viernes, 31 de enero de 2014

Capítulo 40.




Veronica Reed

La música inundaba todo el ambiente y las chicas y yo lo estábamos pasando de maravilla haciendo un poco el loco junto a las hermanas de los chicos.

-Voy a por algo de beber.-le grité a Gin para que pudiera escucharme por encima del ruido. Ella asintió, dándome a entender que había captado mi mensaje y me dirigí a la barra.-Un Jb con Coca-Cola, por favor.-pedí.
-Aquí tiene.-me sonrió amablemente el camarero dejando frente a mí un vaso de tubo con hielos y con lo que había pedido. Me giré para volver con las demás pero sin querer, choqué levemente con alguien, aunque afortunadamente mi bebida quedó intacta.
-Lo siento.-me disculpé.- Oh, vaya, si eres tú, Liam.-sonreí mirándole.- ¿Qué tal?
-Bien.-contestó sin más. Fruncí el ceño. ¿Y ahora a este qué le pasaba? Era cierto que desde que volvimos del viaje no habíamos hablado apenas y ahora empezaba a sospechar que no había sido solamente porque habían estado ocupados.- ¿No ha venido Ed contigo? –preguntó tras unos pequeños segundos de silencio.
-No, ¿para qué iba a venir? –dije soltando una risita. Él se encogió de hombros.
-Pues no lo sé, pensé que le habrías invitado.-habló.- Como últimamente pasas tanto tiempo con él.-No me gustaba nada el tono que había usado.- ¿Es que estáis juntos? –preguntó directo, con el semblante serio.
-No creo que tenga que darte explicaciones de si salgo o no con él.-contesté. Entonces, recordé las palabras de Louis hacía unos días: desde que vió a Ed en Los Ángeles está…¿cómo decirlo? Ah sí, un poco irritado, hasta diría que está celoso.
-¡Qué rápido te enamoras y desenamoras! –comentó. ¿Perdona? Esa actitud me estaba cansando.
-Tú tienes a Sophia, dejaste claro que no sentías nada por mí y lo acepté, así que me parece que no hago nada malo si me busco alguien que sí me corresponda.-dije antes de dar unos cuantos pasos, dirigiéndome de nuevo a la pista.

Sí, le había mentido, ¿y qué? No pude evitar que se dibujara en mi cara una pequeña sonrisita, ¿a qué venía todo ese interrogatorio sobre Edward? ¿Es que acaso Louis tenía razón? Hablando de Louis…no le ha contado que Ed era gay.

-Joder, vaya nochecita llevo.-exclamé medio riendo cuando casi vuelvo a chocarme con otra cara conocida, esta vez, Amanda.
-¿Qué te pasa? –dijo de la misma forma.
-Nada, que parece que el destino no quiere que me beba el cubata.-agité levemente el vaso.- ¿Y tú dónde andabas? Llevamos buscándote un buen rato.-sus ojos se abrieron a modo de sorpresa mientras pensaba la respuesta que iba a darme.
-Había ido al baño.-dijo con el ceño algo fruncido.- Sí, eso.-afirmó con la cabeza.- Y bueno, ya sabes como son estas cosas, siempre hay un montón de gente.-sonrió.
-Cierto.-la seguí el rollo. ¿Qué estaba ocultándome? Bah, es igual. Ahora mismo lo que quería era preguntarle a Louis por qué esta vez había decidido cerrar su gran boca y la otra vez no hizo lo mismo.-¿Has visto a Louis?
-No.-contestó rápidamente.-  Me voy con las chicas, ahora nos vemos.-se despidió mientras se adentraba entre el tumulto.

Estaba rara, ¿qué demonios ocurría aquella noche con todo el mundo? Decidí dejarlo estar y me dediqué a buscar a mi amigo. No tardé mucho en hacerlo.

-A ti te estaba buscando yo.-dije acercándome a él que se encontraba apoyado en la pared, divisando el panorama con un cubata en la mano.
-¿Por qué? ¿Qué he hecho? –preguntó divertido. Fue entonces cuando me fijé que había algún pequeño resto de carmín en la comisura de sus labios.
-Pues no sé.-dije.- Dímelo tú, que tienes marca de pintalabios.
-¿Qué? ¿Dónde? –preguntó.
-Aquí.-le contesté señalándome la parte que tenía manchada y, a continuación, se restregó con la mano, intentando hacerlo desaparecer.- ¿Quién ha sido la afortunada? –pregunté levantando las cejas varias veces.
-No te lo voy a decir.-dijo riendo.
-Oh, genial.-me crucé de brazos, aparentando que estaba enfadada.
-Ni “oh, genial”, ni nada.-volvió a reír. Le veía feliz. ¿Sería por aquella chica?- Has dicho que me buscabas, ¿qué querías? –preguntó interesado.
-¿No le has dicho a Liam que Ed es gay? –él negó.- ¿Por qué? –se encogió de hombros.
-Dos motivos.-habló.- El primero para que veas que sé mantener la boca cerrada.-me reí.- y segundo, porque así veremos si se pone celoso y si se pone celoso solo puede significar una cosa…-dejó la frase en el aire. Resoplé.
-Pues no sabes qué numerito acaba de montarme.-

