Amanda Turner
El irlandés comenzó a meternos prisa para poder bajar a
cenar algo antes de celebrar su cumpleaños un día antes en la discoteca del
hotel. Según los chicos, tendríamos una sala para nosotros solos y se nos
unirían los cuatro australianos también. Poco a poco, todos fueron saliendo de
la habitación para irse a arreglar menos Harry y Gin porque era su habitación y
Louis que se quedó rezagado al igual que hice yo.
-Harold, ¿nos dejarías un momento solas? –le pregunté al
rizos. Mi amiga estaba enfadada por todo lo que había ocurrido y necesitábamos
hablar cuanto antes.
-Claro.-accedió sonriendo.-No me la entretengas mucho que
sabes que tarda en arreglarse.
-Será solo un momento.
-Nos vemos luego.-dijo Louis a mi lado antes de besar mi
mejilla a lo que respondí sonriendo y ambos dejaron la estancia.
-Gin.-empecé a hablar.
-Aún no asimilo que estés con Louis.-me interrumpió y
solté una risita.
-Pues es muy fácil.-comenté.- Tú sales con Harry y yo con
Louis.-me miró incrédula.
-Hablo en serio, Amy. ¿Por qué no me lo contaste?
-Supongo que no sabía cómo hacerlo.-expliqué.- Además, en
mi defensa diré que lo dejé con Nick esta semana y prácticamente empezamos a
salir anoche.
-Y pensar que os llevábais como el perro y el
gato.-murmuró.-
-A mí me lo vas a decir.-sonreí.- Prometo contaros toda
la historia en condiciones a ti y a las chicas cuando volvamos a Londres, ahora
tenemos una fiesta que celebrar.
-Más te vale, Turner.-dijo amenazante pero en un tono
divertido.
-¿Ya no estás enfadada? –pregunté poniéndole mi mejor
cara de inocente.
-Claro que no, tonta.-ambas nos abrazamos.- Pero me has
hecho perder una apuesta, capulla.-reí.
-Lo sé, Harry me lo ha contado. Ya puedes ir pensando en
el menú.-le dije caminando hacia la puerta.
-¿Te he dicho ya que te odio? –le lancé un beso antes de
salir.
-Nos vemos abajo en un rato.-dije a modo de despedida y
me encontré con Harry en el pasillo.-
-¿Ya habéis solucionado vuestros problemas? –bromeó y asentí
con la cabeza.
-Me voy a vestir.-anuncié.
-Hemos quedado en recepción dentro de una hora.-informó.
-Perfecto.-dije antes de recorrer el pasillo hasta la
habitación que Ron y yo compartíamos.
Cuando entré, me la encontré recién duchada, sacando la
ropa que se pondría esa noche de la maleta. Tras un par de comentarios sobre la
conversación que había tenido lugar minutos antes, me dirigí al baño. Me
deshice de la ropa que llevaba y me metí en la ducha. Dejé que el agua cayera
durante unos minutos por mi cuerpo y tras enjabonarme el cuerpo y lavarme el
pelo, me quité todo los restos de jabón y salí para envolverme en una toalla
blanca. Me desenredé el pelo y lo dejé que suelto para que se secara un poco
mientras me vestía.
-No le des más vueltas, Ron. Solo te has traido
eso.-comenté posicionándome al lado de mi maleta para abrirla.
-Es que no me convence.-admitió mirándose al espejo.
-A mí me parece que estás genial.-afirmé. Llevaba un
vestido blanco oscuro con un montón de flores de diferentes tonos de rojo, de
tirantes finos y que llegaba con un poco de vuelo un pelín encima de sus
rodillas.
-¿Seguro? –preguntó aun no muy convencida.
-Segurísima.-contesté poniéndome la ropa interior.
-¿Qué te has traido tú? –preguntó curiosa. Cogí entre mis
manos un mono azul oscuro con un estampado, de tirante ancho y pantalones
cortos para enseñárselo.
-Estaba sin estrenar todavía.-
-Voy a peinarme mientras te vistes.-
-De acuerdo.
Me puse la ropa y dejé a un lado los zapatos de tacón beige
que usaría. En cuanto terminé, mi amiga salió del baño perfectamente maquillada
y peinada. Me adueñé del cuarto de baño seguidamente para aplicar una sombra
clarita sobre mis ojos, pintarme la raya de color negro, ponerme algo de rímel
y pintalabios. Al contrario que Ron, decidí recoger mi pelo aquella noche así
que, con esmero, conseguí que me quedara bien una trenza que dejé caer sobre mi
hombro izquierdo.
