Louis Tomlinson
Llevaba unos cinco minutos
esperándola, apoyado en la pared de una tienda, intentando pasar desapercibido
cuando recibí un WA suyo diciéndome que ella y Ron habían terminado de comprar
y que en breves, llegaría donde habíamos quedado. Efectivamente, unos minutos
después, la vi aparecer por la acera de enfrente, me sonrió y saludó con la
mano antes de llegar donde estaba. Se inclinó un poco para llegar a besar mi
mejilla. No pude evitar girar levemente la cara para que nuestros labios se
rozaran mínimamente, acción a la que ella respondió esbozando una pequeña
sonrisa.
-¿Qué tal se os ha dado?
–pregunté.
-Bastante bien.-señaló las bolsas
que llevaba.-Ron tenía las ideas muy claras.-sonrió.
-Genial.-Me coloqué a su lado y
empezamos a caminar hacia la entrada del cine.- ¿Qué peli quieres que veamos?
–se colocó frente a la cartelera, pensando qué película elegir. Tras unos
segundos, se giró para mirarme con una sonrisilla y cara de inocente.
-¿Me odiarás mucho si te digo que
me apetece ver Gru 2? –solté una
pequeña risa negando con la cabeza.
-No tienes remedio, ¿eh? –hablé.-
Rectifico mi teoría, no eres como una niña pequeña, eres peor.-comenté.
-Pues tú no te quedas atrás,
eh.-dijo. La miré con el ceño fruncido.- Ya me ha contado Ron que siempre has
sido un Peter Pan empedernido, que eso de madurar no va contigo.
-Eso es totalmente cierto.-admití
sonriendo.- Ahora que lo mencionas, ¿debo deducir que me toca ir de Peter Pan a
la fiesta? –ella solo sonrió.- Eso es un sí.-afirmé.- ¿De qué irás tú?
–pregunté mientras nos adentrábamos en el cine.
-No te lo puedo decir. Es un
secreto.-susurró.- Voy a por palomitas, tú compra las entradas.
-Toma.-dije sacando la cartera
para darla algunas libras para las palomitas. Me miró alzando una ceja.-
-Yo llevo dinero.-me sacó la
lengua antes de dirigirse al mostrador del bar.
Fui a comprar un par de entradas
para ver aquella película que, aunque no se lo hubiera dicho, no me disgustaba,
es más, me había divertido viendo la primera parte con mis hermanas pequeñas y
después, caminé hasta la puerta de entrada a la sala donde me estaba esperando
con un cuenco de palomitas casi más grande que ella y dos bebidas aún apoyadas
en el mostrador.
-¿Necesitas ayuda? –pregunté
divertido.
-No me vendría mal ahora que lo
dices.-contestó de la misma forma.
Cogí los dos vasos y entramos en
la sala. Subimos unos cuantos peldaños hasta llegar a la fila donde teníamos
nuestros asientos y nos sentamos. La película empezó en breves y ella no hacía
más que reírse mientras comía palomitas, lo estaba pasando realmente bien.
-¿Es que acaso hoy es el día de
volver a usar viejos trucos o qué, Tommo? –preguntó susurrando justo cuando
intentaba pasar mi brazo con disimulo sobre sus hombros. Se suponía que no
debía darse cuenta, o al menos, hacerse un poco la loca si había notado mis
intenciones.
-¿De qué hablas? –dije de la misma
forma.
-No te hagas el tonto.-sonrió sin
apartar la vista de la pantalla.- Antes intentabas robarme un beso con el
truquito de girar la cara y ahora, el típico bostezo y el bracito.
-Eres única.-reí por lo bajini
antes de acercarme a depositar un beso en su mejilla.
-Cállate y déjame ver la
película.-murmuró. Entonces se acomodó junto a mí, dejando que pasara el brazo
por sus hombros, colocando el cuenco de palomitas en mis piernas. Sonreí
mirándola. Esta chiquilla había conseguido enamorarme en un tiempo récord.