Amanda Turner

Dejé a Louis allí, apoyado en la pared, observándome mientras me marchaba y entré en el cuarto de baño. Me miré en el espejo y pasé mi dedo índice por mis labios, recordando lo que acababa de suceder. Sonreí y sacudí la cabeza levemente. ¿Qué me había hecho este chico? Se suponía que yo tenía novio y, lo más importante, se suponía que él y yo nos odiábamos a muerte. Y yo llevo mucho tiempo diciéndote que te gusta y no me haces caso. Oh, venga, ¡bienvenida, adorable vocecita! Pero vale, esta vez tengo que darte la razón. Me ha gustado demasiado que me besara. He sentido algo que hacía mucho no sentía cuando sus labios han rozado los míos y él había confesado que me quería. ¡Y de qué manera! Me había mostrado que realmente era como el chico que aparecía en la película y, para qué seguir engañándome, me encantaba. Dime que no has sentido nada cuando te he besado y te dejaré en paz, me iré ahora mismo. Sus palabras resonaban en mi cabeza. ¿Sentir algo? Si sentir algo es sentir como millones de mariposas revolotean en tu estómago pues sí, siento algo por ti y no, por favor, no me dejes en paz, no quiero que lo hagas. Quiero que seas mía, pequeña. Noté un escalofrío recorrerme de pies a cabeza.

Suya. Suya. Suya. Suya. Suya. Suya.

Aquella palabra se repetía sin cesar en mi cabeza. Cerré los ojos, tomé aire y lo dejé escapar lentamente, intentando recomponerme un poco. Al abrirlos me encontré de nuevo con mi imagen en el espejo. Veía a una chica perfectamente arreglada con una sonrisa de boba. Solté una carcajada. Estás completamente loca, me dije a mí misma pero también me respondí que la culpa había sido del chico castaño de ojos azules que con sus continuos piques había conseguido conquistarme. Saqué el pintalabios que había echado en el bolso y lo apliqué sobre mis labios ya que después del beso no había quedado prácticamente ningún rastro de él sobre mi boca. Me sonreí una vez más y suspiré antes de incorporarme a la fiesta.

-Joder, vaya nochecita llevo.-dijo alguien entre risas con la que casi llego a chocar.
-¿Qué te pasa? –la pregunté, riendo también.
-Nada, que parece que el destino no quiere que me beba el cubata.-comentó haciendo referencia al vaso que llevaba en la mano.- ¿Y tú dónde andabas? Llevamos buscándote un buen rato.-Mierda. Mierda. Pensé que no notarían mi ausencia. Claro que si se han dado cuenta de que yo no estaba, habrán pensado lo mismo de Louis y…¿habrán llegado a la conclusión de que estábamos juntos? Deja de comerte la cabeza y contéstala.
-Había ido al baño.-dije no muy convencida.- Sí, eso.-acompañé mis palabras asintiendo con la cabeza.- Y bueno, ya sabes como son estas cosas, siempre hay un montón de gente.-sonreí esperando que no tuviera más preguntas y que mi salida al baño hubiera colado.
-Cierto.-dijo.-¿Has visto a Louis? –preguntó. Más mierda. Apostaría todo mi dinero a que si hubiera tenido algún líquido en la boca, al oír esa pregunta se lo hubiera escupido a la cara, casi en forma de spry como ocurre en las pelis.
-No.-respondí.-  Me voy con las chicas, ahora nos vemos.-dije para irme de allí cuanto antes.

Ron era una chica muy lista y si a eso le añadimos sus sospechas sobre los sentimientos de Louis hacia mí, si seguíamos hablando, acabaría averiguando lo que habíamos estado haciendo los dos.