-¿Te falta mucho? –la escuché decir justo cuando
terminaba de echarme un poco de colonia antes de abandonar el baño.
-Me pongo los zapatos y nos vamos.-hablé andando descalza
por la habitación hasta llegar al lugar donde había dejado antes los zapatos
preparados.
Me calcé, me colgué del hombro derecho un pequeño bolso
con lo esencial y cogí la cámara de fotos. Ambas nos miramos una vez más en el
espejo y, tras decidir que estábamos listas, abandonamos el cuarto para poner
rumbo al ascensor y bajar hasta el punto de encuentro. No fuimos las últimas en
llegar, de eso se encargaron Harry y Gin que fueron la diana de las bromas de
los demás, insinuando que habían estado haciendo cosas que no debían.
Salimos fuera del hotel bajo la vigilancia de varios de
los chicos encargados de la seguridad de One Direction, así que, conseguimos
llegar al restaurante sin ningún percance o encuentro con fans. Cenamos
tranquilamente, entre muchas risas y millones de fotos que yo misma me
encargaba de hacer. Al dar por finalizada la cena, volvimos al hotel donde
fuimos directamente a una pequeña sala que teníamos reservada para dar comienzo
a la fiesta. Allí nos encontramos con Ashton, Luke, Calum y Michael que habían
decidido empezar sin nosotros y nos recibieron con un vaso en la mano cada uno.
Nos deshicimos de los bolsos y pronto nos habíamos desperdigado por ahí,
moviéndonos al ritmo de la música. Niall me había encargado especialmente que
me hiciera cargo de las fotos de aquella noche, quería tener un bonito recuerdo
de su primer cumpleaños junto a Lucy así que me puse manos a la obra. Me colgué
la cámara al cuello y empecé a hacer fotos sin parar. Eli y Ron bailaban
animadamente la canción de One Republic que inundaba la sala. ¡Click! Lucy y
Niall compartían miradas cómplices. ¡Click! Zayn y Liam bebían de su vaso
sentados junto a la barra. ¡Click! Gin conversaba con Luke, Michael y Calum.
¡Click! Ashton y Harry venían hacia mí. ¡Click!
-¿Cuántas fotos piensas hacer? ¡No vemos más que flashes!
–comentó Ashton divertido.
-Es un encargo del cumpleañero.-contesté.
-Te pagará bien entonces, ¿no?
-No creo que piense hacerlo, la verdad.-reí junto a los
dos chicos.
-Por cierto.-habló Harry.- ¿Te llamaron de la revista a
la que mandamos el reportaje que nos hiciste? –
-Sí y no.-respondí.
-Explícate.-pidió.
-Me dijeron que en verano no necesitaban a nadie, que
quizás en septiembre si les hacía falta gente, se pondrían en contacto conmigo.-escuchó
atento y asintió con la cabeza.
-Quiere ser fotógrafa.-le explicó a Ashton.-
-¿Eres buena? –me preguntó y me encogí de hombros.
-La mejor.-contestó el de rizos y le dí un codazo.
-Exageras.-dije.- Si me disculpáis, tengo que seguir con
mi trabajo.
-Tendrás que guardarme un baile.-pidió.
-Por supuesto. Hasta luego chicos.-dije dejándoles a un
lado de la pista.
Continué un rato más haciendo fotos hasta que mi objetivo
reparó en el chico castaño de ojos azules que me había conquistado. Disparé una
vez más mi cámara de fotos, haciéndole una foto sin que se diera cuenta. Rather Be de Clean Bandit empezó a sonar
y decidí que ahí acabaría mi noche como fotógrafa. Le pedí al camarero un
wishky con naranja y le dejé la cámara para que la guardara. Me di la vuelta
divisando de nuevo a mi chico al fondo de la sala, apoyado contra la pared,
observando el panorama. Con el vaso de tubo en la mano y cantando la canción
que seguía sonando, me acerqué hasta él, bailando al ritmo de la música.
-If you gave me a
chance I would take it. It’s a shot in the dark but I’ll make it. Know with all
of your heart, you can’t shame me. When I am with you there’s no place I rather
be.-terminé de cantar sobre sus labios, antes de que los uniéramos en un
beso.
-¿Has bebido alcohol, pequeña? –preguntó una vez nos
separamos.
-Puede.-dije divertida antes de dar un sorbo al vaso y
besarle nuevamente.
-Eso no está bien.-habló intentando parecer serio.
