viernes, 16 de enero de 2015

Capítulo 67.


Amanda Turner

No quise ni ver cómo se alejaba por la calle en el coche. Respiré hondo antes de entrar en mi casa con el bolso colgado del hombro. Lo dejé en el pasillo y entré al salón, esta vez ni siquiera intenté mi técnica de “sube a la habitación como si nada pasase” porque sabía que sería inútil. La mentira que habíamos construido había alcanzado a estas alturas un nivel muy alto y había llegado la hora en que explotara. Ahora solo me quedaba ver las consecuencias y enfrentarlas lo mejor que pudiera.

-¿A ti te parece normal lo que hiciste? Eso de escaparte de casa es nuevo.-allá vamos. Tú puedes, Amy.
-¿Y a ti te parece normal cómo le has tratado sin conocerle siquiera? Porque esto de que seas un mal educado también es nuevo.-contraataqué.
-¿No te das cuenta de que eres un capricho para él? Venga, creía que eras más inteligente, hija. ¿Desde cuándo un cantante se fija en gente normal y menos en una chiquilla?
-¿Y desde cuándo los Turner somos gente normal? –hablé.- No nos persiguen los periodistas pero la mitad del tiempo estamos en boca de la gente y tú estás siempre preocupado por la imagen que demos mi hermano y yo de la familia. Si fuéramos gente normal, no obligarías a Dani a estudiar “administración y dirección de empresas” y a mí no me empujarías a seguir el mismo camino cuando sabes que lo odiamos.
-No te desvíes del tema. Es vuestro futuro, tendréis que haceros cargo de la empresa.
-¿Y para qué? ¿No estabas planeando casi ya mi boda con Sam Lawrence para asegurar ese futuro de tu empresa? ¡Por Dios, papá! No estamos en el siglo dieciocho.
-Me da igual en el siglo en el que estemos, vives bajo mi techo y harás lo que yo diga.
-No tendrás que aguantarme mucho más por aquí.
-¿Y qué vas a hacer? ¿Irte a vivir con él? ¿Vas a ser una mantenida toda tu vida?
-Todo lo llevas al terreno del dinero. Eso es lo único que te importa, ¿verdad, papá? –dije intentando mantenerme imbatible.
-¿Te crees que hago todo esto solo por el dinero? Pues no es así, todo lo que hago lo hago por vuestro bien.
-No, papá.-no pensaba dejar que se escudara bajo ese “vuestro bien”.- Si lo que más te importara fuera nuestra felicidad no estaríamos teniendo esta conversación y me dejarías estar con la persona que quiero.
-¿Querer? Solo tienes diecisiete años y ya te crees toda una experta en el amor.-no me dio tiempo a hablar porque continuó él.- Experta o no, no voy a dejar que salgas con ese chico que, a parte de sacarte cinco años, hará que estés día sí y día también en las revistas.
-Pero papá.
-Esa es mi última palabra. Y no quiero más tonterías. Dejé pasar lo de que te hicieras ese tatuaje que llevas.- ¿Hola? ¿Se había enterado y me lo dice ahora?- porque supe que solo era un acto de rebeldía pero se acabó, a partir de hoy te quiero en casa antes de las nueve de la noche y ni se te ocurra intentar verte con él porque soy capaz de mandarte a estudiar a otro país.-mis ojos se abrieron como platos ante aquella última amenaza. No estaría hablando en serio, ¿verdad?-
-Gracias por echarme un cable, mamá.-fue lo que dije antes de ir camino de las escaleras para encerrarme en mi habitación.
-Una última cosa, Amanda.-
-¿Qué pasa ahora? –pregunté de mala gana, sin volver la cabeza para mirarle.
-Dame tu móvil.
-¿Qué? No hace falta.
-No soy tonto. Dame tu teléfono, por favor.-pidió. De mala leche, lo saqué del bolsillo trasero de mi vaquero y me acerqué para dejarlo con rabia en su mano abierta.
-Gracias por hacerme la vida imposible, papá. Muchas gracias.-dije entre dientes antes de subir casi corriendo y dar un portazo al entrar en la habitación.