Encontré al resto de las chicas –incluida Sophia- bailando en la pista así que sin pensarlo dos veces, me uní a ellas. Estuvimos allí la mayor parte del tiempo, excepto cuando teníamos que acercarnos a la barra a por algo de beber y, poco después de mi llegada, los chicos se unieron a nosotras para deleitarnos con sus dotes de bailarines. Obviamente no paramos de reír en ningún momento. Sus movimientos eran demasiado graciosos debido también, en parte, a que llevaban alguna copa de más. Se les ocurrió contarnos que allí tenían una cabina de esas en las que, normalmente, los adolescentes se meten con sus amigos para hacerse fotos, y claro, en cuanto nos enteramos, las chicas y yo nos metimos como pudimos para hacernos unas cuantas. Terminamos haciendo rotaciones –los chicos, obviamente, se apuntaron al “plan”- y, al final de la noche, teníamos mil fotos con mil caras distintas. Especialmente, tenía una que me gustaba mucho en la que salía entre Harry y Zayn ambos dejando un beso en cada una de mis mejillas.

-Creo que va siendo hora de irnos.-propuso Eli.
-Pues yo creo que no.-le contradijo Zayn cogiéndola de la cintura con un poco de dificultad.
-Yo apoyo a Eli.-dijo Ron.

Al final, decidimos que sería mejor irnos o los chicos no serían capaces de tenerse en pie y a ver quién se los llevaba a casa. Busqué a mi hermano que seguía hablando animado con mi amiga rubia.

-Siento interrumpir.-dije cuando llegué hasta ellos.-Nos vamos, Dani.
-De acuerdo, tortuguita.-guiñó un ojo.
-Te espero en la puerta. Ya nos veremos, Perrie.-me despedí de ella con un beso en la mejilla y me uní al resto que estaba de camino a la salida.

Una vez en la calle, todos empezamos a despedirnos entre risas. Llegó mi hermano y pedimos un taxi que nos llevara a casa. Una vez más, tuvimos que entrar en silencio y con mucho cuidado de no despertar a mis padres que ya debían de llevar varias horas durmiendo.

-Pss.-chisté a mi hermano antes de que se metiera en su habitación.- Creo que tienes cosas que contarme.-él sonrió.
-Mañana te cuento.-le miré alzando una ceja.- Te lo prometo.
-Hasta mañana.
-Que descanses.-entré en mi habitación y, tras despojarme de la ropa y los zapatos, me puse el pijama y me tumbé en la cama. Sonreí como una tonta por no sé cuánta vez aquella noche: no podía quitarme ni sus ojos azules ni el tacto de sus labios sobre los míos de la cabeza.

Lucy Austen

Desperté antes que él. Dormía plácidamente mientras uno de sus brazos atrapaba mi cintura entre ellos. Me deshice de su agarre intentando no despertarle y salí de la cama. Me dirigí a la cocina del apartamento de Niall, en el que yo vivía desde hacía algunos meses y en el que ambos habíamos pasado la noche después de la fiesta de la premier de la película. Cogí unas cuantas rebanadas de pan para hacer tostadas, saqué de la nevera zumo de naranja y puse la cafetera. Seguramente Niall necesitara un café bien cargado. Seguí preparando el desayuno y lo coloqué todo en la mesa que había en el salón. Volví a la cocina para comprobar que el café se había terminado de hacer cuando sentí unas manos rodearme desde atrás.

-Que dolor de cabeza tengo.-murmuró apoyando la barbilla sobre mi hombro. Reí.
-Te dije que no era buena idea mezclar vodka, ron y whiskey.-me giré para besar su mejilla.- He preparado el desayuno.
-Lo sé. Huele que alimenta.-besó cortamente mis labios, y después de coger la cafetera, ambos fuimos al salón.
-Espera aquí, tengo una cosa para ti.-dije y él me miró frunciendo el ceño. Reí ante su expresión y corrí hasta la habitación, abrí el armario y cogí la bolsa con el pequeño regalo.-Ten.
-¿A qué viene esto, princesa? –dijo abriendo la bolsa. Me encogí de hombros.
-Me apetecía hacerte un regalo.-esperé de pie a su lado a que lo abriera.
-Pero no hacía falta.
-¿Quieres callarte y abrirlo de una vez? –protesté riendo. Lo desenvolvió, descubriendo la otra gorra que tanto le había gustado en Los Ángeles.
-Te dije que solo quería una.-dijo mirándome.
-¿Vas a ser tan protestón cada vez que quiera regalarte algo? –dije con las manos en mi cintura.- Además, tú dijiste que solo te dejara comprar una y esta la he comprado yo.
-Eres genial.-habló atrayéndome hasta él para después darnos otro pequeño beso en los labios.
-Hay otra cosa que quería decirte, Nialler.-dije una vez nos separamos.
-A ver, cuéntame.-pidió mientras hacía que me sentara en sus piernas.
-Verás, he estado pensándolo y, bueno, este es tu apartamento y supongo que a Liam le gustaría tener el suyo para él solo por si quiere llevarse a Soph y…-me interrumpió.
-Si estás intentando decirme que vas a buscar piso, no sigas, Lu, porque no te voy a dejar.-dijo serio. Rodé los ojos y resoplé.
-¿Quieres dejarme acabar, pequeño duende impaciente sabelotodo? –bromeé.
-Continúa.-me animó.
-Lo que quería decir es que me gustaría que volvieras a vivir aquí.-dije mirándole a los ojos.
-¿Aquí? ¿Contigo? –preguntó algo sorprendido.- ¿Vivir juntos? –me eché a reír.
-Sí, eso mismo, Nialler.
-¿Estás segura de que quieres vivir conmigo rondando por aquí las 24 horas del día?
-¿Te lo estaría diciendo si no estuviera segura? –pregunté divertida.

