mal como te piensas.

A partir de ahí, seguimos haciéndonos preguntas de ese tipo, haciendo que el tiempo se pasara volando entre bromas.

-Creo que debería irme, es tarde.-dije incorporándome.
-¿Quieres que te lleve? –se ofreció.
-No hace falta. Además, cuanto menos nos vean juntos, mejor.-afirmé y él asintió con la cabeza, dándome la razón. Me acompañó por el pasillo hasta la puerta.
-Ten cuidado y avísame cuando llegues, ¿vale? –pidió y solté una risita.- No te rías, ¿quieres? –colocó los brazos sobre su cintura, haciéndose el indignado.
-Es que te has parecido a mi padre.-me justifiqué.- Pero te avisaré, no te preocupes. Y tú llámame cuando lleguéis mañana a Australia.
-Lo haré.-murmuró antes de envolverme entre sus brazos. 

Respiré su aroma, intentando quedarme con él para los siguientes dos meses en los que no le vería. Levanté la cabeza para mirarle y sin darme cuenta, dirigí mi mirada hacia sus labios. Quería besarle. Tenía muchísimas ganas de hacerlo así que, casi con miedo, me incliné levemente y acerqué mis labios a los suyos que recibieron mi pequeño beso con alegría. No ocurrió como la noche anterior. Le había pillado igualmente de improviso pero esta vez, no dudó ni un segundo en seguir aquel beso que en pocos segundos, tomó demasiada fuerza y acabé con la espalda en la pared y su cuerpo sobre el mío sin dejar apenas espacio entre nosotros. Había tenido besos subidos de tono con Nick pero nunca en la vida me habían besado de aquella manera, con esa desesperación por no despegarnos el uno del otro.

-Vete ya o no podré controlarme.-susurró sobre mis labios, separándose un poco de mí para respirar. Sonreí al escucharle.
-Hasta pronto, Lou.-dije de la misma forma. Dejé un beso sobre su mejilla y, tras escabullirme de su pequeña prisión, fue hasta la puerta aunque me dí cuenta de algo antes de salir.- Casi lo olvidaba.-dije girándome sobre mí con el gorro en mis manos.

-Quédatelo.-dijo sonriendo y después de dedicarle una última sonrisa, salí de allí.



Veronica Reed

-¿Seguro que llevas todo, Boo? –le pregunté una vez más. Mi amigo era el mayor despistado de este mundo y probablemente, hubiera olvidado algo.
-Que sí.-repitió.- Que pesada eres cuando quieres.-protestó.
-Pero me adoras.-dije.
-Lo que tú digas, Ron.-le saqué la lengua y lo acompañé hasta la puerta.- Cuida de mi pequeña casa, eh.-me advirtió.
-Como si fuera mía.
-Esa idea no me gusta nada.-reí.
-Anda, vete ya o perderás el avión.-le metí prisa.- Dales un abrazo a los chicos de mi parte.
-¿A Liam también? –preguntó alzando una ceja. Le divertía aquello.
-Capullo.-le contesté.
-Yo también te quiero, amiga.-ambos reímos y nos abrazamos.-Vigila a mi chica también.-susurró en mi oído y sonreí.- Yo a cambio, intentaré meter en vereda a Payno.
-Pórtate bien, Boo.-
-Eso siempre.-volvimos a reír y, de una vez por todas, se metió en el taxi que le llevaría al aeropuerto.

Genial, ahora estaba sola en aquella casa tan enorme. No empezaba la universidad hasta la semana siguiente y, como la casa de Louis estaba bastante alejada, había pensado buscar un pequeño apartamento más cerca al que mudarme, además de que seguramente, mi amigo querría la casa disponible para invitar cuando quisiera a Amanda. Gin y Amy estarían ya de camino a enfrentar el primer día de instituto y Lucy supongo que trabajaría así que decidí llamar a Elizabeth y averiguar si la gustaría acompañarme en la búsqueda de mi piso. Aceptó sin dudarlo, así que tras darme una ducha, me arreglé y salí a su encuentro. Fuimos a una agencia inmobiliaria donde nos enseñaron un montón de apartamentos perfectos para estudiantes como yo.

-Gracias por acompañarme.-le dije ya sentadas en una cafetería, haciendo un poco de tiempo a que viniera a nuestro encuentro la señorita de la agencia para enseñarnos algunos de los pisos.
-No hay de qué. Gracias a ti por hacer que no me aburra.-respondió y reímos.- Oye, Ron.
-¿Qué? –pregunté.
-¿Has sabido algo más de Liam?

