Harry Styles
Salí de casa arreglado de manera informal después de
tomar algo de desayunar. Monté en el coche y arranqué para dirigirme a la casa
de Gin. Me quedé aparcado en doble fila frente a la puerta de su casa. Miré el
reloj que llevaba en la muñeca: había llegado quince minutos antes de la hora
acordada, así que saqué el móvil para avisarla de que ya estaba esperándola.
Mientras la esperaba, un whatsapp llegó a mi teléfono.
Harold, ¿qué tal
te fue con Gin? ¿Te costó mucho convencerla para que te acompañara? Xx Amy.
¡Pequeñaja! Si te
digo que ahora mismo estoy esperándola porque nos vamos de compras, ¿cómo te
parece que me fue?
Uuuh, sabía que
no podría decirte que no pero más te vale tener cuidado con mi amiga, como le
hagas algo que no debas, te las verás conmigo.
Prometo portarme
como todo un caballero.
Así me gusta, te
dejo Haz, que he quedado con mi chico. Ya me contarás qué tal han ido esas
compras *guiño, guiño*
Hahaha que tonta
eres. Pásalo bien y, ya sabes, dile a Nick que se porte bien o tendré una seria
charla con él.
Mi conversación con Amy terminó cuando sentí unos
golpecitos en el cristal del coche. Levanté la vista del móvil para encontrarme
con la chica pelirroja mirándome desde el otro lado de la ventanilla. Quité el
seguro de las puertas para que pudiera entrar. Me saludó con un alegre “buenos
días, Harry” y un beso en la mejilla. Arranqué para dirigirme al centro de Londres
que era donde se encontraban las mejores tiendas. Entramos en muchísimas
tiendas a lo largo de la mañana, tantas que hasta había perdido la cuenta. Lo
que me gustaba a mí, no la gustaba a ella y viceversa. Tan solo habíamos
coincidido cuando algo nos disgustaba a ambos.
- No me pruebo nada más, eh.-me dijo entrando al probador
con un par de vestidos y un conjunto de falda y top en las manos.
- Vale, vale.-le dije mientras me apoyaba en la pared a
esperar que saliera. Salió poco después vestida con la falda, entubada y de
color azul marino y un top bastante elegante de un color claro. Negué varias
veces con la cabeza y se echó a reír.
- Recuérdame que nunca más vuelva a venir de compras
contigo.-exclamó mientras volvía al probador. Esta vez apareció con un vestido
verde agua, que le llegaba por las rodillas, bastante ajustado. No estaba nada
mal.- A ver, ¿este qué tal?
- Me gusta.-admití.
- A mí no termina de convencerme pero si dices que te
gusta, me le llevo con tal de que acabemos ya.-comentó y el que rio en ese caso
fui yo.
- Ponte el que queda, anda.
- ¿No decías que este te gustaba?
- Pero ya que estamos pruébate el otro también.-dije.
Ella resopló y se metió dentro. Sonreí mordiéndome el labio inferior nada más
verla colocarse frente a mí. Estaba claro que ese sería el elegido. Un vestido
hasta las rodillas ligeramente más largo por detrás, suelto y de palabra de
honor en color coral. Muy sencillo pero que la quedaba estupendamente.
- Por tu cara de bobo deduzco que nos llevamos este, ¿no?
–dijo divertida apoyando un brazo sobre su cadera.
- No tengo cara de bobo.-dije frunciendo el ceño.
- Lo que tú digas.-rio entrando de nuevo para ponerse la
ropa que había traído. Cuando salió, dejó lo que habíamos descartado en un
mostrador que había y fuimos hasta la caja con el último vestido.
- ¿Te invito a comer? –pregunté mientras salíamos de la
tienda, se nos había hecho la hora de comer. Ella negó.
- Mi madre me ha dicho que vuelva a comer.-se excusó.
- En ese caso, te llevo. Por cierto, hablando de tus padres.-dije
mientras caminábamos al aparcamiento.- ¿no te han puesto ningún problema en que
te vengas conmigo?
- Que va.-dijo.- No son como los de Amy, me dan bastante
libertad, dentro de unos límites claro.-explicó.- Aunque ahora que lo dices, si
que pusieron una condición.
- A ver, cuéntame.-entramos en el coche.