Le había pillado completamente por sorpresa y aún no lo había asimilado del todo. Estaba graciosísimo. Era una idea que llevaba pensando desde que volvimos de L.A. Haber dormido con él toda la semana me hizo darme cuenta de que necesitaba verle cada mañana a mi lado.

-¿Vas a decirme que sí o me voy buscando otro sitio donde vivir?
-No seas tonta.-sonrió.- En cuanto acabemos de desayunar voy a por mis cosas a casa de Liam.-hizo una pausa.- Eso sí, tienes que prometerme que harás todas las mañanas un desayuno como este.
-Prometido.-susurré antes de juntar sus labios con los míos, dándonos un largo beso, antes de empezar a degustar el desayuno que había preparado para los dos.




¡Hola, hola! Sé que me tocaba subir de US pero ya os contaré cuando suba -si puedo este finde- El caso es que como cada viernes, aquí tenéis un capítulo más de Our Little Secret. ¿Qué os ha parecido? Liam está medio celosillo, pero claro, está con Sophia y la quiere pero...¿y Ron? Está claro que algo le pasa con ella...Ya se irá viendo qué. Por otro lado tenemos a Amy que el par de besazos que la ha dado Lou la ha dejado en las nubes, supongo yo que en algún sitio cerca del paraíso, cosa que no me extraña para nada. ¿Y Lucy y Niall? A mí me parecen muy adorables, son una parejita muy smjcbhjsbdvchjsvbdjhsdv. Ahora tenía que recomendaros un par de fics de mi querida lectora Andrea, están aquí así que, pásaos a leer: All About Us y Fix A Heart. ¿Habéis visto todas el video de Midnight Memories? Estoy segura de que sí pero, por si acaso, lo dejo aquí también.

Para mí, lo mejor ha sido...no sé, no puedo quedarme solo con una cosa porque entre Louis con su carita porque le están aplastando en el sofá, Zayn con el extintor, Liam y su "don't look back, baby follow me", Harry con el "call me" y Niall comiendo en el kebab pues ajhsbfjhsabfvjshdvbjhsdbfjhbsdfh. En fin, que me despido de vosotras hasta que suba en el otro lado o hasta el viernes con esta. Ah, una vez más, debo daros las gracias porque además de que todas sois abfshsfvhjsdf, creo que el capítulo anterior tiene record de comentarios en esta fic y akjshbdjhsabfcjhsdbfcvjhsdf. Pues eso, que muchísimas gracias.
Love,
Sarai.

domingo, 26 de enero de 2014

Capítulo 39.




Amanda Turner

Los días habían pasado demasiado deprisa y nos encontrábamos a tan solo diez días de finalizar el mes de agosto. Desde que habíamos vuelto de las mini vacaciones que habíamos tenido en Los Ángeles no había visto mucho a ninguno de los chicos debido a que estaban muy ocupados con la promoción de la película. Había sabido –primero por ella en persona y después por él, a través de una conversación bastante larga de whatsapp- que Zayn se había decidido a pedirle salir formalmente a Eli y ambos iban camino de hacer casi un mes de novios. Niall y Lucy, al igual que Harry y Gin estaban cada día mejor, intentaban aprovechar al máximo cada minuto que ellos tenían libre para verse. Liam seguía con Sophia aunque según me había contado él mismo, la pobre cada vez recibía más amenazas de las fans y estaba empezando a cansarse de aquello. Ron continuaba tan alegre como siempre, aunque sin poder sacar de su corazón al castaño. Y Louis, bueno, de él no sabía nada, no habíamos vuelto a dirigirnos la palabra desde nuestra última discusión pero por desgracia, no había parado de darle vueltas –siempre con mi pequeña vocecilla chinchando, por supuesto- a todo lo que había pasado y sobre todo, a la sensación de tener sus labios junto a los míos por unos segundos. Por mi parte, nada nuevo, Nick se había ido hacía unos días con sus padres de vacaciones y no volvería hasta dentro de un par de semanas.