Los niños de la sala empezaron a
salir junto a sus padres en cuanto terminó la película. Amy cogió sus bolsas,
yo me encargué de las bebidas y el cuenco de palomitas ya vacío y bajamos por
las escaleras para salir por la puerta que llevaba a la parte trasera del cine.
Estaba esperando a que saliera del baño cuando vi un pequeño flash a lo lejos.
Mierda. No podía ser. ¡Pero si había tenido mucho cuidado! ¿Cómo demonios se
habían enterado los periodistas de que estaba allí?
-Podemos ir-empezó a decir pero la
interrumpí colocando la mano sobre su boca y empujándola de nuevo dentro del
baño.-¿Qué pasa?
-Paparazzis.-
-¿Qué?
-Lo que has oído. No podemos salir
de aquí juntos.-dije.
-¿Cómo nos han encontrado?
-Ni idea.-admití.- Quizás alguna
chica me haya visto mientras te esperaba o mientras compraba las entradas y lo
han twitteado.-resoplé.- Y yo que pensaba invitarte a cenar algo.-chasqueé la
lengua.
-Eso tiene fácil arreglo.-habló.-
Vete tú, dentro de un rato salgo yo y quedamos en vernos en otro sitio.
-Perfecto. Te espero en Hyde Park,
no creo que haya mucha gente ahora.
-Allí nos vemos.-salí del baño
esperando encontrarme con algunas cámaras disparando fotos continuamente y así
fue.
En cuanto puse un pie fuera del
edificio me encontré con varios paparazzis que no paraban de hacerme fotos a la
vez que preguntas. Al parecer me habían visto comprar las entradas y luego,
unirme a una chica. Afortunadamente, a ella no habían podido verla bien. Salí de
aquel aprieto contestando que era una vieja amiga de la infancia y, tras
hacerme unas cuantas fotos y firmar algún autógrafo a las fans que se habían
aglomerado allí, conseguí caminar solo y llegar hasta el parque. Se notaba que
estábamos llegando al final del verano porque cada vez los días era más cortos
y eran ya pasadas las ocho de la tarde cuando empezaba a anochecer. Llevaba una
media hora esperando a que Amy apareciera pero no había rastro de ella. Estaba
entretenido con el teléfono, revisando qué contaba la gente por twitter cuando
llegó.
-He traído algo de comer.-sonrió
agitando un poco una bolsa del McDonald’s.
-Genial, ya empezaba a tener
hambre.-dejó las bolsas de los disfraces a un lado y se sentó junto a mí, con
la espalda apoyada sobre el tronco de un árbol.
-¿Has tenido muchos problemas al
salir? –preguntó y negué con la cabeza.
-Unas cuantas preguntas, fotos y
autógrafos.-respondí mientras sacaba las hamburguesas que había comprado.
-Creo que deberíamos dejar de
vernos en sitios en los que puedan reconocerte.-comentó tras tragar un bocado
de hamburguesa.
-Tienes razón.-hablé.- Pero no
quiero que dejemos de vernos.-confesé y ella sonrió.
-Yo no he dicho eso. Tendremos que
hacerlo a escondidas si queremos que nuestro secreto dure.
Dejamos ese tema un poco apartado
mientras comíamos las hamburguesas. Estaba claro que no íbamos a dejar de
vernos pero sí que tendríamos que llevar más cuidado, al menos hasta que
decidiéramos contárselo a los demás y, por supuesto, hasta que estuviera seguro
de que mi equipo de management no me montara una buena por estar enamorado de
alguien menor de edad y a la que sacaba cinco años.
-Por cierto, no me has dicho
cuánto te debo por la cena.-
-Nada.-contestó.- Invito yo.-nos
quedamos en silencio unos segundos hasta que lo rompí yo con mi risa.- ¿Qué te
hace tanta gracia? –preguntó curiosa.