Gracias Eli, has tocado el tema más adecuado en este momento. Desde el día de su cumpleaños en el que me habló de aquella manera no había vuelto a tener noticias de Liam y tampoco quería. Total, si siempre iba a dirigirse a mí de malas maneras, mejor que no lo hiciera.

-No.-contesté.
-Pero me dijiste que.-empezó a hablar.
-Lo sé, sé que os dije que pensaba decirle que no salía con Ed pero ¿sabes qué? Ni siquiera se ha disculpado por tratarme como lo hizo, ni me ha mandado un mensaje ni nada así que eso será porque no le importo lo más mínimo, ¿para qué contarle la verdad si le da igual?



¡Hola chicas! Siento no haber subido el viernes como siempre, es que salí con una amiga a comer y volví tardísimo a casa y ayer tampoco me dió tiempo. Espero que os haya gustado a pesar de que es un poquito corto pero bueno, el siguiente quizás es más largo además que llega el momento esperado: ¡ruptura! jajajaja Un par de cositas sobre este capítulo: las canciones que cantan son Look After You de The Fray y la que canta Amy es de Demi Lovato, Neon Lights. Hablando de lo de las canciones, cuando ella le pregunta si va a cuidar de ella es porque la última frase que canta dice eso mismo "cuidaré de ti". Hoy quería dedicárselo a @Lau_LHNZL que ayer fue su cumpleaños, ¡felicidades, preciosa! Ah, por cierto, sé que algunas "escritoras" tienen grupos de wa con sus lectoras y eso, no voy a crear ningún grupo porque mi móvil va fatal pero a lo que iba, que si cualquiera de vosotras quiere charlar conmigo o lo que sea pues pedidme el wa o hablamos por twitter, que yo estaré encantada. Nada más por hoy, intentaré subir entre semana Unforgettable Summer. Muchas gracias por todo.
Love,
Sarai.


viernes, 7 de marzo de 2014

Capítulo 46.




Louis Tomlinson

Después de que Liam abandonara la fiesta seguido del irlandés y Lucy, los demás decidimos tomar la última copa antes de repartirnos por las habitaciones de invitados que había en casa de Harry. Una vez más, mi compañera de habitación fue mi mejor amiga. Me deshice del disfraz de Peter Pan y, tras robarle unos pantalones cortos de chándal a Harry, me tumbé en la cama. Ambos nos quedamos dormidos al instante aunque a mí, desgraciadamente, el sueño no me duró mucho. No paraba de dar vueltas en la cama en parte por el dolor de cabeza que tenía a causa del alcohol y la música a todo volumen de la que habíamos disfrutado horas atrás así que, opté por salir de la habitación y bajar a la cocina a por una pastilla que me permitiera conciliar el sueño. Bajé las escaleras y, al caminar hacia la cocina, vi un pequeño resplandor de luz que venía del jardín. Decidí asomarse al salón para mirar a través de la cristalera y me encontré con Amy sentada al borde de la piscina con los pies metidos en el agua. Sonreí y seguí mi camino hasta la cocina. Rebusqué en los cajones hasta que encontré las pastillas y con dos vasos de agua, salí al jardín.

-¿La resaca no te deja dormir? –hablé, provocando que diera un pequeño respingo. Reí.
-No sabes el dolor de cabeza que tengo.-respondió y me senté a su lado.
-Ya deberías haber aprendido donde guarda Harry las pastillas.-dije tendiéndole la caja y uno de los vasos de agua.
-Debería sí.-afirmó sonriendo. Tragó una pastilla acompañada de un trago de agua y yo la imité.- Gracias.
-Ya me lo cobraré, no te preocupes.-dije guiñándola un ojo.
-¿Qué me lo vas a cobrar? –preguntó.- Pues espera que te la devuelvo.-se acercó una de sus manos a la boca para hacer como que intentaba vomitar para traer de nuevo la pastilla y ambos nos echamos a reír.
-Tampoco iba a pedirte tanto.-murmuré tras un pequeño silencio.
-Seguro que sí.-me miró de reojo y sonreí.- ¿Qué querías? ¿Otra cita desastrosa como la del otro día? –dijo divertida echándose hacia atrás para quedar tumbada sobre el césped aun con los pies dentro del agua.
-Que graciosilla eres.-contesté salpicándola un poco de agua.
-Ni se te ocurra volver a hacer eso.-advirtió.
-¿El qué? -me hice el tonto.- ¿Esto? –volví a mojarla un poco las piernas sabiendo que no podía quejarse en voz muy alta para no despertar al resto.
-Estate quieto.-pidió medio riendo.
-Ya paro.-levanté las manos en son de paz y la vi cerrar los ojos, momento que aproveché para coger un poco más de agua en una de mis manos y, tumbándome a su lado, empecé a echárselo poco a poco sobre la cara.
-Eres peor que un niño pequeño.-protestó incorporándose un poco, algo que hizo que ambos nos quedáramos peligrosamente cerca.