¿Y ahora qué iba a hacer?

-¿Puedo pasar, tortuguita? –mi hermano asomó la cabeza por la puerta de mi habitación tras llamar con un golpe de nudillos.
-Sí, anda.-dije con pesar, dejándome caer boca arriba sobre la cama.
-¿Tan mal ha ido? –preguntó.
-Mal no, ha sido horrible.-contesté.
-No he querido bajar porque ya sabes…-hizo una breve pausa.- iba a empezar con el tema de siempre y creo que esta vez hubiera terminado largándome de esta casa.
-Lo sé, no importa, no te preocupes.-hablé.- Era algo que tenía que hacer yo sola.-suspiré.- ¿Puedes dejarme tu teléfono, Dani? –me miró frunciendo el ceño.- Me ha quitado el móvil y tengo toque de queda, además de haberme prohibido que vea a Louis. Me ha amenazado con mandarme al extranjero a estudiar.-expliqué.
-Toma.-me lo tendió después de sacarlo de su bolsillo.-
-Gracias.
-Te dejo sola para que hables con él tranquilamente.
-No, no hace falta.-dije mientras llevaba el teléfono a mi oreja. Sonaron cuatro tonos y no lo cogía. Volví a llamar dos veces más pero sin éxito.-Voy a dejarle un mensaje de WhatsApp y aviso a Eli, tengo que contarles lo que ha pasado.
-Lo que necesites, tortuguita.-dijo sonriendo.

Lou, soy Amy. Mi padre me ha quitado el móvil, voy a avisar a las chicas para quedar con ellas, necesito tomar aire y desahogarme. Ya te daré los detalles cuando nos veamos. Te quiero.

Tras pulsar a la tecla de enviar, busqué el número de Eli. Ella sí que respondió.

-Hola Dani.-saludó feliz al otro lado.
-Mec, error.-dije.- Soy yo.
-¿Qué haces con el móvil de tu hermano? –preguntó divertida.
-Larga historia. Necesito que me hagas un favor, Eli.-pedí.
-Dime.
-No sé si habrás visto las revistas pero, nos han pillado.-solté recibiendo por parte de mi amiga una exclamación de sorpresa.- Te puedes imaginar la que me ha caído en casa…-murmuré.- Me he quedado sin móvil por una buena temporada y quería quedar con vosotras si estáis disponibles, lo que menos me apetece ahora es estar en mi casa.
-Sí, sí, claro. ¿Por qué no te vienes al apartamento de Ron?
-¡También es tuyo! –escuché a Ronnie gritar y reí levemente.
-Genial, me cambio y voy para allá.
-Vale, yo mientras avisaré a Gin y Lucy.-
-Gracias, Eli.

Me despedí de ella y le devolví el teléfono a mi hermano. Se ofreció a acompañarme ya que él iba a salir a ver a Josh. Acepté su oferta y me dejó sola por si quería cambiarme de ropa. Me quité lo que llevaba puesto y lo cambié por unos vaqueros oscuros que acompañé con una camisa a cuadros rosa y blanca. Me calcé mis botas, me puse el abrigo y cogí algo de dinero por si a la vuelta quería coger un taxi en vez del transporte público.

-Estoy lista.-le dije a mi hermano, entrando en su habitación.
-Pues vámonos.-
-¿Dónde te crees que vas? –esa era la voz de mi padre.
-Entre tantas prohibiciones no estaban mis amigas así que voy a pasar el día con ellas. No me gusta estar en sitios donde me odian.-hablé y sin dejar tiempo a que contestara, los dos salimos de casa.

Louis Tomlinson

Sabía que colgar de aquella manera a nuestro mánager no iba a traer nada bueno pero, ¿para qué tanta prisa en ir a que me echaran la bronca? Llevé el coche por las calles londinenses hasta llegar frente a la mansión de los Lawrence. Aparqué el coche en el primer sitio que pillé y me bajé. Caminé hasta la verja principal que, por suerte, estaba abierta. Me adentré por los jardines de la entrada hasta llegar a la puerta de la gran casa. Llamé un par de veces al timbre y no tardó en abrirme una mujer de mediana edad que supuse sería del servicio de los Lawrence.