Recordad que nos vemos hoy a las cinco, ¡no lleguéis tarde! –recibí un whatsapp de Harry en el grupo que todos compartíamos. Esa tarde era la premier de la película y las cinco habíamos sido invitadas a asistir.
Que sí, ¡plasta!-le contesté acompañado de un icono sacando la lengua.
Tendréis que ir guapas o no os dejarán entrar.-bromeó el irlandés.
¿Qué insinúas, Nialler?-puso su novia.
­Eso, eso.-la apoyó Eli.
Era broma, chicas.-se apresuró a decir.

Al final, terminamos hablando todos durante un buen rato hasta que llegó la hora de comer y empezamos a despedirnos, quedando en que nos veríamos horas después. Cuando terminé de ayudar a mi madre a recoger, subí a darme una ducha y empezar a arreglarme para salir. Gasté unos cuantos minutos bajo el agua y después salí, enrollándome una toalla alrededor del cuerpo y otra en el pelo. Le quité el exceso de agua y lo desenredé antes de empezar a secármelo. No tenía muy claro qué era lo que iba a hacerme en él así que opté por dejar que se terminara de secar al aire mientras me vestía y dejaría el peinado para el final. Empecé con el maquillaje. El vestido que iba a llevar era fucsia, de palabra de honor, ajustado en el pecho y con mucho vuelo en la falda. Llevaba algunos detalles en negro, un pequeño lazo en negro, a juego con una fina capa de tul del mismo color que asomaba levemente bajo la falda. Así que, mi maquillaje se basó en una sombra de ojos rosa clara, delineé los ojos con una raya negra que resaltaba mis ojos verdes, apliqué rímel para alargar las pestañas y un poco de colorete para sonrojar algo mis mejillas. Volví a la habitación donde me esperaba el vestido. Habíamos ido de compras varios días atrás todas juntas especialmente para este día.

-¡Dani! –grité para que me escuchara y, poco después le tenía entrando en la habitación.- ¿Me lo abrochas? –pregunté. No era capaz de terminar de subir la cremallera que llevaba en la espalda.- Gracias.
-A ver, deja que te vea.-
-Aún no estoy lista del todo.-dije al mismo tiempo que él me hacía dar una vuelta sobre mí misma.
-Estás preciosa, tortuguita.-besó mi mejilla.- Avísame antes de que te vayas, que quiero verte.-asentí con la cabeza y volví al baño.

Decidí dejarme el pelo suelto aunque le añadí una fina diadema negra para adornarlo. Me pinté los labios de color rosa y me eché colonia antes de volver a la habitación a ponerme los zapatos de tacón negro que hacían juego con mi atuendo de aquella noche. Metí el móvil, un lápiz de ojos y un brillo de labios en el pequeño bolso que iba a llevar y salí al pasillo. Llamé a la puerta de mi hermano y entré.

-¿Y bien? Ahora sí estoy lista.
-Y sigues estando preciosa.-dijo con una sonrisa.- Pero te recuerdo que tienes novio, aunque me caiga mal y no puedes ligar con nadie, eh.
-¿Y con quién voy a ligar yo? –dije riendo.
-Con alguno de los chicos.-respondió y negué con la cabeza.- Anda, vete que al final llegas tarde.
-Nos vemos luego.-besé su mejilla. Él iría a la fiesta que tenía lugar después de que viéramos la película.
-¿No ibas a tener una noche de chicas en casa de Eli? –preguntó mi padre al verme bajar. Esa era la excusa que había puesto. Estaba claro que si le decía la verdad, no me hubiera dado permiso para ir.
-Así es.-dije.- Lo que pasa es que cada día es de un tema diferente.-expliqué.- Esta noche tocaba ir de gala, por así decirlo.-¡qué bien se me daba mentir!
-Está bien.-habló.- Pasadlo bien.-besé su mejilla, después la de mi madre y salí de casa.