-Lo desastrosa que ha sido nuestra
cita.-admití. Mi idea desde un principio había sido llevarla al cine y después,
invitarla a cenar como todo un caballero pero todo había salido al revés. Ella
se encogió de hombros mientras sonreía.
-Bueno, no lo consideres una
cita.-propuso.- Digamos que ha sido una salida de amigos con algún que otro
percance.-ambos reímos. Los dos éramos conscientes de que no hubiera sido una
“salida de amigos” si ella ya hubiera podido romper con Nick.
-Prometo preparar la siguiente con
más esmero.-añadí.
-¿Qué te hace pensar que habrá una
siguiente? –bromeó. Iba a contestarla cuando su móvil sonó,
interrumpiéndonos.-Estoy con Louis.-contestó a la persona con la que hablaba.-
¿En serio? No tenía ni idea de qué hora era.-dijo mientras se mordía el labio
inferior.- En seguida estoy allí.-y colgó.- Lou, ¿te has traído el coche? –me
preguntó. Asentí.- ¿Me llevas a casa?
-Con una condición.-pedí.- Habrá
una siguiente.-ella rió.
-Iba a haberla.
-Entonces no te llevo.-dije
despreocupado.- ¿Para qué gastar gasolina si vas a salir conmigo de todas
formas? –reí y recibí un golpe en el brazo de su parte.- Anda, vamos.
La ayudé a levantarse, recogimos
todas las cosas y caminamos de vuelta a Leicester Square, donde había dejado
aparcado el coche. Conduje hasta su casa mientras charlábamos un poco y aparqué
en doble fila cuando llegamos.
-Nos vemos el sábado en la
fiesta.-dijo ella.
-Pero recuerda: nos
odiamos.-comenté divertido.
-A muerte. Lo sé.-afirmó.-Gracias
por traerme, Lou.-besó mi mejilla y salió del coche.
A continuación, conduje hasta mi casa. Metí el coche en
el garaje y entré por la entrada de atrás. Me encontré con mi amiga en el sofá
muy interesada en la película que echaban en la tele. Sin decirla nada, fui
directamente a la cocina a coger una cerveza de la nevera, la abrí y
sigilosamente volví al salón a asustar a mi amiga.
-¿Qué? ¿Interesante la película? –dije lo que causó que
diera un pequeño bote. Solté una risita y bebí un trago.
-¿Qué? ¿Interesante tu cita con Amy? –dijo haciéndome
burla con la diferencia que yo, en vez de dar un bote, escupí la cerveza que
tenía en la boca.
-No sé de qué me estás hablando.-intenté mostrarme
indiferente aunque obviamente, después de mi reacción no esperaba que colara.
-Oh, por favor.-exclamó mi amiga levantándose del sofá.-
¡Os he visto! Y no te atrevas a negarlo.-me señaló amenazante con el dedo
índice.
-¿Nos has estado espiando?
-No te desvíes del tema, Tomlinson.
-¡Eres una maldita cotilla! –grité seguido de una pequeña
risa. No me podía creer que hubiera estado jugando a los detectives.
-Y tú un mentiroso. Con que no te gustaba la niñita esa,
¿eh? –intentó imitar mi voz mientras me daba un par de codazos.- Es que lo
sabía, ¡lo sabía! –parecía hasta entusiasmada.- Ahora mismo vas a contármelo
todo, Boo.-pidió.
-¿Y qué pasa si no quiero? –bromeé. Sabía que si ya nos
había visto tendría que contárselo, además, era mi mejor amiga y confiaba en
ella.
-Que sufrirás graves consecuencias, Tomlinson.-habló.- Y
sí, estoy refiriéndome a tu descendencia.-amenazó y reí.
-¿Qué quieres saber, cotilla? –pregunté sentándome en el
sofá.