-Buenos días, ¿en qué puedo ayudarle? –me preguntó educadamente.
-Estoy buscando a Dave.-dije quizás más borde de lo que quise sonar.
-Voy a ver si el señorito se encuentra en casa. Espere aquí.-quise esperar pacientemente tal como la señora me había indicado pero entre el enfado que tenía y que ella estaba tardando demasiado en volver con una respuesta, decidí ir yo mismo a buscar a ese imbécil.

Entré en la casa con sigilo y cerré la puerta tras de mí. Aquello era enorme pero le encontraría. ¡Por supuesto que lo haría! Decidí subir a la planta superior donde supuse que estarían las habitaciones. Me encontré con un pasillo kilométrico, con puertas a un lado y a otro. Empecé a abrirlas pero sin ningún éxito. ¿Dónde se había metido mi querido amigo? Afortunadamente, me encontré con el hermano bueno cuando todavía me quedaban unas cuantas habitaciones en las que buscar.

-¿Louis? ¿Qué haces tú aquí? –preguntó dejando en el suelo el bolso de deportes que llevaba colgado a la espalda.
-Tengo una charla pendiente con tu hermano, ¿dónde está? –hablé.
-No creo que sea buena idea, Louis…
-Nos ha jodido la vida a los tres, a Amy, a ti y a mí.-dije empezando a dejar que la rabia y el enfado se notaran en mi voz.- Me da igual que sea tu hermano y me da igual si tengo que registrar esta puta mansión de arriba abajo pero no me pienso ir sin que pague por lo que ha hecho.
-Esto solo traerá más problemas para ti y para Amy, piensa en ella, por favor.-pidió.
-Es en quién más estoy pensando ahora mismo.-mascullé entre dientes, siguiendo mi camino.
-La de la derecha.-le escuché murmurar y me giré para mirarle y articular un “gracias” con los labios.

Me dirigí a la puerta que me había indicado y sin llamar, la abrí para encontrarme con Dave tirado en su cama con el mando de la PlayStation en sus manos.

-Esto es allanamiento de morada.-dijo con una sonrisa burlona en sus labios.
-Y esto es lo que te mereces por ser tan gilipollas.-dije mientras mi puño cerrado con fuerza iba directamente hasta una de sus mejillas.

Todo lo que ocurrió después, pasó demasiado rápido. Ambos nos enzarzamos en una pelea en la que los puñetazos volaban de un lado al otro y acabamos tirados por el suelo de la habitación. Ni siquiera los gritos de la señora que me había abierto la puerta me hicieron parar. Tenía mucha rabia contenida y estaba dejándola salir sin ningún tipo de filtro.

-¡Está bien! –dijo una voz masculina firme.- Suéltale o tendré que llamar a la policía, muchacho. Suéltale.-repitió. Finalmente, accedí y le solté, dejando que cayera sobre el suelo.
-¡Casi lo mata, señor! –dijo la empleada, corriendo al lado de Dave. Tampoco era para tanto o quizás sí, ¿tanta sangre en la nariz significaba que se la había roto?
-No exageres, Caroline.-esa voz era la de Sam que acababa de llegar.- Además, se lo tiene merecido.
-No creo que te hayan quedado ganas de volver a expiarnos y hacernos fotos.
-No me das ningún miedo.-volvió a encararme Dave, poniéndose de pie. Levanté el brazo de nuevo para propinarle un nuevo puñetazo pero esta vez, Sam no me lo permitió.
-Vale ya, Louis.
-¡Sal de mi casa o llamo a la policía! No te atrevas a volver a amenazar a mi hijo.-habló el señor Lawrence.
-¿Necesitas que papi te defienda, Dave? Creía que no se podía caer más bajo pero ya veo que sí.-escupí casi las palabras mientras Sam tiraba de mí y me llevaba fuera.- Sé salir solo, gracias.-espeté, aun enfadado.
-No la tomes conmigo, ¡no ha sido mi culpa! –se defendió.
-¡Ya lo sé! Pero es que por su culpa todo se ha ido a la mierda. Tú puedes irte de tu casa y solucionado, vivirás feliz con tu chica pero, ¿y ella?
-Algo habrá que podáis hacer.-dijo poniendo una mano sobre mi hombro.
-Eso si su padre no la encierra en su casa.-mi móvil interrumpió la conversación. Miré en la pantalla. Otra vez Joe. Descolgué de mala gana.- ¡Que ya voy, joder! –grité y colgué.-Tengo que irme. Ahora me toca lidiar con mi mánager.-le expliqué.
-Yo haré todo lo posible para que no tengas que lidiar luego con la policía.-dijo.- Dave es capaz de denunciarte.
-Gracias, Sam.-asentí con la cabeza.- Ya nos veremos.
-Saluda a Amy de mi parte y dila que sea fuerte, intentaré ir a verla en cuanto pueda.-Nos despedimos con un choque de puños y me metí en el coche.