Prácticamente nuestras narices se rozaban y mis ganas por besarla aumentaban cada segundo que pasábamos en esa situación. Cerré los ojos y suspiré, había prometido ser solo su amigo hasta que terminara con su novio y eso era lo que iba a hacer aunque me supusiera hacer un esfuerzo sobre humano para no atrapar sus labios entre los míos y no dejarla escapar jamás.

-¿Cuándo vuelve Nick? –pregunté en un susurro apoyando mi frente contra la suya.
-En dos semanas.-respondió de la misma forma.- Lo arreglaré en cuanto ponga un pie en Londres, te lo prometo.-acariciaba mi mejilla lentamente.
-Pero yo ya no estaré aquí.-comenté.-Volamos a Australia y no volveremos hasta primeros de noviembre, después del par de conciertos de Japón.
-Eso son casi dos meses sin vernos.-afirmó.
-Quizás puedas venir con las chicas a hacernos una visita.-sugerí.
-¿Y tú crees que mis padres van a dejarme? –preguntó mirándome divertida. Negué con la cabeza riendo aunque no tenía ninguna gracia el asunto. ¿Dos meses sin vernos justo cuando podría ser mía al fin? Iba a ser una tortura.
-Tendremos que soportarlo entonces.-dije resignado.
-Qué remedio.-rio levemente.- Creo que subiré a intentar dormir un poco.
-Voy contigo.-

Nos levantamos del césped, entramos en la casa, dejamos las cosas en la cocina y subimos a la planta superior.

-Buenas noches, Amy.-dije en bajito.
-Buenas noches, Lou.-habló de la misma manera y besó mi mejilla antes de meterse en la habitación que esa noche compartía con Josh y su hermano.

Entré con sigilo en mi habitación pero al ir a tumbarme de nuevo sobre la cama escuché una especie de sollozos. Fruncí el ceño.

-¿Ron? –la llamé.- ¿Ronnie? –la escuché sorber la nariz. ¿Es que acaso estaba llorando?-Ron, ¿qué te pasa? –pregunté pero no obtuve respuesta. Estaba dándome la espalda así que, me levanté y rodeé la cama para agacharme y quedar frente a ella.- ¿Por qué lloras, Ron?
-Por nada.-contestó restregándose los ojos.
-No se llora por nada, querida.-dije.- ¿Es que no vas a contárselo a tu Boo?
-No.-dijo negando varias veces con la cabeza. Me senté en la cama y la obligué a mirarme.
-Suéltalo, te quedarás más a gusto.-Y al final, conseguí que me contara qué era lo que la sucedía. Tal y como me había imaginado la cosa tenía que ver con Liam.- Voy a tener que hablar seriamente con él, eh.
-Prefiero que no lo hagas.-murmuró.
-¿Por qué? ¿Es que acaso soy un bocazas? –pregunté inocente y conseguí sacarla una sonrisa.-Anda, ven aquí.-abrí los brazos para envolverla en un abrazo. En realidad, ella era como una hermana para mí y no me gustaba verla sufrir de aquella manera.- Creo que deberías decirle que Ed es gay, que no estáis juntos.
-¿Para qué? Ya me ha dejado claro hoy que eligió a Sophia, lo que quiere decir que no siente nada por mí.
-Yo creo que eso no es así.-hablé.- Le molesta que salgas con otro chico, eso tiene que significar algo y mira que yo no soy ningún experto en estas cosas.-suspiró.
-A veces pienso que lo mejor es eso, buscarme a otro chico pero luego me paro a pensarlo y sé que eso no bastará para que le olvide. Por otro lado, quizás tengas razón y a lo mejor sienta algo por mí porque si no, ¿qué más le daría que saliera con alguien? Luego llegan noches como las de hoy, me habla así y me dan ganas de darle un par de bofetadas. Y, por supuesto, están esos momentos en los que nos llevamos bien, salimos juntos y lo pasamos de maravilla y aggg.-resopló mirando al techo y yo solté una risita.
-Creo que lo mejor será que nos vayamos a dormir y mañana pensamos con más claridad entre los dos una solución a este gran problema que tienes, ¿qué me dices?
-Que tienes razón, Boo.-admitió. Volví a mi lado de la cama y nos tumbamos.- Por cierto, ¿dónde estabas antes?
-De excursión.-contesté.
-¿Amy? –preguntó mirándome. Sonreí asintiendo levemente y ella me dio un pequeño empujón.-Como te envidio.-murmuró.