-TODO.-Tomó asiento a mi lado, esperando que empezara a
hablar. La conté todo, desde el primer roce el día del partido hasta la noche
de la premier, pasando por las noches en las que se había colado en mis sueños
e incluyendo los últimos días que habíamos pasado juntos.
-Pero tienes que prometerme algo, Ron.-pedí.- No se lo
puedes contar a nadie, bajo ningún concepto, de momento es un secreto.
-¿Ni siquiera se lo has dicho a Harry? –preguntó y negué
con la cabeza.
-Sabe que siento algo por ella pero nada más. El único
que lo sabía hasta el momento era Dani y bueno, ahora tú.
-Por mí no tenéis de qué preocuparos, no abriré la
boca.-la sonreí, agradeciendo su discreción y entonces se abalanzó sobre mí,
abrazándome y dando grititos. Estaba como una cabra.- ¡Cuánto me alegro por
vosotros! Es que hacéis una pareja tan mona.-
-Ron, me estás asfixiando.-dije riendo.- Y no somos
pareja.
-Eso es solo cuestión de tiempo.-afirmó y volvió a
abrazarme.
Cuando conseguí que mi amiga se soltara, terminamos de
ver la película que estaba y al terminar, subimos a dormir. Antes de meterme en
la cama, le escribí un mensaje de whatsapp.
Ron nos ha
descubierto, es una especie de Sherlock Holmes, pero no te preocupes, ha
prometido no decir nada y si falta a su palabra, entre los dos la torturaremos.
Buenas noches, pequeña.
Zayn Malik
Había llegado el día, era el cumpleaños de nuestro Liam y
todo estaba ya más que preparado. Las chicas junto a Niall, Louis y Harry ya
estaban en casa de este último terminando de dar el último toque a la casa. A
mí me habían encargado la tarea más difícil de todas: ir a buscar al
cumpleañero. Me miré una última vez en el espejo antes de salir de casa aunque
en realidad daba igual como fuera, al llegar allí cambiaría mi atuendo por el
disfraz que Ron y Amy habían elegido para mí. Subí en el coche y conduje hasta
la casa de mi amigo.
-¡Felicidades de nuevo! –exclamé en cuanto abrió la
puerta.
-¿Qué haces aquí, Zayn? –preguntó.
-Vengo a llevarte a un sitio.-expliqué.
-Os dije que no tenía ganas de celebrarlo.-protestó.
Al final, nuestras sospechas habían sido ciertas y hacía
un par de días que su relación con Sophia había terminado a causa de todo el
odio que ella recibía a través de twitter. Obviamente no estaba de buen humor,
pero ya nos encargaríamos entre todos de sacarle una sonrisilla. Además, no
íbamos a permitir que no celebrara su cumpleaños y menos con la que teníamos
montada ya.
-Pero a nosotros nos da igual.-contesté.- Ahora mismo te
cambias y nos vamos.-dije.- Venga.-le apresuré. Él resopló y entramos en su
casa.
-Dame diez minutos.-pidió subiendo las escaleras.
-Tienes cinco, cumpleañero.
Unos minutos después bajó, arreglado con unos vaqueros y
una camiseta de manga corta. Salimos de su casa y subimos a mi coche para poner
rumbo a la de Harry.
-Espero que no me llevéis a alguna discoteca porque no
tengo ninguna gana.-comentó.
-No te preocupes.-le tranquilicé.- Será algo entre nosotros
cinco, ni siquiera se lo hemos dicho a las chicas.-mentí.
Pareció quedarse más conforme con mi última afirmación y
continuamos el camino en silencio. Se le notaba que lo estaba pasando realmente
mal pero si estábamos todo el día preguntándole que como se sentía no haríamos
nada más que empeorar la situación. Aparqué en el primer sitio libre que
encontré y caminamos hasta la casa de Harry. Llamé al timbre y en seguida, el
dueño de la casa nos abrió.