Esperé a que llegara el taxi que había pedido y con el que iría a recoger a Eli y Gin para ir las tres juntas. Primero llegamos a casa de Eli y bajé del taxi para avisarla de que ya había llegado. Estaba guapísima: había elegido unos pantalones negros de vestir junto a un top azul celeste que la quedaba perfecto. Nos saludamos y pusimos rumbo a casa de Gin. Otra que no se quedaba atrás y que dejaría con cara de bobo a cierto chico de rizos. Ella había optado por un vestido largo violeta de tirantes, con una raja que en alguna ocasión, dejaba casi la totalidad de su pierna al descubierto. Unos quince minutos después, estábamos bajándonos del taxi en el lugar donde se celebraba la alfombra roja y nos encontramos con un montón de flashes sobre nosotras. En seguida encontramos a Lucy y Ron que por supuesto, iban preciosas: Lucy vestía una falda de tubo estrecha negra con una blusa ancha roja a juego con los tacones; Ronnie en cambio, llevaba como yo, un vestido corto por encima de las rodillas azul eléctrico de un solo tirante.

-¡Chicas! –dijo Nialler casi gritando cuando nos vio a las cinco.- Estáis genial.-besó a su chica en la mejilla rodeando su cintura con un brazo.

Pocos segundos después, se nos unieron los otros cuatro y Sophia, que venía de la mano de Liam. A la que no ví fue a Eleanor, cosa que me extrañó pero pensé que llegaría en cualquier momento. Posamos para un par de fotos: una con todos ellos y otra, las cinco solas y después, pasamos a la sala donde estaban el resto de invitados que ya habían pasado por la alfombra roja.

-¡Gin! Vaya, estás muy guapa.-exclamó a nuestras espaldas una chica castaña, que me recordaba a alguien.
-¡Gemma! Lo mismo digo.-le saludó mi amiga con un abrazo.- Chicas, ella es Gemma, la hermana de Harry.-presentó. Ya decía yo que se me parecía a alguien.- Y ellas son.-Gemma la interrumpió.
-No digas nada, déjame a ver si adivino. Los chicos me han hablado de vosotras.-habló.- A ver, a ver, tú.-señaló.- tienes que ser Lucy, la novia de Niall.-Lucy asintió, dándole la razón.-¡Bingo! –todas reímos, esperando a que siguiera con aquel juego.- Tú.-apuntó ahora a Eli.- debes ser la chica que le robó el corazón a Malik, ¿Elizabeth, verdad? –nuevamente había acertado.- Hm…y vosotras dos.-señaló alternativamente a Ron y a mí.
-Nosotras no somos novias de ninguno.-se adelantó Ron.
-¿Veronica, la mejor amiga de Louis desde tiempos inmemorables? –preguntó alzando una ceja.
-Correcto pero si no te importa, llámame mejor Ron o Ronnie. Lo que quieras menos Veronica.-
-Hecho.-afirmó Gemma.- Entonces tú debes ser la pequeña de todas, Amanda, ¿cierto?
-Amy, encantada.-

Después de aquel pequeño juego, conocimos a la madre de Harry y Gemma, Anne, una mujer a la que sus dos hijos se parecían bastante. Estuvimos charlando un rato más,  charla a la que se nos unió Sophia poco después y luego, al fin, los chicos aparecieron y entramos a la sala de cine en la que se proyectaría la película. En cuanto terminó, nos trasladamos a un local donde pasaríamos el resto de la velada.

-¡Ya me tienes aquí, tortuguita! –me asustó mi hermano.
-Eres un idiota, ¿lo sabías? –bromeé y él me abrazó.
-¡Amy! –gritó una chica rubia acercándose a mí.
-¡Perrie! No sabía que estabas aquí.-nos besamos en la mejilla como saludo.
-Zayn nos invitó.-explicó.- Jade y Leigh han venido conmigo.-señaló hacia el lugar donde se encontraban las otras dos chicas. Fue entonces cuando mi hermano carraspeó, haciéndose notar.- ¿Él es Nick? –preguntó Perrie antes de que pudiera presentarlos. Reí a carcajada limpia.- ¿Tan gracioso ha sido mi comentario?
-Soy Daniel, hermano de esta loca.-se presentó él, tendiendo su mano.
-Encantada, soy Perrie.-estrecharon sus manos durante unos segundos. Mi hermano tenía que estar ahora mismo en la gloria así que pensé que estaría bien dejarle a solas con la chica de la que llevaba enamorado bastante tiempo.
-Ahora mismo vuelvo.-les dije.- Trata bien a mi amiga, eh.-le dije dándole un codazo y me alejé de ambos. Fui a la barra a pedir algo de beber cuando una voz me sobresaltó a mis espaldas.