~

Amanda Turner

Había pasado toda la mañana con Louis, era el último fin de semana que los chicos estarían en Londres y había que aprovecharlo. Habíamos ido a dar una vuelta a un bosque a las afueras de Londres, escondiéndonos de la gente –más concretamente de los paparazzis y las fans. Estaba leyendo en la cama –una costumbre que tenía antes de dormir y que la mayoría de las veces hacía que me acostara a las tantas- cuando el móvil soltó un pequeño pitido, indicándome que me había llegado un mensaje de Whatsapp. Cogí el teléfono que se encontraba sobre la mesilla y no pude evitar sonreír al ver que era él.

No puedo dormir.-leí. Miré el reloj en la pantalla del teléfono: casi la una de la mañana.
¿Qué me quieres decir con eso?-contesté.
Que me cuentes algo.-escribió.
No soy un pasatiempo, Tomlinson.
No me llames así, Turner.-se apresuró a contestar.
¿Por qué no?

No me contestó a este último mensaje y fruncí el ceño mientras esperaba la respuesta. Nuevamente, el móvil empezó a sonar, esta vez era el tono de llamada. Me apresuré a cogerlo para que no consiguiera despertar a mis padres. Negué con la cabeza y deslicé el dedo por la pantalla para atender su llamada.

-Buenas noches, Tomlinson.-si no le gustaba que le llamara así, lo haría solamente por el placer de picarle un poco.
-Te he dicho que no me llames así.-dijo su voz al otro lado del teléfono.
-¿Por qué no? –volví a preguntar.
-Porque así me llama Ron cada vez que se enfada conmigo.-solté una risita. En seguida, me tapé la boca con la mano, intentando no hacer mucho ruido.
-No me hagas reír, ¿quieres? –pedí.- Mis padres están durmiendo ya.
-Entonces, para no despertarles…-quiso darle emoción al asunto dejando la frase en el aire.- ¿por qué no sales de casa y nos vemos? –propuso.
-¿Ahora? –pregunté sorprendida. ¿En serio quería que saliera a encontrarme con él a estas horas?
-Ahora.-afirmó y podía jurar que una gran sonrisa cruzaba su cara en el momento que dijo aquella palabra.- Vamos, Amy.-pidió.- Es de noche, está todo completamente oscuro, no tendremos que escondernos y podré besarte en la calle cuando me apetezca sin pensar si alguien nos está observando.
-¿Olvidas que tengo novio, Tomlinson? –pregunté divertida.- ¿Es que acaso has olvidado que prometiste no besarme?
-Tu novio me importa más bien poco.-aseguró.- Ahora eres mía.-sonreí como una tonta pero es que tenía razón, sin darme cuenta se había colado en mi corazón y lo había hecho suyo. Había hablado con Nick y el martes estaría en Londres, iría a hablar con él y sería libre al fin.-
-Estás loco.-murmuré.
-Vístete y en quince minutos estoy allí.
-¿No puedo ir en pijama? –pregunté inocente, intentando no reírme por mi estúpida intervención.
-Por mí como si vienes en ropa interior.-comentó tan tranquilo.
-¡Louis! –le regañé susurrando.
-¿Qué? –preguntó imitándome.
-Que no tardes mucho.-acepté antes de colgar y buscar algo de ropa en mi armario.

Cogí lo primero que pillé: unos vaqueros y una camiseta básica de color azul. Me lo puse y agarré también las “converse de emergencia” como me gustaba llamarlas. Eran las bajitas blancas las que tenía siempre a mano en el armario ya que pegaban con todo y así no tendría que ponerme a buscar unas en momentos de prisa como este. Cogí también una sudadera, en las noches de septiembre londinenses siempre refrescaba. Me miré al espejo y me peiné un poco, no había tiempo para gran cosa pero tampoco iba a salir con pelos de loca. No creo que fuéramos muy lejos así que ni siquiera cogí el teléfono móvil. Salí de la habitación con mucho cuidado y bajé las escaleras de la forma más silenciosa que pude. Cogí mis llaves y las guardé en el bolsillo de la sudadera. Abrí la puerta sin hacer ruido y la cerré de la misma manera. Suspiré una vez me encontré fuera de casa: si me pillaban esta vez me matarían de verdad. O quizás no eso pero sí que estaría castigada de por vida.