Volví a sacar el móvil porque había visto varias notificaciones de WhatsApp, una de ellas de Dani que evidentemente era de Amy. Lo leí. ¡Oh, genial! Tampoco tenía móvil, ¿y cómo se supone que vamos a mantener el contacto? Más tarde llamaría a Ron para ver si estaba allí con ella y Eli y me pasaría a hablar con mi chica. Tenía varios mensajes más de los chicos diciéndome que dónde andaba, que nuestro mánager me estaba buscando desesperadamente y tampoco los contesté, simplemente guardé el teléfono en el bolsillo de mi pantalón. Antes de empezar a conducir me miré en el espejo del coche y ví que el capullo había acertado en un par de ocasiones y tenía un golpe justo debajo del ojo que se pondría morado en los siguientes días y el labio inferior partido. Cogí un pañuelo de papel, lo humedecí con la lengua y lo llevé a la parte que sangraba un poco para quitar la línea roja que llegaba hasta mi barbilla. 

¡Hola chicas! ¿Qué tal? ¡Ya es viernes por fin! Y tenéis un nuevo capítulo de la fic, ¿qué os ha parecido? Debo pedir disculpas por el lenguaje de Louis jajajaja que sepáis que me cuesta muchísimo escribir peleas y escribir con insultos y demás -.- Pero en fin, espero que no haya quedado muy mal. Ahora le toca a Louis ir a lidiar con el mánager...¿qué creéis que pasará? ¿Le echará mucho la bronca? ¿Le pedirá que deje a Amy? Habrá que esperar hasta el próximo viernes para saberlo... 
Ahora un tema que dejé pendiente la semana pasada...puse una encuesta sobre si nos vamos a Wattpad o no y, a pesar de que 6 decís que siga en Blogger...este es el ÚLTIMO capítulo que subo aquí. No comenta apenas nadie aquí y, como ya os dije, creo qeu Wattpad es bastante más cómodo para vosotras y para mí. Además, apenas tengo tiempo ahora porque he empezado a trabajar de prácticas en un cole y me es más fácil subir solo en un sitio. ¿Solución para las que no tenéis Wattpad queréis seguir leyendo pero no queréis haceros cuenta? ¡Muy fácil! Dejadme vuestro tw y os avisaré por ahí encantada cada vez que suba. Va a ser igual que aquí. Así que, ya me despido de vosotras hasta la semana que viene y del blog hasta siempre. Muchisimas gracias.
Love,
Sarai.

3 comentarios:

  1. Y podrias poner el enlace en tu descripcion de twitter porfis;)

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    1. Claro, ya está en mi biografía el enlace a mi cuenta de wattpad, también te lo dejo aquí. http://www.wattpad.com/user/TomlinsonSmile_

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  2. Hola guaposaaaa!!!!
    Todo genial, ya te lo dije en el anterior capitulo.
    Siento que sea corto el comentario pero no tengo mucho tiempor.
    Un besazo enorme

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