- Tienen que verte en persona.-dijo y la miré extrañado.-
Digamos que se piensan que estoy loca.-soltó una risita.- No se creen del todo
que te conozca. Bueno, a ti ni al resto de los chicos.
- Tendré que hacerles una visita antes de comer.-dije.
Tras unos minutos cantando y charlando, llegamos a su
casa. Esta vez conseguí aparcar y me bajé con ella. Su madre fue la que nos
abrió la puerta y se quedó bastante sorprendida al verme al lado de su hija.
Gin se echó a reír mientras entraba dentro de la casa.
- Encantado de conocerla, señora Bennet, soy Harry
Styles.-me presenté ofreciéndole la mano.
- ¿Quién era, cariño? –dijo una voz masculina que en
seguida se asomó a la puerta. Sería su padre.- Espera, tú eres uno de esos
chicos que salen en los poster que tiene…
- Papá.-le regañó Gin entre risas.
- O sea que decías la verdad.-habló su madre.
- ¡Pues claro! –dijo ella indignada.
Me hicieron pasar y al final, terminé quedándome a comer
con ellos mientras se aseguraban que era un tipo de fiar y podían dejar a su
hija venir a pasar un fin de semana a mi casa de Holmes Chapel.
Niall Horan
Una vez más, había quedado a comer con Eli en el mismo
Nando’s de siempre: donde trabajaba Lucy. Entré directamente y me recibió ella
con su preciosa sonrisa. Me llevó hasta la mesa que normalmente ocupaba y me
dejó dos cartas, intercambiamos un par de frases junto a unas cuantas miradas y
sonrisas antes de que mi amiga llegara.
- Hola rubito.-me saludó con un beso en la mejilla.
- Hola ligue.-contesté risueño.
Tomó asiento frente a mí y miró un momento la carta para
elegir qué comería. Yo lo tenía más que escogido ya. Lucy vino a tomarnos nota
y en seguida nos trajo la bebida que habíamos pedido: un refresco para Eli y
una cerveza para mí.
- Aquí me huele a amor.-comentó después de beber un
trago.
- ¿Por qué lo dices?
- Vuestras miraditas han pasado a otro nivel.-afirmó y me
eché a reír. Lucy volvió con los platos.
- Que aproveche.-nos dijo.
- Gracias.-contestamos a la vez.- ¿Lo ves? –me dijo.-
Bueno, cuéntame, ¿de qué os conocíais? –preguntó curiosa mientras empezábamos a
comer.
Le relaté toda la historia, lo del campamento y lo que
había habido entre nosotros hacía unos años. Mientras, ella me escuchaba
atentamente y soltaba de vez en cuando alguna exclamación, como ella decía, en
plan: “sois adorables”.
- Y fin.-terminé.
- ¿Cómo que “fin”? –intentó imitarme en la última
palabra.
- Eso, que hemos salido unas cuantas veces pero nada más.
- Tú eres un poquillo lento de aquí.-señaló su sien.-
¿verdad?
- Oye, no me insultes.-protesté.
- Es que no sé a qué esperas para dar el siguiente paso,
hombre.-dijo exasperada.
- ¿Y tú qué?
- ¿Qué de qué?
- Nunca me has contado si te gusta alguien.
- No me cambies de tema, rubio.
- Ni tú tampoco. Algún chico especial tiene que haber por
ahí.
- No.-dijo seria.- No quiero líos de amores, estoy muy
bien sola.-habló.- Pero tú.-me señaló con el dedo índice.- Te mueres por estar
con aquella señorita.-Sin esperarlo, noté muchísimo calor en la cara.- Y no lo
niegues, te has puesto rojo.-dijo con cierto tono de burla.
- No sé cómo puedo ser amigo de alguien como tú.-dije
medio riendo.
- Oh, vaya, ¿lo estás admitiendo? –Suspiré. ¿Quería de
verdad tener algo con Lucy? Realmente no lo sabía. Ella me atraía desde antes
de saber que nos conocíamos, había empezado a gustarme durante todos estos días
que habíamos salido, pero ¿estaba enamorado?
- No lo sé, Eli. No me presiones tanto.-reí.
- Pues yo creo que estáis hechos para estar
juntos.-concluyó cruzándose de brazos, no satisfecha con mi anterior respuesta.