Intento que falló y terminó con risas por parte de ambos y un nuevo beso. Más
largo que ninguno de los dos anteriores. Uno bastante parecido al de la noche
anterior y al de despedida en su casa. Uno de esos que expresaban deseo.- ¿Ya
has terminado tu tarea como fotógrafa?
-Me tocaba disfrutar de la fiesta y de ti.-ambos
sonreímos.
-¿A qué hora os vais mañana? –preguntó anclando sus
brazos alrededor de mi cintura.
-Por la tarde, creo.-
-Aún nos quedan unas horas entonces.
-Pero luego, estaremos casi dos meses sin vernos.-
-Será horrible.-apoyó su frente contra la mía, cerrando
los ojos.
-¿Serás capaz de aguantar tanto tiempo o buscarás alguna
chica con la que desfogarte? –pregunté bromeando. Me miró alzando una ceja.
-¿Cómo? –preguntó algo incrédulo.
-Venga, Lou, tus besos hablan por ti.-contesté. Y era
completamente cierto. Nunca nadie me había besado de aquella manera y se podía
descifrar perfectamente el deseo en sus ojos azules cuando nos mirábamos.-
Dime.-dije divertida.- ¿Podrás esperar a volver a Londres?
-No tenemos por qué esperar.-habló ahora siguiéndome el
juego, poniendo voz seductora a la vez que intentaba besarme el cuello. Sonreí
por las cosquillas que su aliento me causaba al chocar contra mi piel.
-Suena tentador.-seguí susurrando.- Perder mi virginidad con
un cantante mundialmente famoso en un espectacular hotel australiano
pero.-alargué esa última palabra. Me separé de él levemente.- ¡Ni siquiera
hemos tenido una primera cita y ya quieres llevarme a la cama! ¿Qué clase de
caballero inglés eres, Tomlinson? –dije intentando parecer indignada y, con mi
vaso en la mano, caminé hasta la pista de baile.
-¿Has dicho que tú eres…? –su voz sonaba a mi espalda
mientras yo me movía al ritmo de la música.
-¿Sorprendido, Tomlinson? –dije sin darme la vuelta. Sus
manos volvieron a posarse sobre mi cintura y apoyó su cabeza en mi hombro. Hoy,
gracias a mis tacones estábamos a la misma altura prácticamente.
-Más bien encantado de que estés dispuesta a concederme
ese honor.-besó mi mejilla haciéndome sonreír.
~
La noche había sido espectacular, quizás nos habíamos
pasado un poco con la bebida –unos más que otros– pero sin duda, había sido
increíble. Lo habíamos pasado de maravilla. Subí acompañada de Louis al pasillo
donde estaban nuestras habitaciones. Los demás habían ido desapareciendo a lo
largo de la noche de la sala y nosotros habíamos salido de allí dejando al
cumpleañero y su pareja disfrutando de una canción más y unos cuantos besos
subidos de tono. Nos despedimos con un beso más aquella noche y entré con
sigilo en la habitación. Había perdido de vista hacía bastante a Ron y pensé
que estaría ya dormida. Pero me equivocaba.
-Creí que estarías ya en el tercer sueño al menos.-bromeé
quitándome los tacones nada más entrar.
-No creo que hoy pueda dormir.-dijo.- No te imaginas lo
que me ha pasado.
Veronica Reed
La fiesta prometía. Oh, sí, muchísimo. Sobre todo si
todos tienen pareja menos una servidora. Aún así, tendría que aguantar allí un
rato. Por el cumpleañero y las chicas. La música empezó, dando el pistoletazo
de salida a todos los bailes y copas que pasarían a lo largo de la noche por
aquella sala. Tras unos cuantos bailes acompañada por Eli y varios cubatas,
decidí sentarme un rato a descansar en una de las banquetas situadas en la
barra. Llevaba fatal lo de moverme demasiado con zapatos de tacón. Era mi
asignatura pendiente. Mis pies se movían al ritmo de la música cuando él
apareció en mi campo de visión. Se había pasado gran parte de la mañana
intentando hablar conmigo pero me había negado rotundamente. No quería hablar
con él.
-¿Cansada, Ron? –preguntó intentando empezar una
conversación. No contesté. Me limité a pedirle al camarero una copa más. Le
escuché pedir lo mismo y resoplar antes de hablar de nuevo.- Llevas todo el día
evitándome y quería hablar contigo.-Le ignoré de nuevo, ocupándome de beber
casi de un trago todo el contenido de mi vaso.
-Ponme otro.-pedí al camarero.
-¿Piensas volver a hablar algún día?