-Psss.-escuché que alguien me llamaba. Miré a la derecha y ahí me le encontré, haciéndome señas para que me acercara a él. Lo hice mientras me ponía la sudadera. Vestía una camiseta de manga corta lisa blanca, unos vaqueros, como no sus preciadas Vans y un gorro de punto que le quedaba demasiado bien.-Hola.-saludó cuando llegué donde estaba.
-¿Y este gorrito? –pregunté divertida.- ¿Es para que no vea que ni siquiera te has peinado? –se echó a reír.- Sh.-le mandé callar.- Vas a despertar a todo el mundo, escandaloso.
-La culpa es tuya por decir idioteces a estas horas.-me regañó con una sonrisa adornando su cara.
-¿Para esto me has hecho dejar de leer? Mira que me vuelvo a la cama, el libro estaba muy interesante.-dije haciendo ademán de irme.
-Eh, eh, vuelva aquí señorita.-habló mientras me acercaba a él, rodeando con uno de sus brazos mi cintura. En cuanto volví a estar frente a él, le quité el gorro y me lo coloqué yo.- Eres una ladrona.-murmuró sonriendo.
- Vámonos a algún sitio no vaya a ser que por alguna casualidad se despierten mis padres y nos pillen aquí.-pedí.

Agarró mi mano sin permiso alguno y caminamos hasta un pequeño parque que se encontraba a unas cuantas calles de mi casa. Nos sentamos en uno de los bancos y, olvidándonos de todo, nos pusimos a charlar de las primeras tonterías que se nos pasaban por la cabeza.

-Deberíamos volver.-murmuré.
-¿Ya? –preguntó él. Asentí.- Pero si es pronto.-protestó.
-Louis, son casi las tres de la mañana.-me levanté del banco y cogí su mano para tirar de él aunque si no hubiera puesto de su parte, jamás habría logrado hacer que se levantara.

Caminamos de nuevo hasta mi casa con su brazo rodeando mis hombros. Me acercó más a él cuando estuvimos frente a la puerta de entrada.

-Nos vemos mañana.-dijo rozando mi mejilla con su nariz.
-¿Mañana? –pregunté curiosa.
-Hay partido. Estaré solo en casa y tendré un cuenco lleno de palomitas.-dijo quedándose en la misma posición, haciéndome pequeñas caricias.
-¿Es eso una invitación indirecta? –hablé sonriendo.
-No.-contestó alargando la vocal.- Es una invitación muy directa.
-Tengo clase el lunes.
-Prometo no retenerte mucho. Antes de la hora de cenar estarás de vuelta.-sonreí.- Además, es el último día que nos veremos hasta dentro de dos meses.
-Está bien.-
-Perfecto. Hasta mañana, pequeña.-depositó un beso en mi mejilla, bastante cerca de mis labios y empezó a caminar hacia donde había dejado su coche.
-Louis.-le llamé. Se giró y me acerqué rápidamente a él de nuevo. Besé cortamente sus labios.- Hasta mañana.-él sonrió ante mi inesperado gesto y entré en casa con el mismo cuidado con el que había salido un par de horas atrás.


¡Has roto la promesa, pequeña tramposa! –recibí un Whatsapp suyo cuando estaba poniéndome el pijama.- Además, eres una ladrona…¡te has quedado mi gorro!-tenía razón, había olvidado devolvérselo y nada más entrar a la habitación lo había dejado sobre mi escritorio. Rápidamente lo guardé en uno de mis cajones.
Yo no había hecho ninguna promesa, Tomlinson. No te preocupes por tu gorrito, ya te lo devolveré mañana.





¡Buenas tardes, girls! ¿Qué tal os ha ido la semana? ¿Qué os ha parecido el capítulo? No os podéis quejar, eh, hoy ha habido mucho Amouis, en realidad, casi todo el capítulo. ¿Cómo creéis que reaccionará Nick cuando Amy corte con él? ¿Qué pasará ahora que los chicos se van a Australia? ¿Y Ron y Liam? ¿Qué habrá decidido ella respecto al tema? En el próximo tendréis ese último día Amouis, la ruptura de Nick y Amy -que sé que muchas llevaís esperando eso mucho tiempo- y no os puedo contar nada más que pierde la gracia entonces. Hoy se lo dedico a Paqui, una fiel lectora que comenta cada día. Nos vemos el viernes que viene, muchas gracias a todas.
                                                      Love,
                                                      Sarai.