Tomamos el postre hablando de otros temas y esta vez, la
invité yo. Nos levantamos una vez hubimos terminado y caminamos hasta la salida
aunque Eli se detuvo al pasar por la barra donde estaba Lucy colocando unos
vasos que acababa de sacar del lavavajillas.
- Ah, Lucy.-la llamó. La aludida levantó la cabeza.
- ¿Si, em…? –se quedó pensando cómo llamar a mi amiga.
- Eli, me llamo Eli.-se presentó. Ambas sonrieron.- Pero
ese no es el caso.-dijo.- Solo quería decirte que si este panoli.-me señaló.-
no te saca por ahí tan a menudo como debería, le pides mi teléfono, te presento
a unas amigas y nos vamos todas de compras o hacer el loco por ahí.-Lucy soltó
una risita mientras me miraba.
- Claro, gracias por la oferta, Eli. Lo
pensaré.-contestó.
- Así me gusta, estoy segura que lo pasaríamos muy bien,
serías bienvenida en nuestro grupo.-sonrió.- Podemos irnos, rubito.-me dijo y
caminó hasta la puerta.
- Adiós, Niall.-me dijo Lucy.
- Adiós, Lu.-respondí y caminé detrás de mi amiga aunque
antes de salir me giré, llamé la atención de Lucy con la mano y la hice un
gesto, indicando que luego la llamaría a lo que respondió con una sonrisa.- ¿Se
puede saber qué ha sido eso? –pregunté divertido a Eli cuando estuvimos ya en
la calle.
- ¿Qué? Según me has contado la pobre se pasa el día ahí
metida, seguro que no sale mucho así que no la vendría mal una vueltecita con
unas nuevas amigas.-negué con la cabeza. Esta mujer no tenía remedio.
- Me has llamado panoli.-dije después de unos minutos en
silencio. Soltó una carcajada.
- Es que lo eres.-me revolvió el pelo.- Y lo seguirás
siendo hasta que la pidas salir.
- Y dale con el temita.-protesté.
Elizabeth Hunt
- ¿Pero esto qué es? Pago yo y encima le das clase a esta
también.-se quejó Zayn.
Amy se nos había unido hacía una semana a las clases
aunque ella en vez de con el skate, con patines de línea pero como yo sabía
moverme en ambas cosas, les estaba enseñando a los dos.
- Anda, hazme ese favor, que no tengo dinero y a ti te
sobra.-dijo Amy poniéndole ojitos.
- Chantajista.-le recriminó y, ofuscado, se alejó de
nosotras dos para ponerse a practicar de nuevo.
Continué dándoles instrucciones a los dos: Zayn había
avanzado bastante desde que empezáramos con las clases hacía ya más de dos
semanas, se mantenía en pie sobre la tabla y conseguía recorrer varios metros
sobre ella. Por otro lado, Amy aprendía rápido y en apenas una semana, había
sido capaz de andar con los patines sin caerse en demasiadas ocasiones. Sobre
las siete de la tarde, decidimos dejarlo.
- Venga, estoy generoso, os invito a lo que queráis.-dijo
Zayn colocándose entre nosotras dos, poniendo sus brazos sobre nuestros
hombros.
- Quien te entiende, Malik.-dijo Amy.- Primero me
recriminas que te robe a la profe y ahora me quieres invitar a tomar algo.
- Soy así.-se encogió de hombros y nos echamos a reír.
- No va a poder ser.-dije yo.
- ¿Por qué? –me miró haciendo un pequeño puchero con los
labios. Sonreí.
- Amy y yo tenemos noche de chicas en su casa. Nos vamos
ahora.-ella asintió, confirmándolo. Estaríamos las dos solas ya que Gin estaba
camino a Holmes Chapel para la boda y Ronnie nos había dicho que no tenía
muchas ganas de salir.
- Oh, vaya.-dijo.- Bueno, entonces dejo que os vayáis. Un
placer pasar la tarde con ustedes, señoritas.-dijo antes de dejar un beso en la
mejilla de Amy y luego otro en la mía.
- Hasta mañana.-le contestamos ambas, y yo le seguí con
la mirada, como hacía cada día. Lo odiaba. Esto no podía estar pasándome a mí.-
¿Qué pasa? –Le dije a Amy que me miraba fijamente con una sonrisilla en sus
labios.
- ¿Qué ha sido eso? –preguntó mientras nos poníamos rumbo
a su casa, yo andando y ella con los patines aún puestos, para seguir
practicando un poco más.