-¿Para qué? –le miré frunciendo el ceño, esperando una ingeniosa
respuesta por su parte. Respuesta que no llegó. Bien, si quiere hablar,
hablaremos.- ¿Para que me insultes cuando solo me preocupaba por ti? ¿Para que
insinúes que me tiro a todo lo que se me cruza por delante?
-¡Lo siento, vale! Fui un estúpido.-parecía enfadado.- Yo
solo…-empezó a decir pero parecía no saber cómo seguir.- Joder, no sé qué me
pasó pero tú y yo nos llevábamos muy bien y entonces apareció Ed y me cambiaste
por él y…¡AG!-gritó exasperado.
-Ed era mi amigo.-murmuré.
-Al parecer no es solo eso.-me miró fijamente. Le mantuve
la mirada, sin dejar que me intimidaran esos ojos marrones.
-Ed es gay.-Vale, ya lo había hecho. Había destapado mi
pequeña mentira.
Me esperaba alguna frase como muestra de incredulidad.
Alguna petición de una explicación a mi mentira. Cualquier cosa menos lo que
ocurrió. Sin esperarlo, sus labios presionaban con fuerza los míos mientras su
mano se colocaba en mi nuca para no dejarme escapar. Acto reflejo, moví mis
labios al ritmo que los suyos marcaban que no era para nada suave. Mi corazón
latía deprisa. Mucho. Tanto que hasta pensé que se saldría de mi pecho en
cualquier momento.
-Salgamos de aquí.-murmuró dándome el espacio justo para
tomar aire. Nuestros pechos subían y bajaban rápidamente debido al acto
anterior.
Nuevamente, no me dejó responder. Su mano agarró con
fuerza la mía y tiró de mí conduciéndonos fuera de la sala. El ascensor no
tardó en llegar y, sin haber asimilado nada, volvió a besarme con dureza dentro
de la cabina que subía rápidamente hasta la planta seleccionada. Me dejé
llevar. ¿Qué otra cosa podía hacer? Eso era lo que llevaba deseando desde hacía
demasiado tiempo como para recordarlo. Necesitaba besarlo como si fuera nuestro
último día en la Tierra. Recorrimos el pasillo a trompicones, prácticamente devorándonos
el uno al otro. Liam sacó la tarjeta de la habitación del bolsillo trasero de
su pantalón con dificultad. El alcohol que llevaba en la sangre empezaba a
hacerle efecto. Entramos en la habitación besándonos de nuevo. A pesar del
alcohol, sus labios sabían condenadamente bien. Su camisa voló por la
habitación y caímos en la cama. Sus manos se dedicaron a subir mi vestido
intentando quitármelo pero entonces, algo se activó dentro de mí. Mi cabeza
gritaba que esto no estaba bien y mi corazón, por una vez, se puso de acuerdo
con ella. No quería esto. No así.
-¿Qué ocurre? –preguntó. A las palabras les costaba salir
de su boca. En parte por el alcohol, en parte por su respiración agitada.
-No puedo.-dije colocándome el vestido y me levanté de la
cama.- Estamos borrachos, tú algo más que yo, mañana no recordarás nada de esto
y yo me torturaré por ello.-confesé. Cogí mis zapatos del suelo.- Buenas
noches, Liam.-dije y salí de allí.
Abrí con la tarjeta mi habitación y me tiré sobre la
cama. Sin poder evitarlo, alguna lágrima se escapó de mis ojos. Aquella
situación me superaba. ¿Me había besado solo porque estaba borracho o realmente
sentía algo por mí? ¡Iba a volverme loca! Un rato después, la puerta se abrió y
una muy sonriente Amy entró.
-Creí que estarías ya en el tercer sueño al menos.-dijo
quitándose los zapatos.
-No creo que hoy pueda dormir.-contesté.- No te imaginas
lo que me ha pasado.-y le relaté lo sucedido. Resoplé al terminar.- ¿Crees que
he sido una tonta por haberme marchado?
-Creo que has hecho lo correcto.-me sonrió.- Mereces
tener algo con Liam pero no ser su polvo de una noche de fiesta.
¡Hola chicas! Debería haber subido el viernes pero no me dio tiempo. ¿Qué os ha parecido el capítulo? Gin y Amy han arreglado el problemilla. Más Amouis. Y...¿qué me decís del final? ¿Ha hecho bien Ron en dejarle con las ganas a Liam? ¿Por qué lo habrá hecho? ¿Habrán sido los efectos del alcohol? No me enrollo mucho hoy, pido perdón si hay algún error que no me da tiempo a revisarlo. Os dejo una fotito del cumpleañero. Muchas gracias.
Love,
Sarai.