Louis Tomlinson

La película pareció ser todo un éxito entre los que nos encontrábamos allí dentro y, es que al final, había quedado genial. Habían sido muchas horas con las cámaras detrás de nosotros pero, sin duda, había merecido la pena. Aquella pequeña producción de algo más de una hora serviría para que todas nuestras fans nos conocieran como realmente somos, sin periodistas de por medio, solo nosotros y nuestras familias.

Cuando la proyección finalizó, fuimos a un local donde tendría lugar una gran fiesta. Había música, comida, bebida y estaban todos nuestros amigos y familiares, ¿qué más se podía pedir? Parecía que iba a ser una noche perfecta.

-¿Me disculpáis un momento? –interrumpí a Greg y Niall en su conversación y con un gesto me indicaron que no les importaba que les abandonara.

La había visto dirigirse a la barra sola y supe que era mi momento de intentar enmendar todo mi mal comportamiento hacia ella. Últimamente lo había estado pensando mucho y había decidido lanzarme a la piscina por ella, tenía asumido que la quería y, si ella sentía algo por mí, ¿por qué no intentar estar juntos? Me acerqué por detrás y sin querer, la asusté.

-¿Qué te ha parecido la película? –pregunté. En seguida se giró, mirándome con sus ojos verdes.
-Ha estado genial, me ha sorprendido bastante.-contestó.
-¿Y se puede saber qué es eso que te ha sorprendido tanto? –pregunté, algo curioso.
- Tú.-soltó.- Cómo cambia tu comportamiento dependiendo de la persona, con los chicos eres alguien divertido, en cambio, conmigo.-hizo una pausa.- A mi parece ser que me odias y no sé por qué.-confesó sosteniéndome la mirada.
-¿Bailamos? –pregunté tras un momento de silencio.
-¿Qué? –dijo sorprendida por mi invitación.
-Lo que has oído.-hablé mostrándole una sonrisa. Le ofrecí mi mano y, con cierto recelo, la terminó aceptando. La conduje hasta la pista y empezamos a movernos al ritmo de la canción que sonaba en ese momento. No podía evitar mirarla, aquella noche estaba especialmente guapa.
-¿Sabes? –dijo rompiendo el silencio mientras bailábamos.- Es curioso.-la dejé que continuara, escuchando atentamente lo que iba a decir a continuación.- Todo el mundo me habla maravillas de ti y yo, sin embargo, solo puedo decir que eres un idiota estúpido. Además de bipolar, claro.-añadió.
-¿Bipolar?-fruncí el ceño.
-Venga ya, Louis, no te hagas el tonto.-dijo tras soltar una pequeña risa.- Primero discutimos nada más conocernos, llega mi accidente y parece que somos amigos y después, otra vez no dejas de meterte conmigo. Y bueno, ahora, míranos, me pides que baile contigo como si nada, como si la última vez no hubiéramos acabado como el perro y el gato.-explicó.- Creo que a eso se llama ser bipolar.
-¿Puedes acompañarme un momento? –pregunté. No aguantaba más, tenía que contarle todo lo que me pasaba, por qué me había comportado como un capullo con ella durante este tiempo.-
-Sí, supongo.-habló extrañada. Agarré su mano y la conduje a un lugar apartado, donde nadie pudiera vernos.
-Mis cambios repentinos tienen una explicación.-poco a poco fui acorralándola contra la pared y coloqué mis manos apoyadas en la pared, a la altura de su cara.-Además de que conservo un buen recuerdo de la última vez.-murmuré pensando en ese beso que habíamos compartido a la fuerza.
-¿De qué hablas, Louis? –ella no entendía nada y podía notar que empezaba a ponerse nerviosa, no sabía si por la cercanía de nuestros cuerpos o porque no entendía lo que estaba ocurriendo.
-Déjame hacer una cosa.-pedí en un susurro.

Lo único que necesitaba para terminar de confirmar mis sentimientos era besarla y eso era lo que pretendía hacer en aquel momento. No le di tiempo a que contestara a mi ruego –ni negativa ni afirmativamente- y, despacio, terminé con la mínima distancia que separaban nuestros labios. Sabía que no se lo había esperado pero, para mí sorpresa, no tardó mucho en seguir aquel beso. Moví lentamente mis labios sobre los suyos, disfrutando de su sabor como tantas noches había soñado. El beso iba a pasar a un nivel superior cuando ella apartó levemente su boca de la mía.