- ¿El qué?
- Eli, no soy tonta.
- ¿No? Vaya decepción.-comenté y reí. Recibí un golpe en
el brazo.
- ¿Te gusta Zayn? –me apresuré a negarlo.- No me
mientas.-dijo y estuvo a punto de resbalarse y caer al suelo.
- Cuidado.-la ayudé cogiéndola del brazo.-
- Eli.-pronunció mi nombre con pesadez.- Cuéntamelo.
- No.-dije como una niña pequeña mientras casi habíamos
llegado a su casa.
- Terminarás contándomelo esta noche, quieras o no.
Louis Tomlinson
Había recibido un mensaje de Eleanor diciéndome que le
había surgido un imprevisto y mañana por la mañana iría a Manchester. Estaba
tumbado en el sofá sin hacer gran cosa así que pensé en ir a hacerla una
visita. Subí rápidamente al piso superior de mi casa, me deshice de los
pantalones deportivos y la camiseta que llevaba y me metí en la ducha. Tras
unos minutos bajo el agua, salí enrollando una toalla en mi cintura. Me dirigí
a mi habitación y abrí el armario. Sin pensar mucho, elegí unos vaqueros con el
bajo remangado y una camiseta de manga corta negra con las letras “killers” en
blanco. Me calcé unas zapatillas y recorrí el pasillo para bajar de nuevo.
- ¿Dónde vas? –me preguntó Ronnie cuando pasé por su
habitación.
- Con Els.-contesté.- ¿Y tú qué vas a hacer? ¿Quedarte
aquí metida? Llevas un par de días sin salir a nada.-dije apoyándome en el
marco de la puerta. Suspiró.
- Bueno, espera que me arreglo y me voy contigo, así paso
a hacer una visita a Amy aunque la dije que no iba a salir.-
- Así me gusta.-dije.- Date prisa.-bajé las escaleras y
me quedé esperándola sentado en el sofá.
Unos minutos más tarde, bajó arreglada y tras coger las
llaves del coche, salimos de casa. Subimos en el coche, encendí la radio y
conduje por las calles de Londres en dirección a la casa de mi chica. Cuando
entré en la calle de su casa, divisé un par de chicas que caminaban por la
acera que inmediatamente reconocí. La que iba sobre los patines era sin duda
Amy, las mechas rosas en su melena rubia la delataban y la de al lado, de pelo
moreno y gorra hacia atrás era Elizabeth. Decidí divertirme un poco, dando a
ese par un pequeño susto.
- Ya verás que susto se pegan esas dos.-le dije a Ronnie
que miró por la ventana y sonrió al ver a sus amigas.
- Déjalas.-negué con la cabeza sonriendo.
Se las veía enfrascadas completamente en la conversación
que mantenían así que bajé la velocidad y cuando estaba justo detrás de ellas,
hice sonar varias veces el claxon del coche, haciéndolas pegar un bote. Aunque
no todo salió como yo planeaba, no quedó en una tonta broma. Al ir sobre los
patines y con el susto, Amy resbaló y cayó hacia atrás, dándose un buen golpe. Paré
el coche inmediatamente y ambos nos bajamos a ver si se encontraba bien.
- ¿Pero tú? –empezó a decir Elizabeth.
- No digas nada. Es así de tonto desde que nació.-dijo
Ron.
- Lo siento, solo quería gastaros una broma.-me disculpé.
- Amy.-la llamó Eli incorporándola un poco pero no
respondía.
- Amy.-repetí la misma acción. Nada. Dio unos leves
golpes sobre sus mejillas pero seguía sin reaccionar y fue cuando vi un pequeño
rastro de sangre cuando me asusté de verdad.
Chán, chán, chán. Aquí tenéis un nuevo capítulo. ¿Qué os ha parecido? ¿Creéis que Amy está bien? ¿O será muy grave el golpe que se ha dado gracias a nuestro amigo bromista? ¿Y Niall? ¿Se atreverá a pedirle salir a Lucy? ¿Pensáis que ella está tan loquita por el irlandés como él por ella? ¿Qué ocurrirá en esa boda que se celebra en Holmes Chapel? Pues la respuesta a la mayoría de estas preguntas, la tendréis en el siguiente capítulo. Muchísimas gracias por todo.
Love,
Sarai.