-¡Felicidades Liam! –exclamó mientras ambos se
abrazaban.- Pasad, pasad.-nos invitó. Entramos y estaba todo a oscuras, tal y
como habíamos planeado.
-Harry, ¿se puede saber por qué demonios no das la luz?
¡nos vamos a caer! –en ese momento, se encendieron de golpe las luces y todos
gritamos a la vez un “feliz cumpleaños”.- Menos mal que no se lo habíais dicho
a las chicas, eh.-me dijo cuando vio salir de detrás del sofá a las cinco, que
corrieron a abrazarle.
-Antes que nada, todos arriba, ¡hay que ponerse los
disfraces! –exclamó Ron. Liam nos miró extrañado.
-Es una fiesta Disney.-le explicó Gin.
-¿Va en serio? –preguntó él aun sin creérselo.
-Totalmente.-le contestó Louis.
-En mi habitación han dejado los nuestros, en una de las
de invitados están los de las chicas.-habló Harry y todos caminamos escaleras
arriba.
Nos metimos en la habitación de Harry y había cinco
bolsas con el nombre de cada uno escrito por fuera a rotulador negro.
-¡Qué intriga! –exclamó Nialler y reímos.
-A la de tres los descubrimos.-pidió Louis. Cada uno se
colocó junto a su bolsa.
-Una.-dije.
-Dos.-me siguió Liam.
-¡Y tres! –gritó Harry y, a la vez, sacamos los disfraces
de las bolsas.
-Menos mal que pedí que no fuera ningún príncipe
ñoño.-protesté al ver que me había tocado Aladdin.
-Al menos tú eres humano.-se quejó Harry mostrándonos el
suyo.- Soy un perrito.-y con su traje de dálmata en la mano, sacó la lengua y
empezó a imitar a los perros.
-Pues yo estoy contento con el mío.-comentó el rubio. Él
iba de John Smith. ¡Qué suerte había tenido el jodio!
-Mi amiga me conoce mejor que nadie.-habló Louis o mejor
dicho, Peter Pan.
-El tuyo era previsible, Payno.-le dijo Niall y estaba
totalmente en lo cierto. Nuestro cumpleañero sería aquella noche el vaquero más
famoso del mundo Disney: Woody.
¡Hola a todas! Como cada viernes, os dejo un nuevo capítulo de la fic. ¿Qué os ha parecido? ¿Muy desastrosa la "cita" Amouis? ¿Conseguirán escabullirse de los paparazzis durante mucho tiempo? ¿O los pillarán en seguida como ha hecho Ronnie? ¿Os esperábais esa reacción de Ron/Lou? ¿Y la ruptura de Liam y Sophia? ¿Creéis que ahora surgirá algo entre él y Ronnie? ¿Qué me decís de los disfraces? Os he dejado una foto con los chicos Disney aunque supongo que ya los conocéis a la perfección -y bueno, el dálmata es Hazza de peque, es taaaaaaaan mono- Personalmente, me parece que pegan muchísimo con sus disfraces pero bueno, ¡dadme vuestra opinión! Hoy me apetece dedicarle este capítulo a mis dos pequeñas: Aina y Alejandra, para que os animéis que sé que siempre estáis hasta arriba de cosas y agobiadas. En el próximo capítulo vendrá todo lo que pasa en esa fiesta que habrá varias cositas: Louis y Amy fingiendo que se odian, momentos divertidos con las parejas cambiadas, chorradas varias, quizás algún momento intenso con alguna pareja y...algo que estoy segura no os esperáis. Una cosita más antes de despedirme, pasaos por esta historia, no es un fan-fic, es una historia fantástica que pinta muy pero que muy bien, este es el link El reino de Nhopcart. Nada más por hoy, muchísimas gracias por todos los comentarios que tuvo el capítulo anterior.
Love,
Sarai.
P.D.: Quizás os encontréis con una pequeña sorpresilla el domingo/lunes por la tarde.