-Louis no, para.-murmuró.-No puedo, yo… estoy con Nick. Y tú. Y Els.-negaba lentamente con la cabeza, sintiéndose culpable por lo que acababa de pasar.
-Amy.-la llamé haciendo que sus ojos se posaran en los míos.- Olvídate por un momento de ellos dos, por favor.-le pedí.- Olvídalos y dime que no te da un escalofrío cuando acaricio tu cintura.-posé mi mano ligeramente en aquella parte de su cuerpo.- dime que no te pones nerviosa cuando me acerco demasiado a ti.-rocé su nariz con la mía, haciendo que cerrara sus ojos, disfrutando de mi pequeña caricia.- dime que no sentiste nada cuando nuestros labios se rozaron aquel día en mi casa, dime que no has sentido nada cuando te he besado y te dejaré en paz, me iré ahora mismo y haré como que aquí no ha pasado nada.-hice una pausa. Abrió los ojos de nuevo y la miré fijamente.- pero si por el contrario, sientes algo por mí, dímelo. Por favor, Amy, no puedo más.-dije resignado.- He intentado dejar de pensar en ti porque sé que esto no es posible, eres casi una niña y yo...-chasqueé la lengua.- pero no puedo, no puedo sacarte de mi cabeza -admití.- y lo peor de todo es que no quiero. Quiero que seas mía, pequeña.-acaricié su mejilla.- Solo mía.-repetí susurrando. Ahí estaba mi confesión y solo me quedaba esperar a que ella se pronunciara al respecto.
-Louis yo…-fue lo único que logró decir. Agaché la cabeza dándome por vencido. Ya está. Lo había hecho. Me había declarado pero ella no sentía lo mismo.
-Siento si te he molestado.-me disculpé.- No volveré a.-No pude terminar la frase porque sus labios me lo impedían. Volví a mi posición anterior, dejándola poco espacio entre la pared y mi cuerpo para besarla lentamente. Pedí permiso para adentrarme un poco más en su boca y, tras concedérmelo, ella hizo lo mismo con la mía. En realidad, después de todo lo que había pasado no podía creerme que nos encontráramos en aquella situación.
-¿Qué vamos a hacer, Louis? Yo estoy con Nick. Y tú con Els.-dijo una vez nos separamos.
-Debes saber que Els y yo lo dejamos cuando volvimos de Los Ángeles.-expliqué.- Y lo de Nick, bueno, eso tiene fácil solución.-sonreí.
-Está fuera.-dijo.- No volverá hasta dentro de unas semanas y no creo que por teléfono sea la mejor forma de acabar con una relación.
-¿Por qué no? Sería hasta divertido.-bromeé y me gané un golpe en el brazo de su parte.- Era broma. Esperaré.
-No nos dejarán estar juntos si se enteran.-comentó.- Soy menor de edad, ¿recuerdas?
-Gin y Harry no tienen problemas con eso.
-Ellos no se llevan casi cinco años.-resoplé.
-¿Intentas poner excusas para no salir conmigo, pequeña? –pregunté divertido. Ella rodó los ojos y sonrió de lado.
-No me has invitado a salir a ningún lado.
-Pensaba hacerlo después pero no te veo muy dispuesta a ello.-hice una pausa.- Y no te preocupes, ya se nos ocurrirá algo, de momento, quedará entre nosotros, será nuestro pequeño secreto.-sonrió.
-Deberíamos volver por si alguien nos está buscando.-sugirió.
-Actúa como si me odiaras.-murmuré cerca de sus labios.
-No será muy difícil.-dijo de la misma forma, antes de escaparse de mi pequeña prisión y volver a la fiesta.





¡Tacháááán! Aquí está el último capítulo del maratón con el momento más esperado por todas: ¡al fin estos dos bobos se han atrevido a confesar qué sienten algo por el otro! Que ya iba siendo hora...les ha costado mucho pero bueno, al final lo han hecho. No sé qué más deciros, que ahora parece que las cosas se calmarán, seguro que ahora esperáis momentos ajhsbfjhsbf y esas cosillas. Bueno pues sí, los habrá pero ya os advierto, ¡estad siempre atentas! En cualquier momento meto drama por algún sitio y la lío. Subiré si puedo el viernes y mañana en realidad toca US pero como he estado líada con el mini maratón no sé si voy a tener el capítulo listo, de todas maneras, en cuanto lo tenga, lo subo. Ah, me falta una última cosa: daros las gracias porque sois increíbles, en serio, todas esas cosas que me decís en los comentarios es que aksjbhjbjsbasfjhbsdj os quiero un montón a todas, que lo sepáis.
Love,
Sarai.